Las alianzas definieron diez plazas senatoriales en las pasadas elecciones

Por: Anyelo Mercedes

Estrategia. Los partidos minoritarios están apostando por las coaliciones. Focalización. Los niveles congresual y municipal serán prioridad para la oposición en el próximo certamen electoral.

“La clase política está consciente de que ir a elecciones solos es sinónimo de derrota”,
“los aprendizajes de los procesos electorales pasados han arrojado la necesidad de establecer alianzas”

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SANTO DOMINGO.-Las alianzas fueron determinantes en diez provincias a nivel congresual.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue el más beneficiado, al asegurar seis plazas senatoriales en las provincias Duarte, La Romana, María Trinidad Sánchez, Monseñor Nouel, Peravia y Valverde.

En las demarcaciones mencionadas, de no haberse formado el Bloque Progresista, las alianzas de la oposición habrían obtenido la victoria.

Sin embargo, compitiendo de manera individual, el PLD habría ganado en todas las citadas.
La importancia de las coaliciones quedó ratificada en las provincias El Seibo, Puerto Plata y San José de Ocoa, donde los partidos de oposición ganaron esas plazas a pesar de que los representantes de dichas alianzas obtuvieron menor votación que el partido oficialista.

En El Seibo, el PLD superó por 193 votos al PRM, en Puerto Plata la diferencia fue mayor con 13,263 votos y en San José de Ocoa, el Bloque Institucional Social Demócrata (BIS) quedó con 2,380 votos menos que el PLD.

La dispersión de propuestas

“Parte de las razones de las anteriores derrotas de la oposición está asociada a la dispersión de propuestas”, afirma la politóloga Olaya Dotel.

Agrega que “los aprendizajes de los procesos electorales pasados han arrojado la necesidad de establecer alianzas”.

Nuevas coaliciones

Esto ha quedado evidenciado en el escenario nacional, al revelarse meses atrás la intención de los partidos Alianza País y Opción Democrática de participar en primarias simultáneas junto a los demás partidos pequeños, lo que posteriormente fue rechazado por la Junta Central Electoral (JCE).

Luego del rechazo, José Francisco Peña Guaba informó que nueve organizaciones políticas trabajaban en la conformación de una coalición para competir en los niveles congresual y municipal y dejar de ser partidos “bisagra”.

También es el enfoque del colectivo Bien Común, de competir electoralmente de manera escalonada, primero en el nivel municipal y luego congresual.

Hablan de un cambio en la mentalidad política entre los partidos minoritarios y miembros de la sociedad civil.

“La clase política está consciente de que ir a elecciones solos es sinónimo de derrota”, explica Dotel.


Añade como recordatorio el escenario de 1990, en el que Juan Bosch se negó a participar aliado en el proceso electoral y fue derrotado, por lo que seis años después el PLD dio la espalda a esta postura y obtuvo su primer triunfo.

“Cuando el PLD regresó al poder en el año 2004, hizo de las alianzas su clave para triunfar en elecciones consecutivas, pues ha sido consciente de la importancia de las partidos pequeños.

Bloque Progresista

Uno de los obstáculos que podría encontrar el PLD para participar de las siguientes elecciones con el grupo de partidos que lo ha acompañado en pasados procesos, lo presenta la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas.

El artículo 58 establece un porcentaje de solo 20% para reservar candidaturas por concepto de alianzas, el 80% restante deberá ser escogido en primarias y no por los organismos de dirección de los partidos.

Así que para mantener el Bloque Progresista, “lo único que puede hacer el oficialismo es dar dinero”, declara Dotel.

Cree que de no regularse efectivamente el uso de los fondos del Estado en campaña, el país podría enfrentarse a un gran déficit fiscal.

Fortaleza partidaria

En diez provincias hubo incidencia directa en los resultados finales fruto de las coaliciones, pero en el resto de las provincias y el Distrito Nacional los ganadores evidenciaron fortaleza electoral, ya que ninguno necesitó de alianzas.

Es el caso de San Pedro de Macorís, senaduría ganada por José Hazim Frappier representando al Partido Reformista, que superó por amplio margen a los demás competidores.

La misma situación fue replicada en las 20 provincias restantes y el Distrito Nacional, todas ganadas por el PLD en la parte congresual.

Esto plantea un serio reto a los partidos de oposición.

“De la única manera que un bloque pudiera conseguir cargos congresuales y municipales es sobre la base de la construcción de un grupo amplio y diverso con una agenda común”, dice Dotel.

Piensa que ese bloque deberá abandonar sus ideologías en pos de un mismo fin, que incluya reforzar el sistema judicial y cambiar el modelo económico.

Causas de crecimiento

No todo el crecimiento de propuestas políticas se centra en las alianzas.

La politóloga Rosario Espinal cita los casos del PLD y del PRM, que se mantienen en el escenario político como partidos grandes.

Cree que el desgaste político del PRD, en las décadas de 1980 y 1990, sumado al factor edad de Joaquín Balaguer, abrieron las puertas al PLD.

“El apoyo del Partido Reformista a Leonel en 1996 funcionó como un endoso político, muchos simpatizantes pasaron a formar parte de las filas del partido morado”, declara.

Hablando del PRM, analiza que el éxodo de muchos líderes del PRD influyó en la masa de votantes tradicionales y eso a su vez en los resultados obtenidos.

Nuevas alianzas

Por lo que para que las nuevas alianzas propuestas surtan efecto en la cantidad de votos obtenidos, deberían capitalizar el descontento poblacional y un posible desgaste en el liderazgo tradicional.

Alcance presidencial

Los jóvenes que integran el movimiento Bien Común, al igual que las propuestas de alianzas entre partidos pequeños, han obviado de momento mencionar la posibilidad de una nueva candidatura presidencial.

Espinal dice que “lo que posicionaría un partido nuevo es llevar un candidato que genere el fenómeno del candidato repentino, no tradicional, que llega desde afuera y se cuela en el sistema”.

Una amenaza que deberá afrontar una posible coalición de partidos es el fantasma de la división, que ha estado presente desde siempre en la política dominicana.

Lo que destruye un partido político

“Las principales causas de la destrucción de un partido político son las divisiones internas”, argumenta Espinal. Afirma que “la fragmentación de los partidos tiene un impacto negativo en la democracia, porque esta se fundamenta en la idea de que hay competidores”.

Enfatiza la necesidad que tienen los partidos de desarrollar la capacidad de convocar a la ciudadanía, y afirma que en caso de no ser así, todo el sistema podría abrirse al surgimiento de un liderazgo, “de esos que terminan tomando decisiones no democráticas y antagónicas”.

Las sombrillas

EL Arrastre
Los partidos políticos que encabezaron alianzas de gran arrastre entre los votantes a nivel congresual fueron el PLD, PRM, PRSC, BIS. El PRD en la provincia Sánchez Ramírez y el Partido Liberal Reformista en Higüey.

Estas coaliciones garantizaron resultados favorables no solo en lo congresual, sino también en lo municipal, donde líderes locales tienden a crear hegemonía.

Por: Anyelo Mercedes

Fuente El Día