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La UE impulsa una nueva estrategia de defensa|

El bloque europeo quiere aumentar sus capacidades para desplegar tropas en los próximos años. La UE busca además fórmulas para imponer sanciones que impacten a las exportaciones de gas y petróleo de Rusia. El informe de la periodista María García Zornoza desde Bruselas.

logo-union-europea.png | Fundación Cruz Blanca

BRUSELAS| La Unión Europea ha anunciado una inversión de 200.000 millones e incrementará su fuerza en 5.000 soldados. Justifican esta decisión en un intento de implementar «una acción más robusta, rápida y más sólida, rápida y decisiva, incluso para la resistencia de la Unión y nuestra asistencia y solidaridad mutuas».

La nueva estrategia de seguridad y defensa de la Unión Europea (UE) para los próximos diez años, conocida como ‘Brújula Estratégica’, ha recibido el respaldo de los ministros comunitarios de Exteriores y Defensa antes de que los líderes de la UE la validen en su cumbre del jueves y el viernes.

La invasión de Rusia a Ucrania ha requerido la actualización de estos planes, que responden, no obstante, a un panorama más amplio de retos y amenazas analizados.

Y es que no solo se trata de Rusia: la UE también está en alerta por China, el este de Europa, el Ártico, la vecindad sur, África, Oriente Medio, la región indo-pacífica o América Latina, así como por fenómenos como el terrorismo, la expansión de los arsenales nucleares, las estrategias híbridas y campañas de desinformación, los ciberataques o el cambio climático y los desastres naturales.

 A lo largo de cuatro grandes apartados, la ‘Brújula Estratégica’ desgrana estrategias y marca objetivos y fechas para su cumplimiento, a fin de que la UE se transforme en una entidad más autónoma para garantizar su seguridad y la de otras regiones en el mundo.

Hasta 5.000 efectivos más

Una de las iniciativas estrella de la Brújula en la creación de una capacidad de despliegue rápido de la UE que permita la puesta en marcha de una fuerza modular de hasta 5.000 efectivos en un entorno no permisivo y que esté plenamente operativa en 2025. Este año se acordarán ya escenarios operativos y, a partir de 2023, iniciará ejercicios regulares.

Las misiones de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) serán más robustas, flexibles y modulares, para lo que a mediados de este año se adaptará su modelo y, a finales, se establecerán vínculos operativos entre misiones.

Además, a mediados de 2023, se adoptará un nuevo Pacto Civil de la PCSD con idea de poder desplegar una misión civil de 200 expertos totalmente equipados en un plazo de 30 días.

Para 2025, la Capacidad de Planificación y Ejecución Militar podrá planificar y ejecutar todas las misiones militares no ejecutivas y dos operaciones ejecutivas de pequeña o mediana escala, así como ejercicios en vivo.

Se incorporará sistemáticamente a las misiones una perspectiva de derechos humanos y de género y se aumentará el número de mujeres en todas las funciones, incluidos los puestos de liderazgo, mientras que para 2023 se reforzarán los asesores en derechos humanos y género en las misiones.

De aquí a 2023, se acordarán las modalidades prácticas de aplicación del artículo 44 del Tratado de la UE, para permitir que un grupo de Estados miembros dispuestos y capaces planifique y lleve a cabo una misión u operación en el marco de la UE, bajo la supervisión política del Consejo.

Asistencia mutua en caso de agresión armada

Se seguirán realizando ejercicios periódicos para reforzar la asistencia mutua en caso de agresión armada, de conformidad con el apartado 42.7 del Tratado, lo que incluirá ejercicios cibernéticos regulares a partir de 2022.

A fin de mejorar e invertir sustancialmente en movilidad militar, para finales de este año se acordará un ambicioso plan de acción revisado que comprenderá nuevas acciones en digitalización, aumento de la ciberresistencia de las infraestructuras de transporte y sus sistemas de apoyo, y el uso de la inteligencia artificial y el transporte aéreo y marítimo para mejorar la movilidad militar dentro y fuera de la UE.

Para finales de 2022, la Capacidad Única de Análisis de Inteligencia revisará el análisis de amenazas de la UE en estrecha colaboración con los servicios de inteligencia de los Estados miembros y, para 2025, se reforzará esa capacidad con más recursos y el Centro de Satélites de la UE con vistas a tener más autonomía en inteligencia geoespacial.

Este año está previsto el desarrollo de una «caja de herramientas híbridas», un marco para una respuesta coordinada a las campañas híbridas que afecten a la UE y a sus Estados miembros, con medidas preventivas, de cooperación, de estabilidad y restrictivas.

También en 2022 se impulsará un marco para la manipulación e interferencia de la información en el extranjero, que pueda llegar incluso a poner costes a los autores de las amenazas, mientras que en 2023 se creará un mecanismo para recopilar sistemáticamente datos sobre incidentes y, en 2024, todas las misiones y operaciones de la PCSD estarán plenamente equipadas con los instrumentos para hacer frente a amenazas híbridas.

En 2022 se seguirá desarrollando la política de ciberdefensa de la UE y se propondrá una nueva Ley Europea de Ciberresistencia.

A finales de 2023, se adoptará una estrategia espacial de la UE para la seguridad y la defensa; antes, para finales de año, se validará el mecanismo de respuesta a las amenazas de la constelación de satélites Galileo y se explorarán mecanismos de asistencia mutua en caso de ataques originados en el espacio o de amenazas a los activos basados en el espacio.

A principios de 2023 se revisarán los instrumentos y programas de la UE que contribuyen a desarrollar las capacidades de los países socios contra el terrorismo y, para 2025, todas las misiones y operaciones de la PCSD contarán con un asesor medioambiental e informarán sobre su huella medioambiental.

Aumento de gasto en defensa

Para mediados de 2022, la UE abordará sus objetivos sobre el aumento y la mejora del gasto en defensa para que se ajuste a sus necesidades de seguridad, se maximice la producción y aumente la interoperabilidad. Para mediados de mayo, los países piden que la Comisión impulse un análisis de las lagunas en inversión en defensa.

La Comisión desarrollará incentivos adicionales para estimular las inversiones colaborativas de los Estados miembros en capacidades estratégicas de defensa, para 2024 se establecerá un proceso de desarrollo de capacidades civiles para evaluar necesidades o analizar las deficiencias y, de aquí a 2025, la UE se compromete a reducir sustancialmente las carencias críticas.

Durante esta década y más adelante, la UE se propone desarrollar un sistema de carros de combate, sustituir los buques de patrulla costeros y de alta mar mediante el desarrollo de plataformas navales conectadas en red, impulsar los sistemas aéreos no tripulados de combate, o avanzar en nuevos sensores y plataformas para la observación de la Tierra desde el espacio y servicios de comunicación desde el espacio.

Para 2023, se tomarán medidas para promover y facilitar el acceso a la financiación privada para la industria de la defensa, aprovechando también el Banco Europeo de Inversiones, y a principios de ese año se trabajará en una propuesta de la Comisión que permita una exención del IVA para apoyar la adquisición conjunta y la propiedad de las capacidades de defensa desarrolladas de forma colaborativa en la UE.

En 2023, además, se evaluará el riesgo para las cadenas de suministro de infraestructuras críticas, en particular en el ámbito digital.

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