OPINIÓN
POR GUIDO GOMEZ MAZARA
Una fuerza partidaria sin posibilidades de éxito es muy propensa al establecimiento de un cuerpo de alegatos que justifiquen resultados desfavorables. De ahí la necesidad de asfaltar el camino con justificaciones e incidentes interesados en esquivar el fondo y sin arrojo de reconocer verdades.
Ni en la Policía Militar Electoral y menos en la estructura de la Junta Central Electoral (JCE) se expresan los elementos de una repulsa de los ciudadanos con las ofertas opositoras. El hecho cierto consiste en, darle tintes de argumentos políticos, a tantas horas de insatisfacción con una franja del sistema partidario caracterizado por años de opulencia, desdén a normas éticas y acciones gubernamentales que no llenaron las expectativas de la gente. Y aquí, al igual que muchas sociedades, sin los líderes emblemáticos controlando de manera enfermiza sus simpatizantes, resulta difícil preservar la eterna adhesión de los electores. Por eso, las mudanzas y desapegos.
En el escenario electoral opositor existe un cuadro singular que dificulta competir con niveles de posibilidad. Enemigos cordiales sus cúpulas y la incapacidad de cerrar heridas, pone distante cualquier ejercicio de aproximación inteligente para mayo de 2024. En el PLD y la Fuerza del Pueblo, se reproduce el drama fratricida del PRD de los años 80 y 90. Igualito, odiándose y tratando de utilizar los escenarios electorales como fuente de venganza y retaliación.
Hasta mayo, la incapacidad de reconstruir sus vínculos con los electores encontrará en los voceros de la oposición una red de inventos propios del imaginario del ilustre García Márquez. Tan lejos llegan que, algunas de sus voces destempladas, plantean posturas irracionales y extrañamente radicales, olvidándose que su larga estadía en el poder los desconectó de las refriegas callejeras y capacidad para seducir sectores con potencialidad de crispar los barrios.
En el PRM y las fuerzas aliadas no se le puede responder en ningún escenario caracterizado por el desbordamiento verbal de la oposición. Dejarlos en su timbre de agresividad, proporcionando las condiciones y abriéndole los ojos al ciudadano que, posee la facultad, de sancionarlos por la fuerza de los votos.
Preparémonos para los incidentes revestidos de reclamos de transparencia. Lo cierto es que tantas declaraciones destempladas nos revelan el camino de los fundamentos de una derrota segura. De paso, el rito de que un alto porcentaje de demócratas no saben perder. No subestimen al país, la gente es mucho más inteligente de lo que algunos creen.