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Opinión Editorial El Caribe

La realización de las primarias el pasado domingo 6, que transcurrió en forma ordenada y pacífica, sin incidentes a considerar, se ha visto empañada por las denuncias posteriores sobre compra de votos y la más grave de todas, de que se alteró el programa electrónico de transmisión de los resultados para favorecer a uno de los precandidatos en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Las denuncias, si se muestran con todos los elementos que podrían constituirlas, o simplemente si se comprueban, serían de una extrema gravedad frente a un evento que se ha considerado un avance para la democracia.

Ayer tarde, el presidente de la Junta Central Electoral (JCE) Julio César Castaños Guzmán respondió el más grave de los señalamientos. Y descartó que exista posibilidad de agregarle votos a alguno de los precandidatos mediante un mecanismo técnico malicioso.

Sin embargo, Castaños Guzmán se mostró dispuesto a que se haga cualquier experticia sobre el sistema implantado para las votaciones, y en particular, para la transmisión de los resultados. No hay ningún inconveniente en que el “código fuente” del voto automatizado sea examinado y hasta auditado.

Esa declaración puede contribuir significativamente a bajar la tensión que se ha suscitado después que se produjeron los cerrados resultados de las votaciones entre los dos principales contendientes en el PLD.

En ese partido se advertía una fiera confrontación entre los dos principales líderes, que se reflejó claramente durante el proceso de conocimiento de la ley de partidos, se agravó por los planes de reformar la Constitución, y sucesivamente, por la competencia por la selección del candidato presidencial.

El agotamiento de los trámites por las vías institucionales de las quejas sobre los resultados de las pasadas primarias es de rigor fundamental, y contribuye a ese propósito la disposición de la autoridad principal de la JCE para que se realice cualquier investigación que ayude a transparentar los resultados de la pasada contienda cívica.

Al final, todo eso habrá de fortalecer la tan anhelada limpieza que se requiere en el sistema político dominicano.

Fuente El Caribe

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