En los mejores líderes un tipo de personalidad es balanceado y equilibrado con rasgos de otro tipo.
En los peores líderes un tipo de personalidad política es complicado y empobrecido con rasgos de otro tipo. Pero en definitiva la tipología de personalidades políticas es útil y descriptiva, y permite entender muchas situaciones y también orientarse en las mismas.
Orientación política
Personalidad política de éxito
El político, para poder ser exitoso necesita puntuar alto en las siguientes características o rasgos de personalidad :
energía, entusiasmo, determinación, dinámica, carácter emprendedor, fuerza, confianza en el desarrollo de la vida, afabilidad, simpatía, carácter amistoso y agradable, cordialidad, autenticidad, lealtad, generosidad, altruismo, apoyo a los demás y sinceridad.
Estas características las encontraremos en la personalidad ideal, para un líder político.
La psicología política expresa algo más, veamos.
¿Conoces la fábula del escorpión y la rana?
Ya sabes: el escorpión le pide a una ranita que le ayude a cruzar el río. Y le promete, claro está, que no le hará ningún daño. Ingenua, la rana acepta.
Y allá van, el escorpión montado sobre el lomo de la rana, cruzando el río.
Felices.
¿De verdad felices?
Que sí. Felices.
En la mitad del río el escorpión pica mortalmente a la rana.
-¿Por qué lo hiciste?- pregunta asombrada la ranita agonizante. Ahora vamos a morir los dos…
– Porque está en mi naturaleza- confiesa el escorpión mientras se hunde.
La personalidad política
La psicología política identifica 6 tipos básicos de personalidad política.
6 tipos de personalidad predominantes en quienes dedican buena parte de su vida a la política. 6 tipos de personalidad de gobernantes, candidatos, dirigentes, jefes de campaña, miembros de comandos electorales y militantes activos.
Pero no, no se trata de escorpiones y ranas y otros animales. De hecho, no tienes por qué preocuparte del escorpión. Ya va a reaparecer al final de este artículo…
Los 6 tipos de personalidad política son los siguientes:
1. Autoritario
Es respetuoso de las jerarquias. Suele elogiar a quienes ostentan cargos más importantes que él, pero al mismo tiempo es muy competitivo con sus pares y dominante con quienes están por debajo en la jerarquía.
Valora la dureza, la resistencia y la agresividad política.
Tiende a ser conservador y a guiarse por reglas y normas de conducta pre-establecidas.
2. Narcisista
Busca ser el centro de atención en las noticias, en las reuniones y en todos los eventos políticos.
Es convincente, seductor y carismático. Demanda lealtad de parte de los demás pero rara vez la concede en reciprocidad.
Tiene un sentido de grandiosidad rayano en el exhibicionismo en cuanto a sus ideas, sus proyectos y su personalidad.
3. Manipulador
Es frío y calculador y generalmente no se deja detener por reparos éticos. Para él ganar lo significa todo, y lo demás es negociable: el fin justifica los medios.
Es muy hábil para observar a las personas con las que interactúa. Y rápidamente descubre sus intereses y explota sus debilidades para poder obtener réditos políticos.
4. Obsesivo
Trabaja duro y es minucioso y preciso. Su capacidad de trabajo y su profesionalismo suelen brillar mucho más que su personalidad.
Hace las cosas a consciencia y manteniéndose dentro de sus parámetros éticos.
Su proceso de toma de decisiones es lento pero seguro. Toma en consideración factores complejos y hace esfuerzos extraordinarios para evitar errores.
5. Paranoide
Es reservado, desconfiado y muy atento a los posibles significados ocultos tras las palabras o las acciones de los demás. Muchas veces duda de la lealtad de quienes lo rodean, y con facilidad cree que otros forman alianzas en su contra.
Es frecuente que se sienta perjudicado por otros, y las teorías conspirativas le resultan generalmente razonables más allá de las evidencias.
6. Totalitario
Es raro de encontrar en los contextos democráticos porque demanda obediencia absoluta de parte de sus subalternos.
Cree en su propia infalibilidad y ejerce el poder haciendo que le teman o le respeten casi religiosamente.
Es un fanático, obliga a que hagan un culto de su personalidad y rechaza todos los hechos que contradigan sus ideas o decisiones.
Tales los 6 tipos de personalidad política.
No me digas nada: ya sé que intentaste ubicarte tú mismo en la clasificación. Y también pensaste en nombres y apellidos concretos para ilustrar la tipología.
De todos modos no hay tipos perfectos y puros.
En realidad cada político tiene un predominio más o menos claro de uno de los tipos con algunos rasgos complementarios de otra categoría.
En los mejores líderes un tipo de personalidad es balanceado y equilibrado con rasgos de otro tipo.
En los peores líderes un tipo de personalidad política es complicado y empobrecido con rasgos de otro tipo.
Pero en definitiva la tipología de personalidades políticas es útil y descriptiva, y permite entender muchas situaciones y también orientarse en las mismas.
Falta el escorpión, es cierto.
Ya llega.
Los escorpiones no dedican su vida a la política pero…
¿Qué le pasa al escorpión?
¿Por qué mata a la rana que lo ayuda a cruzar el río?
¿Por qué lo hace si sabe que eso le costará la vida?
El escorpión lo explica con meridiana claridad: lo hace porque está en su naturaleza. O sea que, aunque quiera, no puede dejar de hacerlo.
No puede evitarlo.
Nunca. Jamás. En ninguna circunstancia.
Lo mismo ocurre con la personalidad política.
Quien tiene determinada personalidad no puede actuar de otro modo, no puede salirse de la naturaleza de su personalidad.
Por más que lo desee.
Por más que lo intente.
No puede dejar de ser quien es.
No puede dejar de ser como es.
Observa a los políticos a los que te enfrentas.
Estudia en cual de los tipos encaja y cual otro lo complementa para bien o para mal.
Y piensa en ello cuando diseñes tu estrategia.
Porque tu adversario podrá tener muchas variantes políticas y tácticas. Pero lo que no podrá hacer será actuar por fuera de su personalidad política.
Fuente Maquiavelo y Freud