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3 claves para educar a un hijo adolescente

La orientación, la guía y el cuidado de los adolescentes, es una responsabilidad y un compromiso indiscutible de los adultos.

Es gran compromiso de los adultos el guiar la nueva generación por caminos de desarrollo personal y valores morales firmes, lo suficientemente fuertes que permitan que cuando el adolescente se encuentre bombardeado por circunstancias fuera de la zona de «los adultos» y se encuentre en un ambiente relajado y entre iguales, tenga y disponga de la capacidad de discernir lo que es y no correcto y se sienta con la fuerza emocional de negar cualquier propuesta que él considere puede perjudicarle.

Entre prohibir y enseñar a elegir correctamente

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En pocas palabras, se debe educar para que el adolescente sepa elegir con firmeza lo es correcto, le permita crecer, sea positivo, le sume como persona, ser humano y futuro adulto. Porque la presencia adulta no estará en todas partes. Cuando no haya presencia adulta el adolescente debe estar preparado con todas las informaciones necesarias, para identificar y aceptar o no una situación. Esa es la prueba de fuego.

Cuando el adolescente es capaz de tomar decisiones sabias, positivas y correctas en cualquier situación, está en camino de crecimiento y madurez.

Educar adolescentes no es fácil pero tampoco imposible. Todos lo fuimos una vez. Y de esa orientación de ayer, somos los adultos de hoy.

Ser padres no es fácil. Educar a un hijo adolescente es una tarea difícil. Requiere de mucha paciencia e inteligencia emocional. Debemos saber como inculcar valores y  límites adecuados donde puedan crecer con madurez y responsabilidad.

Es necesario que tanto el padre como la madre, si están presente en la vida del adolescente, estén de acuerdo en la educación de los niños. Que enseñen los mismos valores y tengan los mismos propósitos.

3 claves para educar a un hijo adolescente

El adolescente debe aprender que la vida está llena de normas y exigencias. Es importante mantener un equilibrio entre derechos y deberes

1. Ofrecerle nuevos derechos, pero también deberes 

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Cuando entran en la adolescencia, nuestros hijos comienzan a hacernos más exigencias.  Se vuelven más tozudos, orgullosos y con reacciones que no entendemos.

Están creciendo y adentrándose en el mundo de los adultos teniendo aún pies de niño. Y no es fácil. Piensa en ellos como en un pequeño caos hormonal y personal dentro del cual tienen que encontrarse como las personas que serán.

Para educar a un hijo adolescente es necesario crear oportunidades de aprendizaje. Ellos exigen más derechos y libertades, sin ver con objetividad si sus acciones tienen riesgos o no. Lo mejor que podemos hacer es mantener un equilibrio con el tema «derechos-deberes»:

  • Puedes permitirles salir el fin de semana, siempre y cuando hayan cumplido en el colegio.
  • También que vengan a casa a la hora establecida.
  • En caso de llegar más tarde o incluir en una norma, deben perder privilegios.
  • Es necesario exigirles que se responsabilicen de sus estudios y sus acciones.

Lo importante es que todo adolescente aprenda que la vida está llena de normas y exigencias, no solo para ellos sino también para los adultos. Recuerda también que si estableces normas, que sean fijas. No les perdones las cosas un día sí y otro no, porque de lo contrario, nos perderán el respeto.

Educar en positivo: antes «el refuerzo» que la sanción

No sancionar es clave para educar a un hijo adolescente

Hay padres y madres que cometen el error de sancionar continuamente a sus hijos adolescentes. Regañinas, discusiones y refuerzos negativos. Hay que mantener un equilibrio. Pongamos un ejemplo: suspenden un examen, llegan a casa con malas notas y les increpamos lo vagos que son y que nunca llegarán a nada en esta vida.

Algo así no podemos hacerlo. Despertaremos en ellos sentimientos negativos, indefensión y baja autoestima. Pregúntales qué ha ocurrido y dales confianza. Diles que tú confías en ellos y que sabes que tienen la capacidad de conseguir lo que se propongan.

Cuando cometan un error, enséñales cómo pueden  hacerlo mejor, pero no los hundas, no los critiques. Ofrece estrategias y confianza en lugar de constantes sanciones. Es lo mejor.

3. Una buena comunicación y fomentar la confianza

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Busca siempre un rato en el día para estar con tu hijo adolescente y preguntarle qué tal ha ido la jornada. No los juzgues por lo que hacen o dejan de hacer. Como padres debemos orientar, y ello se consigue mediante un diálogo constante y mediante confianza.

Lo ideal es que sepan que tienen en ti un apoyo, nunca un enemigo que solo sanciona o critica y que no ayuda. Puedes seguir estos consejos para fomentar la comunicación con ellos:

  • Intenta evitar que pase todo el día dentro de la habitación y limita el tiempo en el ordenador.
  • Debes evitar que se aísle de la familia.
  • Fomenta actividades en común en casa desde que son muy pequeños.
  • A la hora de comer, apaga la televisión y habla con ellos.
  • Pregúntales por sus gustos, sus intereses, por sus amigos. Anímales a compartir cosas contigo con tranquilidad.

Sabemos que educar a un hijo adolescente puede ser una tarea ardua. No obstante,  con optimismo, amor y voluntad, podemos formar personas maduras y responsables.

Personas que saben que para conseguir cosas hay que esforzarse, que para tener buenos amigos y una pareja hay que saber respetar y entenderLa inteligencia emocional es siempre una buena perspectiva en la que podamos basarnos.

Escúchales, oriéntales, sé su padre, su madre y también su amigo.Pon límites cuando debas y ofrece derechos cuando ellos, con su madurez y responsabilidad, te lo demuestren.

No le des pescado, enséñales a pescar

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Aplicamos esto a las decisiones del adolescente. Orientar y enseñar al adolescente a desglosar, identificar y analizar las situaciones, no solucionarlas como adulto protector simple y sencillamente. La solución debe estar sustentada en una reflexión, que ayudará al adolescente en el futuro a realizar el mismo procedimiento reflexivo, ante las situaciones que enfrentará en otros momentos de su vida, y esta vez sin tu presencia.

Concluimos afirmando que, el cuidado, la guía y orientación de los adolescentes es un alto compromiso y una gran responsabilidad de los adultos. Es un compromiso con el futuro, puesto que los adolescentes de hoy son los adultos de mañana.

Fuente Mejor Salud