El Banco Interamericano de Desarrollo estimó el lunes que la ineficiencia en el gasto público de América Latina y el Caribe cuesta cada año hasta 220.000 millones de dólares, un monto que bastaría para eliminar la pobreza extrema en la región. El BID dijo que si los países lograran darle más efectividad a su gasto público, la expectativa de vida podría aumentar un promedio de cuatro años en la región y hasta siete años en países específicos como Bolivia, Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago.
“Elementos esenciales para restaurar la confianza de la gente en su gobierno incluyen dar más información a la ciudadanía para que pueda supervisar las medidas gubernamentales”, dijo la especialista principal de la división de manejo fiscal y municipal del BID, Carola Pessino. “así, la población pasará a exigir a sus políticos más inversiones de largo plazo en lugar de transferencias, poniendo en marcha un círculo virtuoso que puede resultar en mejores políticas y mejores gastos.
Economía y Finanzas
Washington.-El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimó el lunes que la ineficiencia en el gasto público de América Latina y el Caribe cuesta cada año hasta 220.000 millones de dólares, un monto que bastaría para eliminar la pobreza extrema en la región.
En su informe anual, el organismo atribuyó a la corrupción, la abultada nómina salarial en el sector público y a transferencias que no llegan al segmento indicado de la población el malgasto equivalente al 4,4% del total del valor de los bienes y servicios de la región en un año, conocido en macroeconomía como producto interno bruto (PIB).
El BID dijo que si los países lograran darle más efectividad a su gasto público, la expectativa de vida podría aumentar un promedio de cuatro años en la región y hasta siete años en países específicos como Bolivia, Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago.
Agregó que una reducción en los sobrecostos y demoras en proyectos de infraestructura podría liberar hasta 50.000 millones de dólares anuales para nuevas inversiones.
El estudio subrayó el efecto de la baja confianza que la población tiene en sus gobiernos en la formulación de políticas públicas, porque los votantes prefieren beneficios inmediatos como las transferencias antes que la inversión en educación e infraestructura, cuyos beneficios pueden tardar años en concretarse.
“Elementos esenciales para restaurar la confianza de la gente en su gobierno incluyen dar más información a la ciudadanía para que pueda supervisar las medidas gubernamentales”, dijo la especialista principal de la división de manejo fiscal y municipal del BID, Carola Pessino.
Añadió que “así, la población pasará a exigir a sus políticos más inversiones de largo plazo en lugar de transferencias, poniendo en marcha un círculo virtuoso que puede resultar en mejores políticas y mejores gastos”.
Las transferencias y los impuestos directos logran reducir la desigualdad en un promedio de apenas el 5% en 16 países de América Latina, mientras que en los países desarrollados el impacto es de un 38% en promedio.
El documento identificó a Chile y Perú como las naciones con mejor calidad de gasto, ya que sus ineficiencias se ubican en 1,8 y 2,5% de su PIB, respectivamente.
El BID argumentó en contra de los recortes presupuestarios generalizados y a favor de una mejora en la eficiencia del gasto, en un momento en el que los gobiernos de la región luchan por satisfacer expectativas crecientes de la población con presupuestos cada vez más apretados.
“La buena noticia es que podemos mejorar las vidas de nuestros ciudadanos no mediante gastos más elevados sino más eficientes”, dijo el economista jefe del BID, Alejandro Izquierdo.
La entidad recomendó a los países crear organismos dedicados a la planificación estratégica que utilicen evaluaciones rigurosas sobre el impacto de programas gubernamentales y desarrollar planes de servicio público que incluyan metas claras.
Fuente Listin Diario