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Avenidas, carreteras y entradas de municipios figuran como áreas protegidas, además de parques y cuevas

La República Dominicana tiene el 25 por ciento de su territorio “blindado” en teoría por normativas de protección ambiental. Unas 127 unidades de conservación conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, que unidas suman una superficie terrestre de 12 mil kilómetros cuadrados.

Pero no solo la tierra está salvaguarda con un marco jurídico. La superficie marina protegida es de 45 mil 913 kilómetros cuadrados, esta extensión se asemeja a otro territorio del país.

Las áreas conservadas son diversas y concentran una rica biodiversidad y ecosistemas. En la lista figuran lomas, montañas, sierras, humedales, manglares, cuevas, bosques, lagunas, ríos, miradores, incluso carreteras y avenidas.

Para entender su importancia, basta decir que el patrimonio natural y cultural de la República Dominicana está reguardado en monumentos, parques nacionales, reservas científicas y naturales, paisajes, corredores ecológicos, santuarios marinos y refugios de vida silvestre.

Importancia ecológica y turística

Estos espacios tienen un rol protagónico por las bondades y servicios ambientales que ofrecen dada su capacidad para “secuestrar” gases de efecto invernadero (en el caso de los bosques), en la generación de aguas y en la protección de la biodiversidad. En el turismo ecológico, juegan un papel principal, además despiertan interés para investigaciones científicas.

El Estado dominicano a través de sus mecanismos de control está llamado a garantizar el uso sostenible de estas unidades de conservación, cuidando de que las actividades económicas y sociales que en ellas se desarrollen no comprometan el disfrute de las futuras generaciones.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales es el único facultado para otorgar permisos y convenir contratos con empresas, así como personas físicas o jurídicas nacionales o extranjeras en los espacios protegidos bajo su jurisdicción. Como institución responsable de planear, supervisar y controlar las acciones dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, tiene autoridad de autorizar y regular las actividades de investigación, educación ambiental, capacitación, recreación y turismo en las áreas protegidas.

Inalienables e irreducibles

“El Sistema Nacional de Áreas Protegidas es irreducible en cada una de sus partes y en su totalidad, el cual deberá ser asumido como tal con la formulación y ejecución de un plan nacional de ordenamiento territorial”, reza el artículo 30 de la Ley Sectorial de Áreas Protegidas No. 202-04.

La referida normativa otorga a las áreas protegidas la calidad de patrimonio inalienable del Estado, por lo que no pueden ser usufructuadas y nadie podrá disponer de ellas al margen de lo establecido en esta Ley Sectorial de Áreas Protegidas, sus reglamentos y normas, así como las disposiciones vigentes en la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales No. 64-00.

Estas porciones de terrenos están distribuidas por toda la geografía nacional, incluso en la zona metropolitana, demarcación que posee 23 kilómetros de áreas protegidas.

En el renglón “Áreas Protegidas Metropolitanas” entran los parques siguientes: Ecológico Riberas del Río Jaya, Mirador Manantiales del Cachón de la Rubia, Mirador Manantiales del Norte, Mirador Oeste, Nacional Mirador del Norte y Gran Parque Las Américas.

Monumentos y parques

Las áreas protegidas fueron agrupadas por categorías. Están las de Protección Estricta, 12 en total, que pueden ser tanto terrestre como marina. Poseen ecosistemas con características particulares y especies de interés para investigaciones científicas y el monitoreo ambiental, con ninguna o muy poca presencia o actividades humanas. Por su singularidad requieren de un manejo restringido. Hablamos de reservas científicas, como Ébano Verde, famoso por su diversidad biológica, y el endemismo de su flora y fauna o de santuario de mamíferos marinos, como el inmenso banco de La Plata y La Navidad, donde se desarrolla el espectáculo de observación de las ballenas jorobadas.

Como categoría de áreas protegidas, los parques nacionales en su conjunto tienen una extensión territorial de 8, 611 Km2, equivalente al 17.86 por ciento del territorio de la Republica Dominicana. Son 30 en total. Entre los más conocidos están Valle Nuevo, Los Haitises, Jaragua y las sierras de Bahoruco y Neiba, Manglares del Bajo Yuna, Cotubanamá (del este) y Humedales del Ozama.

Como monumento natural-cultural, de valor sobresaliente por su rareza intrínseca, figuran cavernas y ruinas de interés histórico. Uno de los más populares es el refugio de vida silvestre “Cueva de los Tres Ojos”, en Santo Domingo; y la reserva antropológica “Cuevas de Borbón o del Pomier”.

284 kilómetros cuadrados de vía panorámica

El país tiene 17 paisajes protegidos. En la subcategoría corredor ecológico entran algunos tramos de las autopistas 6 de Noviembre, Duarte y Juan Bosch. En total 20 km2 conservados, introducidos mediante la Ley 174-09. También son áreas protegidas: la Autovía Santo Domingo – Samaná – Boulevard del Atlántico, entrada de Mao, Carretera Cabral-Polo, Carretera Santiago-La Cumbre-Puerto Plata. Son 284.87 km2 de vía panorámica. Las lagunas Cabral o Rincón, de San José, Saladilla, de Bávaro, y El Caletón, así como los ríos Soco, Higuamo, Dulce y Chacuey son refugios de vida silvestre que se enmarcan en la categoría de manejo de hábitat/especies, en la que encajan los santuarios marinos Arrecifes del Sureste y los del Suroeste. Cuenta, además, con 15 reservas naturalesque sontierras o aguas que mantienen sus características e influencias naturales sin poblaciones humanas permanentes o significativas y que son para conservar sus condiciones naturales.

Fuente ElCaribe

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