La cultura emprendedora está impregnada en la sangre de los dominicanos. Para cierre del 2022 República Dominicana registró 1.5 millones de micro, pequeña y mediana empresas (mipymes), que diversifican el entramado productivo. Sin embargo, muchas se quedan en la informalidad por miedo a la carga tributaria que representa una empresa legalizada.
Así lo expresó el director del Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Promipyme), Porfirio Peralta, al destacar que “las normas establecidas sobre la carga tributaria para un negocio pequeño son imposibles de sostener en el tiempo”.
En una visita a elDinero, el funcionario indicó que los comercios no regulados aportarían más de RD$18,000 millones cada año, si se establecen condiciones especiales por un período determinado hasta tener la fortaleza de ser una empresa formalizada.
El Banco Central dominicano (BC) registra un alto índice de informalidad en el mercado laboral, al totalizar el 56% (2.6 millones) de los 4.7 millones de la población empleada. Pero el funcionario afirma que el desarrollo integral del país está vinculado a las mipymes.
Esto significa que toda la población dominicana tiene la posibilidad de generar ingresos con un emprendimiento.
Demanda
El incentivo mediante préstamos con tasas asequibles (8% para las pequeñas empresas y 12% para servicios) permite a estos empresarios tomar las medidas necesarias para mejorar su capacidad operacional e implementar la tecnología necesaria para encontrar nuevos clientes.
Peralta explicó, además, que la institución desembolsó el 67% de los créditos al comercio, o sea, RD$11,422.8 millones. En el sector de servicios la participación es de 23% con desembolsos que suman RD$3,921.5 millones, mientras que el 9% de los préstamos se destinaron al sector industrial, alcanzando créditos de RD$1,534.4 millones. De acuerdo con estadísticas, de las 148,192 empresas impactadas con financiamientos, 67% fueron destinados a mujeres, mientras que el 33% de los créditos aprobados fueron a hombres.
De los RD$17,048 millones desembolsados en el año pasado, el 36.7% lo abarcaron los negocios ubicados en la región Metropolitana con RD$6,266.1 millones, seguido del Cibao Norte con RD$2,401.1 millones, Valdesia, RD$1,635.9 millones; Cibao Nordeste y Cibao Sur, con RD$1,510.5 millones y RD$1,368.1 millones, respectivamente.
En menor cantidad les continúan las demarcaciones de Higuamo (RD$1,100.6 millones), el Yuma (RD$968.5 millones) y Enriquillo (RD$640.2 millones).
El Valle apenas totaliza el 2.3% del monto total, al registrar unos RD$408.5 millones.
Al cierre de diciembre del 2022, el organismo estatal contabilizó 12,000 clientes que solicitaron crédito por RD$2,600 millones.
Sin embargo, para este 2023 expresó que requieren de la colocación de RD$2,000 millones adicionales para ampliar la cartera de financiamiento de Promipyme.
Agregó que Promipyme, con una cartera de RD$8,658.7 millones a cierre del 2022, refleja el gran impacto social que ejerce ese organismo en el desarrollo económico de las mipymes en República Dominicana.
Para 2023, el funcionario estima un desembolso de RD$8,302 millones dirigido a 76,306 empresas que impactarán 452,364 empleos. Asimismo, estiman que tendrán RD$10,854.1 millones en ingresos, siendo el 76% en financiamientos, 22% gastos y 2% en inversión.
De acuerdo con la entidad, se crearon 102,369 empleos a través de las facilidades crediticias, mientras que se fortalecieron 537,437 puestos laborales. Además, se impactaron 639,806 empleos y 5,652 clientes bancarizados.
Empleos técnicos
La educación técnica agrega valor a los estudiantes que optan por esta modalidad, debido al acceso a formación de corta duración y por la rápida oportunidad de insertarse en el mercado laboral. Peralta explicó que su apoyo, desde la entidad estatal, se basará en la tecnificación de las operaciones y en la enseñanza financiera para lograr negocios exitosos.
Ante este panorama, estudios de organismos internacionales indican que en República Dominicana la mayor parte de los fracasos de los emprendimientos ocurren en dos etapas: al inicio de las actividades (28%), donde la causa más común fue la falta de voluntad o la escasez de socios para seguir; y en su estado de madurez (37%), donde el factor de fracaso es la dificultad de gestionar adecuadamente las finanzas y planificación estratégica.
“Nuestro compromiso es capacitar a las personas en oficios técnicos y especializados en ciencias, matemáticas y tecnología que demanda el nuevo ecosistema laboral. Cada día hay más emprendedores que quieren innovar, pero no les es viable trabajar en el sector empresarial con un salario mínimo que oscila entre RD$11,900 y RD$21,000 mensuales”, justificó.
Según el funcionario, el currículo vitae queda desplazado con los nuevos talentos que ofrecen ideas innovadoras, carreras técnicas y con cultura de emprender un negocio, situación que Promipyme tiene presente al momento de capacitar las 6,577 personas del 2022 en estas nuevas tendencias.
“Las universidades están jugando un rol importante en la transformación de la enseñanza. Antes, los estudiantes querían ir a trabajar en empresas, hoy con la formación técnica se está cambiando el chip de ser obrero”, aseguró.
Economía naranja
La economía naranja genera oportunidades de negocios que pueden cambiar el mundo y diversificar la oferta laboral existente. Según estadísticas del BC, en los últimos cinco años, la industria creativa y cultural (ICC) aportó el 1.5% del producto interno bruto (PIB) y generó el 12% del empleo total.
Este es el sector con mayor capacidad para reinventarse, puede generar mayores empleos a bajo costo y, si le dieran la oportunidad de trabajar manufactura, estaría en la capacidad de producir en masas y en un futuro, ser empresas exportadoras, agregó Peralta.
El país cuenta con la capacidad instalada para lograr ese y otros objetivos de fabricación de mercancías artesanales y afianzar la ICC a nivel nacional, lo que abriría paso a fomentar más y mejores empleos.
“Los artesanos, los nuevos talentos dedicados al sector cinematográfico, los escritores y músicos, por ejemplo, tienen muchísimo talento y trabajan en estas industrias, pero no cuentan con los recursos necesarios propios para adquirir los recursos necesarios para dar ese paso”, acotó.
Según estimaciones de Ernst & Young, la Industria creativa y cultura (ICC) totalizó el 2.2% del PIB de América Latina y el Caribe, lo que equivale a US$124,000 millones en ingresos y generaron 1.9 millones de empleos en 2015.