Iglesia Cristiana Casa de Zion
El creyente, a lo largo de los tiempos, ha limitado la capacidad de lo que Dios puede hacer en su vida. Nunca podremos prosperar más allá de nuestras capacidades. Tú no puedes echarle a un vaso más agua de la que puede contener. Llega un momento que se derrama, que sobreabunda. Llega a un límite, y luego de ese límite, sobreabunda. La capacidad del vaso representa lo que puede retener. Y Dios siempre quiere traer sobreabundancia sobre todos los creyentes. El problema es que algunos son vasos de cuatro onzas, y otros, de ocho. Por lo tanto, no se trata meramente de la sobreabundancia, sino de aumentar tu capacidad. Porque, aunque Dios quiere que sobreabunde, Dios no va a hacer que desperdicies. Por lo tanto, tú tienes que cada vez más aumentar tu capacidad de recibir, de dar, de hacer.

“14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.” Mateo 25:14-15
Cuando Dios va a dar un bien, cuando va a dar finanzas, Dios mira la capacidad. Por lo tanto, todos recibimos de parte de Dios, de acuerdo a la capacidad que tenemos al momento. Parece injusto que se les dé más a unos y menos a otros. Esta es de las parábolas más difíciles y de las declaraciones más fuertes que hace Jesús. Sabemos que al que se le dio un solo talento y lo escondió, eventualmente lo pierde. Pero no es exactamente que lo pierda, sino que el amo dice: Quítaselo a ese, y dáselo al que tiene diez. Y añade que al que tiene se le dará más, y al que no tiene le será quitado. Y no podemos ver en nuestra mente racional a un Jesús que le quita a uno que tiene uno, y se lo da al que tiene más. Lo que pasa es que él te da de acuerdo a tus capacidades, pero él espera incremento de todo lo que él ponga en tu mano.
Al que le dieron cinco, multiplicó y obtuvo cinco más, los retuvo y le añadieron el uno de aquel que lo desperdició. Ahora bien, cuando el hombre fue a repartir sus bienes a sus siervos antes de irse lejos, este siervo solo tenía capacidad para cinco; otro, para uno, y otro, para dos. Pero las acciones y decisiones que cada uno tomó, aumentaron o eliminaron sus capacidades. No importa la capacidad en que tú estés, tus decisiones aumentan o limitan tu capacidad.
El señor le dio cinco a uno porque en ese momento, ese era capaz de manejar cinco. Pero la capacidad que Dios ve no es la de manejar cinco, sino la de manejar diez. Él espera que sus siervos multipliquen, así que les da una cantidad y cuando se da la multiplicación se demuestra la expectativa que tenía este hombre. Puso cinco en manos de uno de sus siervos, pero es porque sabía que ese siervo tenía la capacidad de multiplicarlos y de manejar esa multiplicación. Ahora, por la multiplicación, tiene la capacidad de recibir uno extra, que se lo ganó por haber hecho bien. Por otra parte, al que se le dio uno, es porque tenía capacidad de recibir ese uno en ese momento y multiplicarlo a dos o a tres; pero sus acciones provocaron que aún aquello que le habían entregado, lo perdiera.
En esta parábola, vemos cómo es el trato de Dios con el hombre, y cómo trata con nosotros de acuerdo a los recursos que pone en nuestras manos. Todos nacemos en contextos diferentes, con capacidades diferentes. La verdad es que hay gente que tiene ciertas ventajas, que nacen en ciertos lugares y épocas en que hay ciertas ventajas, mientras otros nacen en lugares y contextos complicados. Pero todos tenemos una capacidad, a todos Dios nos va a dar. El problema es que quieren que todo el mundo tenga las mismas capacidades automáticamente. Esta parábola no muestra a tres personas con capacidad de cinco ni discrimina entre unos y otros, sino que Dios mira la capacidad de cada uno y ve el potencial; y el que tenía uno, algún día podía tener diez. Al mismo tiempo, hay gente que ha comenzado con grandes bendiciones, y tienen capacidad de diez, pero su mala administración hace que lo pierdan todo.
Hay gente tratando de que todos nos veamos de la misma manera, en vez de tratar de entender el lugar en que te encuentras, sabiendo que el Dios que te conoce, espera de ti que haya aumento, incremento, y que tú seas el que aumentes la capacidad que Él te ha dado.
Quítate de la cabeza toda limitación que te hace ver lo que tienen otros, y enfócate en multiplicar lo que Dios ha puesto en tus manos hoy. No se trata de competir con los demás ni de quitarle al rico para darle al pobre. Es que Dios le dice a toda criatura, sin importar donde hayas nacido: Si tú eres capaz de ver la capacidad que tienes, y saber que puedes multiplicar, lo vas a poder lograr en cualquier ambiente. Y si tú no sabes hacerlo, busca a alguien que te enseñe. Cuando el señor regresó, le dijo al que escondió el talento: Le hubieras dado ese talento a otros para que te dijeran cómo incrementarlo.
Tu capacidad actual no debe ser una excusa, y tampoco debes estar comparándote con otros. Tú debes estar enfocado en lo que Dios ha puesto en tu mano hoy, en los recursos que tienes, y hacer lo mejor que puedas hacer, y ver tu progreso. El amo les dijo a estos dos hombres que multiplicaron: Bien, buen siervo y fiel; en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré. Le hubiera dicho lo mismo al que tenía uno, si lo hubiera multiplicado a dos. Para aquel hombre, cinco era poco porque sabía que aquel siervo tenía capacidad de diez, y él esperaba que hicieran algo grande con lo que había puesto en sus manos.
Tú no debes defraudar a Dios. Debes buscar multiplicar el talento que tienes en tu mano. Independientemente de tu contexto, donde tú estés, tú puedes sobresalir. Según tú multipliques, Dios te va a añadir y te va a dar una mayor capacidad para tú seguir hacia adelante. Tu prosperidad, tu aumento va a depender de cómo tú trabajes con la capacidad que tienes. Extiende tus estacas y mira todo lo que Dios tiene para ti. No seas escaso avanza. Que tengas un excelente y próspero fin de semana. Vamos por más por el poder del acuerdo en el nombre de Jesús.
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Casa Sion es una Iglesia contemporánea, Cristocéntrica, bíblica y empoderada por el Espíritu Santo; creada para todos con el fin de vivir el evangelio de Jesús como una gran familia.
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QUEREMOS QUE SEAS PARTE DE ESTA GRAN FAMILIA DE ADORADORES DE CRISTO NUESTRO SEÑOR.
“Proclamaremos y llevaremos la gloria de CRISTO JESUS
A cada pueblo y nación
Trayéndoles esperanza
Y nuevas de salvación”
TE ESPERAMOS EN CRISTO, CON LOS BRAZOS ABIERTOS, UN CORAZÓN LLENO DE AMOR PARA TI Y LAS BUENAS NUEVAS Y LOS GRANDIOSOS PLANES QUE CRISTO NUESTRO SEÑOR TIENE PARA TI

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