Iglesia Cristiana Casa De Zion con el Apostol Jhonnie Martínez
Tu experiencia con la voluntad de Dios dependerá del nivel de transformación de tu mente. Romanos 12 dice: Transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. O sea, que hay niveles de la voluntad de Dios: La buena; la agradable; y la perfecta. Y el nivel de la voluntad de Dios que tú experimentas depende de la transformación de tus pensamientos.

La frustración de muchos es que no lo logran mantenerse pensando positivo. Y es que tu mente no fue hecha para eso. Si así fuera, entonces el hijo pródigo, al anhelar comer entre los cerdos, tendría que haber pensado: ¡Qué buenas están estas algarrobas! Y eso es lo que hacen muchos: Pensar positivamente del lugar donde Dios no quiere que ellos estén.
Tu mente no fue creada para que te adaptes a las situaciones presentes, sino para establecer estrategias para salir de esas situaciones.
No se trata de que pienses positivo de tu país, diciendo: Aquí no hay criminalidad. Eso no cambia la realidad. Pero, entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer? Dar la instrucción a nuestra mente para que tome acción para cambiar el lugar donde nos encontramos.
La mente del hijo pródigo fue hecha, no para pensar positivo del lodo de los cerdos, sino para idear un plan de acción para salir de allí. Por eso él dijo: Me levantaré, iré y diré. Cuando vuelve en sí, entonces la mente le crea la estrategia para salir del lugar.
Queremos ser tan positivos que lo que queremos es crear pensamientos positivos para adaptarnos a una vida mediocre, cuando la realidad es que lo que está mal, está mal. Ser cristiano y tener fe no es negar la realidad. Si queremos que la realidad cambie, lo que tenemos que idear es una manera de que así sea.
Cuando el hijo pródigo toma la decisión de levantarse, su segunda decisión no fue “regresar” a casa de su padre, sino “ir” a casa de su padre. ¿Cuál es la diferencia en estas dos expresiones? Cuando hablamos de regresar, el movimiento es hacia atrás, mientras que, cuando hablamos de ir, el movimiento es hacia adelante. Este joven había llegado a lo último de donde él podía encontrarse, y lo único que le quedaba era ir hacia al frente.
Cuando decides moverte hacia al frente, toda tu vida comienza a cambiar. Por eso Pablo decía: No pretendo haberlo alcanzado todo, pero una cosa hago: Olvido lo que queda atrás y me extiendo hacia la meta del supremo llamamiento de Dios.
Hay algo que sucede cuando decides moverte hacia adelante. Tú fuiste llamado para caminar hacia adelante. Pablo dijo: Nosotros no somos de los que retrocedemos. Por mejor que estés, por más cómodo que estés, si dejas de conquistar y de moverte hacia adelante, comienzan los problemas en tu vida. Tu meta debe ser siempre moverte hacia al frente. Que tengas un excelente y próspero día.Vamos por más por el poder del acuerdo en el nombre de Jesús.
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