“El crecimiento global se ha desacelerado hasta el punto de que la economía global está peligrosamente cerca de caer en recesión”.
Así sentencia el Banco Mundial su lúgubre proyección para este 2023, solo tres años después de salir de la recesión inducida por la pandemia de 2020. Calcula que el crecimiento mundial se desacelerará del 3 % pronosticado hace seis meses al 1.7 %.
A pesar del panorama sombrío, el organismo proyecta que, entre las economías más grandes del Caribe, el crecimiento de la República Dominicana promedie “un sólido 4.9 por ciento en 2023 y 2024”. El porcentaje es ligeramente superior al 4.6 % que pronosticó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En tanto, para Haití el Banco Mundial prevé que su economía se contraiga por quinto año consecutivo en el presente año.
“Sigue acosada por la violencia y la inestabilidad, con casi uno de cada cinco niños con desnutrición crónica”, dice el banco sobre Haití en su más reciente informe sobre perspectivas globales divulgado ayer.
Desafíos globales
Para 2023, el Banco Mundial observa que, “dada la frágil situación económica, cualquier nuevo acontecimiento adverso -como una inflación más alta que la prevista, aumentos abruptos de las tasas de interés para contenerla, el resurgimiento de la pandemia de COVID-19 o la intensificación de las tensiones geopolíticas– podría empujar a la economía mundial a la recesión”.
Adelanta que sería la primera vez en más de 80 años que se producen dos recesiones mundiales en la misma década. Cuando se refiere a recesión, la define como una contracción en el ingreso per cápita global anual.
Destaca que los tres principales motores de crecimiento del mundo (Estados Unidos, la zona del euro y China) están atravesando un período de debilidad pronunciada.
“La inflación muy alta ha desencadenado un ajuste de la política monetaria inesperadamente rápido y sincrónico en todo el mundo para contenerla, incluso en las principales economías avanzadas”, dice el banco. “Aunque este endurecimiento ha sido necesario para la estabilidad de precios, ha contribuido a un empeoramiento significativo de las condiciones financieras mundiales”.
En Latinoamérica
El Banco Mundial señala que se espera un desaceleramiento marcado del crecimiento de América Latina y el Caribe hasta el 1.3 % en 2023, para recuperarse un poco, al 2.4 %, en 2024.
“Se prevé que con el crecimiento algo lento de Estados Unidos y China se reduzca la demanda de exportaciones, mientras que el aumento de las tasas de interés estadounidenses probablemente implique que las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas”, dice.
Para enfrentar una caída de las inversiones, sugiere prioridades. En países con estrés fiscal agudo, puede ser mejorar la eficiencia del gasto en inversión pública; en aquellos con inversión privada anémica, sería la reforma del clima de negocios, para fomentar la inversión privada; y en los que hay gran inversión extranjera directa, pues mejorar el capital humano para asegurar que dicha inversión mejore el crecimiento.