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Opinión por Nathalie Alvarado
Nathalie Alvarado es la coordinadora del área de seguridad ciudadana y justicia del Banco Interamericano de Desarrollo. Ella tiene más de 15 años de experiencia en el diseño y la implementación de proyectos en esta área, ha liderado el proceso de definición del marco de acción del BID en este campo. Alvarado es abogada de la Universidad de Lausanne, Suiza, y posee un magister en derecho económico de la Universidad de Bruselas.
Tres ejemplos de lo que puede hacer el sector privado para reducir el crimen y la violencia
En posts anteriores hemos analizado el costo del crimen y la violencia en temas que van desde el comportamiento de individuos hasta las decisiones de inversiones de las empresas y los propios gobiernos. Igualmente, hemos resaltado que la violencia en muchas ocasiones socava nuestra confianza en las instituciones públicas, y en especial aquellas que son responsables de asegurar nuestra integridad física y nuestra seguridad.
Sin embargo, en este post queremos resaltar las contribuciones que otros actores clave, como el sector privado, pueden realizar para contribuir a mejorar la seguridad ciudadana. Encuestas del Banco Mundial revelan que más de una de cada tres firmas en América Latina identifican al crimen y el desorden como un importante escollo para hacer negocios, y seis de cada diez pagan para tener servicios de seguridad privados.
Si bien es cierto que los gobiernos tienen la primera responsabilidad en resolver el problema, hoy por hoy no podemos negar el papel fundamental que juega el sector privado para prevenir la inseguridad, basándose en su capacidad para innovar y generar oportunidades.
En primer lugar, en fortalecer las economías locales para hacerlas más resistentes a la violencia
Tal como lo presentamos en el reporte del World Economic Forum sobre Inversión Responsable en Contextos Frágiles, el sector privado puede contribuir, en primer lugar, en fortalecer las economías locales para hacerlas más resistentes a la violencia. En Colombia, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia ha apoyado los esfuerzos de paz al continuar con sus actividades en áreas afectadas por la violencia, generando oportunidades de empleos y sensibilizando la población sobre el rol de los empleadores en el desarrollo de un país.
En segundo lugar, las empresas pueden generar espacios de dialogo y sinergias entre todas las partes interesadas de la sociedad.
Por ejemplo, los líderes empresariales en Ciudad Juárez, en México, establecieron el Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (FICOSEC), una iniciativa sin fines de lucro para apoyar financieramente las intervenciones que mejoren la seguridad pública en el estado de Chihauhua y fomenten la participación ciudadana en temas de seguridad pública. El esfuerzo reúne a actores públicos y privados para desarrollar planes estratégicos de prevención, que promuevan la participación comunitaria.
Tercero, las alianzas público privadas pueden ser una fuente innovadora de financiamiento.
Un ejemplo son los Bonos de Impacto Social (SIBs, por sus siglas en inglés), que constituyen un instrumento de inversión novedosos con gran potencial para mejorar el impacto de programas de prevención y rehabilitación social. Hay ejemplos de programas SIBs en la región que buscan disminuir la reincidencia entre los jóvenes al mejorar las oportunidades de empleo y educación en Chile y Colombia, entre otros. Por otra parte, Argentina, Colombia, Chile y Uruguay crearon una plataforma regional llamada SOCIALAB que apoya el emprendimiento y la tecnología. SOCIALAB acerca el conocimiento que poseen las instituciones académicas, las empresas privadas y el sector público con los emprendedores jóvenes de comunidades marginales.
Desde el BID estamos seguros que la seguridad se construye desde un esfuerzo mancomunado de todos los actores involucrados. Todos somos parte de la solución: sector privado, academia, sociedad civil, medios de comunicación y organismos de desarrollo. Es por esto que continuamos aprovechando distintas plataformas de intercambio y diálogo para incluir estos temas en las discusiones de política pública en la región. La próxima semana en el World Economic Forum que se llevará a cabo en Medellín, se discutirá el rol de las soluciones innovadoras y emprendedoras en la reducción de la violencia en América Latina.
En un próximo blog, les daremos a conocer un estudio realizado conjuntamente por el BID, el Instituto Igarapé y el World Economic Forum en el que destacamos algunas experiencias innovadoras a nivel local y cómo han logrado obtener resultados concretos en la reducción de la violencia.