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Opinión por Huascar Casado Pujols

Los eventos socio políticos, que han tenido lugar en diferentes partes del mundo, nos muestran una cruel realidad, con la que debemos convivir y de la misma tomar las precauciones oportunas que se adapten a nuestra localidad.

Hemos visto como en américa, los paises abandonan los regímenes de corte izquierdista ó liberales, para retornar a los caminos que bordean el conservadurismo, con ligeras exepciones a la regla.

Nuestra Republica Dominicana, docil, trabajadora, pacifica y muy servicial, ha estado sometida por casi dos decadas a la perversa manipulación desde las esféras de poder, con una multimillonaria inversión oficial para corromper, todo cuanto se oponga en sus planes continuistas en un país, merecedor de un trato noble, sincero y libre de la perversión, en la que por desgracia nos hemos visto transitar en los ultimos años.

Una sociedad que se muestra adormecida, anesteciada y a veces sombificada, además de ser víctima de un sistema de gobierno abusador y al extremo chantajista, saturado de corrupciòn, con la más dolorosa impunidad, permeada por la inseguridad ciudadana, y una vergonzosa inversión de valores, donde los acólitos del poder, se pavonean inmisericordes, mostrando sus grandes fortunas y con ella una penosa, pero, mas molestosa petulancia, altanerìa, egocentrismo, que los aleja de sus semejantes.

Al compás de un invierno sigiloso, con matices que vislumbran la necesidad de un cambio de rumbo, un rumbo deseado en lo mas profundo del corazón de un pueblo.en las ultimas semanas, podemos ver ante el horizonte, un agradable despertar ante el estado de cosas instaurado por la corporación político económica más intolerante y atropellante que hemos podido palpar en la tierra de Duarte, Sanchez y Mella.

Así como en diciembre del año 2010 el mundo pudo ser testigo del inicio de una cadena de hechos socio políticos que luego se denominaría la Primavera Árabe, nuetro pueblo se apresura ante el desarrollo de eventos, que como el pasado día 16 de febrero, abren paso con inucitada intensidad a lo que podríamos llamar «El Invierno Dominicano».

Quiera Dios, nuestros actores políticos, sociales, religiosos, empresariales, puedan asumir con entereza y valor patrio, la responsabilidad que pone en sus hombros, la presente coyuntura y podamos juntos, concretar El Cambio, sin dejar de valorar la oportunidad, convertida en reto que debemos afrontar ante nuestra nación.

Damos con alegría y cargados de esperanza una calurosa Bienvenida a «El Invierno Dominicano»

Fuente: Huascar Casado Pujols

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