Noviembre fue designado en el año 1971 como “Mes de la Familia” por el decreto 1656 del Poder Ejecutivo
Noviembre fue designado en el año 1971 como “Mes de la Familia” por el decreto 1656 del Poder Ejecutivo, solicitado por el Movimiento Familiar Cristiano.
La familia siempre ha sido, y es, el principal pilar de la sociedad. Es el lugar donde los miembros nacen, se educan y desarrollan. Debe ser refugio, orgullo y alegría de todos para miembros.
Noviembre fue designado en el año 1971 como “Mes de la Familia” por el decreto 1656 del Poder Ejecutivo, solicitado por el Movimiento Familiar Cristiano. La solicitud de esta institución fue motivada con el único objetivo de promover el mantenimiento y la formación integral de las familias.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define a la familia como el grupo de personas del hogar que tiene cierto grado de parentesco por sangre, adopción o matrimonio, limitado por lo general al cabeza de familia, su esposa y los hijos solteros que conviven con ellos.
La organización sostiene que la familia es el núcleo primario y vital de la sociedad y de difícil sustitución, por ser el vehículo privilegiado para transmitir aquellos valores que ayudan a la persona a adquirir su identidad. De la familia y de la sociedad se reciben aprobaciones y censuras que llevan a formar los principios rectores. Pero los valores que implican asumir responsabilidades, más que enseñados deben ser testimoniados en el medio familiar. Fuera de toda duda, la familia es el ámbito más apropiado para hacer crecer las potencialidades personales y sociales que tienen el hombre y la mujer dentro de sí.
Esta fecha es propicia para reflexionar sobre cómo mejorar la relación entre cada uno de los miembros de la familia y se den demostraciones de solidaridad.
Así como la escuela tiene (entre otras) las funciones de transmitir a los niños el conocimiento que las sociedades han acumulado, enseñarles los valores y las normas grupales y ofrecerles un espacio para la convivencia de par a par (de niño a niño), la familia, como institución, tiene sus propias funciones sociales, entre las que están:
• El hogar es el espacio en el que las personas desarrollamos relaciones personales íntimas, pues nos enriquecen y nos dan satisfacción.
• La familia es el espacio para la procreación de la especie. En este espacio nacen los niños y las niñas.
• La familia es la célula en la que las personas de todas las edades resolvemos nuestras necesidades de protección, compañía, alimento y cuidado de la salud.
• A través de la familia, las sociedades transmiten sus valores y costumbres a los hijos. La lengua, el modo de vestir, la manera de celebrar los nacimientos o de enterrar a los muertos, las estrategias para el trabajo y la producción, la manera de pensar y de analizar la historia, los modos comunitarios de aprender o de relacionarse con otras personas o grupos sociales, son todas herencias culturales que se transmiten en familia.
• Una función de vital importancia es la socialización.
• La familia es la encargada de propiciar el que niñas y niños se desarrollen como miembros de una nación y de un grupo social, con un sentido de pertenencia, con capacidad de entender y respetar la cultura de su grupo y de su país.
• En familia, niñas y niños construyen su identidad personal.
La imagen que todas y todos tenemos de nosotros mismos como personas distintas, con habilidades, conocimientos, preferencias y carácter propio, es lo que llamamos identidad.
En la familia se construye la identidad durante la infancia y la niñez, lo que determina en gran medida la manera en la que el niño/a se relacionará, producirá o participará como adulto/a en la vida familiar y social de su grupo de pertenencia.
Los niños/as construyen su identidad a partir de modelos humanos, mirando a su papá actuar como trabajador, como esposo, como vecino, como amigo, o como hermano. Construyen su identidad personal cuando observan cómo su mamá se relaciona con ellos mismos, con su esposo, con sus compañeros de trabajo, con el doctor, o el maestro de la escuela; cuando la ven reunirse con sus amigas y amigos, o dirigirse a la asamblea comunitaria para dar su opinión.
Pero la socialización y la construcción de la identidad personal no se dan sólo a partir de la familia. La escuela es un importante espacio en el que ocurren procesos de transmisión de cultura y valores, y de observación de modelos.
Por esa razón es importante que las familias participen en los procesos escolares de sus hijos/as y que estén en permanente contacto con los maestros/as, de esta manera ejercer el derecho a participar de manera directa en la educación escolarizada y en la socialización de sus hijos/as.
Educando exhorta a los dominicanos y al resto del mundo a fortalecer las familias porque en ella está la felicidad y el futuro de las naciones.
Fuentes:
Elcaribe.com.do
Educando.edu.do