Por Rosario Espinal
Antes de Odebrecht, los escándalos de corrupción se diluían entre no ha lugar y expediente archivado. Odebrecht consagró al PLD como un partido corrupto y la corrupción produce desgano o rechazo... Mientras unos malpasan, los antiguos enchancletados del PLD se ven ahora rojos y rellenos, en lujosos vehículos, en bares y restaurantes. El aumento de la delincuencia mantiene a la población en vilo, y todos los programas de seguridad ciudadana han fracasado. Eso exaspera y desespera.
Todas las encuestas muestran que la mayoría de la población considera que el país va por mal camino, pero otorgan al PLD como partido, o a sus posibles candidatos, una ventaja sobre la oposición. A partir de ahí podría concluirse que la mayoría de la población no está harta del PLD. Entonces: ¿por qué titulo yo este artículo como lo hago?
Porque mucha gente está harta del PLD, pero no encuentra una alternativa encantadora donde depositar sus esperanzas. Esa es la razón principal de porqué ningún partido de oposición avanza significativamente en favorabilidad, según distintas encuestas.
La gente está harta del PLD por muchas razones.
Primero, el PLD lleva muchos años en el poder y, como dice la expresión, hasta la belleza cansa; y no se trata de salón de belleza.
Segundo, el PLD ha gobernado repitiendo muchas de las figuras prominentes del partido. Las principales posiciones las ocupan fundamentalmente los miembros del comité político y del comité central. Así ha sucedido gobierno tras gobierno, y éste es el quinto del PLD.
Tercero, la disputa Leonel-Danilo por la candidatura presidencial es vieja. Están en ese pugilato desde el 2007. Mientras ellos dominen las aspiraciones presidenciales, no hay forma de renovar el liderazgo presidencial en el PLD, aunque Leonel Fernández haya hablado de una fábrica de presidentes.
Si el PLD ofrece cansancio, el PRM debería ofrecer encanto. La política no es solo racionalidad, es también emotividad; y cuando falta emotividad, el pragmatismo se impone
Cuarto, la inmensa mayoría de los senadores, diputados, alcaldes, regidores, etc., quieren también repostularse. La mayoría lleva por lo menos dos períodos en sus cargos. Son las mismas caras de arriba a abajo. Y van por más.
Quinto, antes de Odebrecht, los escándalos de corrupción se diluían entre no ha lugar y expediente archivado. Odebrecht consagró al PLD como un partido corrupto y la corrupción produce desgano o rechazo.
Sexto, el aumento de la delincuencia mantiene a la población en vilo, y todos los programas de seguridad ciudadana han fracasado. Eso exaspera y desespera.
Séptimo, ¡es verdad!, la inflación es moderada, pero, para la mayoría de la población la canasta familiar se lleva casi todos los ingresos. No hay dinero dice con razón mucha gente. Y eso, que hay un alto crecimiento.
Octavo, mientras unos malpasan, los antiguos enchancletados del PLD se ven ahora rojos y rellenos, en lujosos vehículos, en bares y restaurantes. Eso irrita a muchos que están fuera del reparto.
Para no seguir numerando, quedémonos con ese listado.
Sigue siendo relevante la pregunta inicial: ¿por qué, según todas las encuestas, no se mueve la aguja electoral de manera determinante a favor de la oposición?
Mi respuesta: porque a pesar del hartazgo, la situación no es desesperante; y, la oposición, a pesar de los ruidos, no genera suficiente encanto.
Para que el hartazgo sea desesperante, se necesita una crisis económica. Pero eso nadie quiere eso, ni es de desearse.
Para que la oposición genere encanto, necesita ideas nuevas y figuras con gran empatía política.
Si el PLD ofrece cansancio, el PRM debería ofrecer encanto. La política no es solo racionalidad, es también emotividad; y cuando falta emotividad, el pragmatismo se impone.
Para ganar las elecciones del año 2020, el PLD cuenta con mucho dinero y con el pragmatismo para superar el hartazgo ciudadano.
El voto pragmático es aquel que, ante la imposibilidad percibida de cambiar, busca afirmar lo que hay, asumiendo que es menos malo.
El desafío del PRM es encantar a la ciudadanía para ganar muchos votantes. El desafío del PLD es aplacar el hartazgo para conservar muchos votantes. En eso radica la campaña electoral iniciada ya sin proclama.
«El desafío del PRM es encantar a la ciudadanía para ganar muchos votantes«
Rosario Espinal
Fuente
Artículo publicado en el periódico HOY