“La corrupción ya no se limita a la periferia del poder. Ahora vemos a presidentes, congresistas, jueces, alcaldes y toda clase de líderes políticos y sociales protagonizar los más escandalosos actos de corrupción”
«En nuestro país hemos sido testigos de un deterioro progresivo de la institucionalidad democrática, sobretodo, durante los años que el Partido de la Liberación Dominicana ha tenido el control de los tres poderes clásicos del Estado y los que ahora se conocen como extra poderes» Hipólito Mejía
SANTO DOMINGO. Los partidos políticos están obligados a adaptarse a las exigencias de transparencia y sanción de la corrupción de la sociedad y desvincularse del narcotráfico y del crimen, para evitar su desaparición.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, el expresidente Hipólito Mejía y el presidente del Parlamento Centroamericano (Parlacen), Tony Raful, coincidieron en un foro con el tema “El rol de los partidos políticos hacia el 2030”, en alertar a las organizaciones políticas para que tomen medidas preventivas.
Almagro dijo que los partidos tienen que “desactivar el actual empoderamiento del crimen organizado en las estructuras políticas y la gobernabilidad”.
“Tienen que rescatar lo mejor del pasado, deben estar cerca de la gente, tienen que reflejar más los intereses de la ciudadanía y menos las disputas internas del poder partidario”, enfatizó.
De su lado, el presidente del Parlacen precisó que los partidos están obligados a “renovarse o morir”.
El expresidente Hipólito Mejía acusó a los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de llevarse “hasta los edificios” de las empresas del Estado al desmantelar la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde).
“En nuestro país hemos sido testigos de un deterioro progresivo de la institucionalidad democrática, sobre todo, durante los años que el Partido de la Liberación Dominicana ha tenido el control de los tres poderes clásicos del Estado y los que ahora se conocen como extrapoderes”, indicó.
Como muestra de ello, señaló, “tenemos el hecho de que ocho años después de haberse modificado la Constitución, casi en su totalidad, más de veinte leyes orgánicas se encuentran pendientes de ser aprobadas, a pesar de la obligación constitucional que tiene el Poder Legislativo de conocerlas”.
Entre estas leyes se encuentra, subrayó, la reforma electoral, tras la recién promulgación de la Ley de Partidos Políticos, “para garantizar que las elecciones sean libres, objetivas, transparentes y, sobretodo, equitativas, como manda la Carta Magna.
Opinó que la erradicación de la corrupción de los gobiernos es la tarea más urgente que tienen los partidos políticos de esta época, con miras a restablecer la confianza de los ciudadanos en la política.
“La corrupción ya no se limita a la periferia del poder. Ahora vemos a presidentes, congresistas, jueces, alcaldes y toda clase de líderes políticos y sociales protagonizar los más escandalosos actos de corrupción”, destacó el líder del PRM.
Poder político y corrupción
Mejía precisó que el ejercicio del poder político se ha vuelto sinónimo de corrupción. En consecuencia, hay que combatirla desde el poder mismo y, sobre todo, desde las estructuras de donde emana el poder, que son los partidos políticos.
Planteó que la Ley Electoral debe poner topes que reduzcan significativamente los gastos en las campañas, además de controles que eviten que los recursos y bienes del Estado, así como otros fondos de origen ilícito, tales como el narcotráfico y lavado de activos, dañen la integridad de los procesos de elecciones.