Orientación en Principios y Valores. Por y para una mejor Nación
“Tenemos un compromiso con la transparencia y con la honestidad para hacer bien las cosas para esta y las futuras generaciones”, Milagros Ortiz Bosch, Directora General de Ética e Integración Gubernamental.
La honestidad es el valor más brillante del ser humano, porque lleva parejo la honradez, la sinceridad, la justicia.
La honestidad debe ser resultado de una elección personal, es una manera de actuar que adoptamos libremente porque consideramos que es lo mejor. A veces, se trata de una decisión difícil, pues trae consigo una pérdida o un sacrificio. Ser honesto significa, pues, decidir que vamos a conducirnos con rectitud, justicia y honradez frente a los desafíos que nos plantea la realidad; quiere decir que no vamos a mentir, robar, engañar o hacer trampa, aun cuando esto nos pueda producir algún beneficio.
Es la cualidad más grata que se puede poseer y la más que buscamos y exigimos a las personas, ya que es el valor indispensable para que las relaciones se desenvuelvan en un clima de confianza y armonía, es garantía de la credibilidad que se manifiesta cuando hay coherencia entre lo que se piensa y la conducta de los actos.
Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad (Séneca)
Ser honesto hace referencia a un conjunto de atributos personales.
Estos atributos, son la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y de actuar. Dicho en otras palabras, el ser honesto es un conjunto de cualidades, que todas las personas deberían tener.
El modo de vivir de cada uno habla de su honestidad y se reconoce en la sinceridad de palabras y comportamientos, en el cumplimiento de las obligaciones y compromisos, en la discreción y seriedad ante las confidencias y secretos personales, en la lealtad y fidelidad, en la mirada limpia, en la bondad de los sentimientos puros de un noble corazón.
Política honesta sí se puede!!
Una buena noticia! Sí es posible una política honesta.
Lejos de la ambición y de buscar el poder por el poder, sí existe una política en la que no existe la soberbia y se busca servir y consolidar el bien común, sí existen los políticos honrados que no buscan enriquecerse ni abusar del dinero público y estas virtudes están dentro de todos y todas.
La gran responsabilidad
Es la gran responsabilidad del liderazgo político educar a las futuras generaciones en la forma correcta de hacer la política. Honesta, de servicio, comprometida, en respeto e inclusión, basada en principios y valores
Alejándose de una política excluyente, soberbia, basada en el blindaje unipersonal o de grupos especiales, protectores solo de sus intereses, ganancias, progreso y desarrollo personal.
La responsabilidad del liderazgo político de educar a las futuras generaciones en la forma correcta de hacer la política, es, deben y tienen que trabajarla hoy, cada minuto, en cada acción, cada oportunidad de comunicar valores principios, compromiso y responsabilidad. Transmitiendo el deseo de servicio por el bien y el desarrollo integral y común de los y las ciudadanas de toda una Nación.
El futuro de las naciones siempre está en las manos de sus habitantes, líderes políticos, organizaciones civiles y sociedad, orientados en el compromiso, la responsabilidad, el respeto, la honradez y la honestidad, el futuro está asegurado.
“El valor para convertirse en un instrumento, en un principio ético necesita la honestidad, si no se es honesto, el valor ético no se entiende. » Milagros Ortiz Bosch, Directora General de Ética e Integración Gubernamental.
Aportes Fuentes: Margarita Ojeda García – Milenio Opinión» Politica y Honestidad es posible?» – Milagros Ortiz Bosch, Directora General de Ética e Integración Gubernamental.