Martínez Howley tenía 30 años de edad cuando fue asesinado a tiros en la avenida José Contreras
El horrendo asesinato del periodista Orlando Martínez no consiguió el objetivo de silenciar el periodismo. Los 12 años de gobierno del doctor Joaquín Balaguer (1966-1978) no califican como una típica dictadura porque los periodistas siguieron ejerciendo su rol, exponiéndose a la persecución y a las amenazas.
Este 17 de marzo llegamos al 46 aniversario del asesinato del periodista Orlando Martínez. Un crimen de Estado que apenas pudo ser sancionado parcialmente, y que desde el primer momento estuvo en conocimiento del presidente de la República de entonces, Joaquín Balaguer, sobre quiénes fueron los responsables del asesinato que puso en evidencia la fachada sanguinaria de una administración que tiñó de sangre muchas calles de la República Dominicana.
Orlando Martínez Howley fue asesinado en el momento en que dirigía la revista Ahora!, propiedad del periodista y abogado Rafael Molina Morillo.
Orlando Martínez Voz de defensa y denuncia
Hace 46 años que en República Dominicana ocurrió el asesinato del periodista Orlando Martínez Howley, un suceso registrado durante el gobierno de los 12 años de Joaquín Balaguer.
El periodista Orlando Martínez Howley, alzaría su voz para defender y denunciar los abusos cometidos en esta época, quien mas tarde se convertiría en un crítico del «gobierno de los doce años de Joaquín Balaguer» (1966-1978).
Orlando era el autor de una columna diaria en el diario El Nacional de Ahora, que cada día abordaba temas políticos, militares, sociales e internacionales con un prisma crítico, muy a tono con el pensamiento socialista del autor, quien reflejaba claramente las ideas en boga en las líneas programáticas del Partido Comunista Dominicana.
Martínez Howley tenía 30 años de edad cuando fue asesinado a tiros en la avenida José Contreras, cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde se erigió un busto en su honor.
Era un periodista de izquierda, miembro del Partido Comunista Dominicano y hacía oposición al entonces gobierno de Balaguer.
Además, fue director de la revista “Ahora” y columnista del periódico El Nacional.
El crimen, ocurrido el 17 de marzo de 1975, se mantuvo impune hasta su reactivación en 1996 hasta que el fiscal del Distrito Nacional Guillermo Moreno dirigió la reapertura del caso.
En una sala abarrotada de personas y un gran dispositivo de seguridad, la Cámara Penal de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís condenó en 2007 a 30 años de prisión a los confesos asesinos del periodista: Mariano Cabrera Durán y Rafael Alfredo Lluberes Ricart (Lluberito).
En 2005 la Corte de Apelación fue apoderada del caso por la Suprema Corte de Justicia (SCJ), luego de que la Cámara Penal del Distrito Nacional los condenara a 15 y 12 años de prisión y estos apelaran.
Un tercer condenado fue el fallecido general retirado Joaquín Antonio Pou Castro, a quien le impusieron 20 años y Luis Emilio de la Rosa Beras cumplió una pena de cinco años.
Horrendo hecho No silencio al periodismo
El horrendo asesinato del periodista Orlando Martínez no consiguió el objetivo de silenciar el periodismo. Los 12 años de gobierno del doctor Joaquín Balaguer (1966-1978) no califican como una típica dictadura porque los periodistas siguieron ejerciendo su rol, exponiéndose a la persecución y a las amenazas. Otros periodistas perdieron la vida, como Guido Gil Díaz y Gregorio García Castro, o Enrique Piera, y las patrañas y acusaciones se quedaban entre los generales policiales criminales, abiertamente identificados, que estaban vinculados como parte o cabecillas de grupos vandálicos, como La Banda Colorá, que cobraron cientos de vidas de jóvenes progresistas y opositores al régimen del doctor Balaguer.
Desde el 17 de marzo de 1975 Orlando Martínez ha iluminado desde su martirio el ejemplo del periodismo combativo, del periodismo combatiente, del periodismo crítico. Y por ello esta fecha es simbólicamente importante para los periodistas y para los medios dominicanos.
Por considerarlo de interés, reproducimos el último artículo de Orlando Martínez:
¿Por qué no, doctor Balaguer?
Señor Presidente de la República, ya que usted impide que un artista del prestigio y la calidad moral de Silvano Lora viva en su Patria, ya que dejar en el extranjero a dominicanos le produce placer o ganancias politiqueras, me voy a permitir hacerles algunas recomendaciones.
Espero que sobre todo medite la última. Como Usted ha dicho que en este gobierno, y parece ser cierto, la corrupción sólo se detiene en la puerta de su oficina, ¿Porqué no saca de la República Dominicana a todos esos corruptos? Como aquí existe una galopante inflación de delincuentes sin uniformar y, según usted, también uniformados, ¿porqué no les ordena a los calieses del régimen que los apresen y los metan en un avión? ¿Porqué no les dice a los genízaros que prestan servicio en el aeropuerto que apresen no a los que traen cigarrillos de marihuana, sino a los pejes gordos del tráfico de drogas?
¿Porqué no manda al exilio a los que reciben comisiones para negociar contratos que entregan nuestras riquezas a las compañías multinacionales? ¿Porqué no instala en un barco a los latifundistas, a los que están negados a que este país salga del subdesarrollo y de la situación de miseria colectiva que lo acompaña?
¿Porqué no entra en ese mismo barco a quienes en la ciudad son el soporte ideológico de esos terratenientes?
Y también a quienes son el sostén armado, los que dan palos, apresan y torturan campesinos que luchan por sus derechos. Como Usted es enllave de los norteamericanos, ¿porqué no le solicita un portaaviones para enviar al lugar que fuese a los numerosos calieses que viven del trabajo del pueblo?
En caso de que su amistad con los Estados Unidos sea más estrecha de lo que sospechamos, ¿Porqué no le pide al Pentágono un cohete último modelo con el objetivo científico de crear una colonia de calieses en la luna? ¿Porqué no desaparece de la vista de los dominicanos honrados, que son la mayoría, a todos los vagos que en este gobierno cobran sin trabajar?
¿Porqué, tómelo en cuenta, no deposita en un cómodo asiento de primera a los funcionarios irresponsables que se las dan de Fouché contemporáneos y a la hora de la responsabilidad no dan la cara?
Y mi recomendación final: Si es inevitable que esta situación continúe, si es imposible evitar actos indignantes y miserables como el que presencié el domingo en el aeropuerto, ¿porqué, doctor Balaguer, no se decide Usted a subirse en el avión o el barco y desaparece definitivamente de este país junto a todos los anteriormente mencionados?
Fuente: Diario Libre – El Día – Acento – Video propiedad Edith Febles