EL EVANGELIO DE HOY
PROVERBIOS 26:20-22 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Sin leña se apaga el fuego, y sin chismosos se acaba el pleito. Para hacer brasas, el carbón; para encender el fuego, la leña; para encender los ánimos, el pendenciero. Los chismes son deliciosos bocados, que penetran hasta lo más profundo.
El chisme no solo hiere, también contamina. En la Biblia, la lepra simboliza el pecado que aísla, corroe desde dentro, destruye relaciones y desintegra comunidades. Así funciona el chisme: se disfraza de conversación inocente, pero en realidad es una infección silenciosa que divide, destruye y deja profundas huellas en el alma de quienes lo practican y de quienes lo padecen.
Jesús nos invita a vivir en la verdad, a hablar con caridad y a corregir en privado, a no murmurar en secreto. El chisme mata la confianza, destruye la reputación de los demás y nos aleja del corazón de Dios. No te conviertas en instrumento de división. Habla bien o calla. Deja que tus palabras sanen, no que contagien. Porque quienes viven en el Espíritu no necesitan el veneno del chisme para sentirse vivos.
A continuación, se presentan algunos versículos que abordan el tema del chisme:
Levítico 19:16:
“No andarás chismeando entre tu pueblo, ni te levantarás contra la vida de tu prójimo. Yo soy Jehová”.
Proverbios 11:13:
“El que anda en chismes descubre el secreto; mas el fiel de espíritu guarda la cosa”.
Proverbios 16:28:
“El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos”.
Proverbios 20:19:
“El que anda en chismes descubre el secreto; por tanto, no te entremetas con el que lisonjea con sus labios”.
Proverbios 26:20:
“Donde no hay leña, se apagará el fuego, y donde no hay chismoso, cesará la contienda”.
Santiago 4:11:
“Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga la ley; pero si juzgas la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez”.
1 Timoteo 5:13:
“Y también aprenden a estar ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran”.
Estos versículos, entre otros, muestran la preocupación de la Biblia por el impacto negativo del chisme en las relaciones interpersonales y en la comunidad. Se promueve la discreción, la veracidad y el amor al prójimo como antídotos contra el chisme.
En resumen, la Biblia desalienta el chisme por sus efectos destructivos, enfatizando la importancia de la comunicación respetuosa y edificante.

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