El Gobierno dominicano, a través del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), realizó una misión de identificación del proyecto “Cuenca del río Yuna: de la montaña al arrecife”, concebido en el marco del programa Naturaleza, Gente y Clima (Nature, People and Climate – NPC), cuyo financiamiento procede de los Fondos de Inversión para el Clima (CIF).

La misión incluyó recorridos de campo en áreas protegidas, manglares, arrecifes de coral, zonas de producción arrocera, montañas y la presa de Hatillo, en busca de determinar posibles soluciones basadas en la naturaleza para la protección y recuperación de la cuenca del Yuna.

Durante el recorrido se hizo una identificación preliminar de acciones necesarias para reducir la deforestación, la erosión costera y del suelo y la pesca no sostenible, así como la contaminación ambiental por producción agrícola y por residuos sólidos en la cuenca.

Asimismo, con el fin de identificar el alcance que deberán tener estas intervenciones, se conocieron proyectos de agroforestería, energía, minería y otras actividades económicas que se desarrollan en el territorio, con la finalidad de encontrar soluciones en términos de diversificación económica y resiliencia comunitaria, al tiempo de fortalecer la seguridad hídrica y alimentaria de quienes residen en la zona.

El vicepresidente ejecutivo del CNCCMDL, Max Puig, recordó que la seguridad alimentaria depende de los recursos naturales y a su vez del manejo integral de estos, especialmente ante la amenaza del cambio climático y reiteró que preservar los recursos naturales, el suelo, el agua y la biodiversidad de las cuencas como el Yuna permite diversificar, acelerar y garantizar las oportunidades de crecimiento económico.

“Actuar con medidas enfocadas en la resiliencia ante el cambio climático para preservar los recursos naturales, y así reducir daños y pérdidas, es clave para la economía, el territorio y la gente”, dijo.

EL CIF

El Fondo de Inversión Climática es uno de los recursos multilaterales más grandes del mundo para la acción climática en países en desarrollo. En la COP27 anunció que República Dominicana encabezó la lista entre los primeros 5 lugares de los 48 países interesados en acceder a estos fondos de un primer conjunto de naciones y regiones que se beneficiarán de la plataforma CIF – NPC.

Los recursos logrados por el país oscilarán entre 35 y 50 millones de dólares estadounidenses y se enfocarán, una vez sea aprobado el plan de inversión propuesto en el Comité de Fondos Fiduciarios (TFC, por sus siglas en inglés) del CIF, en desarrollar un plan para acciones climáticas en beneficio de la restauración y la preservación de la cuenca del río Yuna, desde su nacimiento hasta la desembocadura en la Bahía de Samaná.

La ejecución de estos fondos enlaza al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) en la formulación de un plan para recuperar la cuenca alta, media y baja del río Yuna, el cual, según se estima, estará listo para principios del 2024.

El programa “Cuenca del Yuna: de la montaña al arrecife” también involucra la participación del Ministerio de Medioambiente y el de Agricultura, igual que diversas agencias de cooperación y organismos multilaterales.

En la agenda de la misión, destaca la participación de Paul Hartman, especialista y punto focal para el país del CIF – NPC; Max Puig, vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio; Katharina Falkner Olmedo, representante del Grupo BID; Alexandria Valerio, representante del Banco Mundial; Darío Vargas, viceministro de Extensión del Ministerio de Agricultura;  Elpidio Tineo, director Agua y Cuencas del Ministerio de Medio Ambiente, y Eliferbo Herasme Díaz, director de la Unidad Técnica Ejecutora de Proyectos de Desarrollo Agroforestal.

Sobre el río Yuna

El río Yuna es uno de los afluentes más importantes de la República Dominicana. Se ubica en la región Noreste del país y discurre por las provincias de San José de Ocoa, La Vega, Sánchez Ramírez, Duarte y Samaná. El río Yuna nace en la cordillera Central y desemboca en la bahía de Samaná. Tiene unos 185 kilómetros (115 millas) de largo y es una fuente de agua determinante para riego y otras actividades en la región. Así mismo, sirve para el abastecimiento de agua potable, alberga una gran variedad de plantas y animales, incluyendo algunas especies endémicas en la región. La cuenca incluye relevantes hábitats forestales que sirven tanto para almacenamiento de carbono como para conservación del suelo y es útil para otras actividades económicas como la ganadería, la pesca, el turismo y la minería.

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