Luctuosa DR. Luis Enrique Cantisano, Neurologo de Santiago

Victoria Ramírez on Twitter: "Soy medica, estoy de luto! 14 de Julio, pongo  esta imagen en memoria de mis colegas q han dado su vida por el pueblo  salvadoreño y también como

Descanse en Paz!!

50 Frases de DUELO

Este domingo murió a los 65 años de edad, el neurólogo Luis Enrique Cantisano en Santiago, quien se encontraba delicado de salud luego del COVID. Enrique, estuvo interno en la Clínica Corominas en Santiago, y miembro de la directiva de esa entidad.

Ahora tengo un ángel más en el cielo

estrellas tema Tener un gran día deseos de cumpleaños tarjeta apto para  cualquier persona nuevo

In Memoria DR. Luis Enrique Cantisano, Neurologo de Santiago

Carlos Umaña . firmes y dignos on Twitter: "Queridos colegas hoy no les  felicito en nuestro día más bien pido a Dios que nos libre de esta  pesadilla y que tenga en

Las grandes virtudes de que hacen de un médico un ángel en la tierra al servicio de plan Divino

La vocación del médico ha sido por siglos el servicio, la entrega incondicional a aliviar la salud y mejorar la calidad de vida de las personas, de poder integrar al enfermo a la sociedad para su futura realización como persona.

Las virtudes que un médico adquiere hacen de él un médico virtuoso, que se acerca al pensamiento aristotélico del bien de la persona, que consiste en centrar todas nuestras acciones en la persona y no en usar a la persona para un fin determinado. El primer paso es conocer las virtudes, el segundo esforzarse para adquirirlas y el tercero mantenerlas y enseñarlas a los demás.

Compasión: significa «sufrir juntos». Esta virtud nos hace conscientes del sufrimiento, del dolor, de la soledad del paciente, no es una emoción, un sentimiento que lleva a la falta de acción por parte del médico, sino al contrario lo mueve en el amor, en el deseo de aliviar el dolor de la persona que tiene en frente y a quien quiere incorporar nuevamente a la sociedad.

Prudencia:

 es simplemente la «forma correcta de actuar». Nos ayuda a discernir, a tomar la mejor decisión, sobre todo en momentos donde no hay claridad o hay contraposiciones.

Justicia: es el hecho de dar a los demás lo que se merecen, dar sus derechos. Esta virtud se relaciona con el amor, en el sentido que se conecta con la caridad que nos permite dar a otros. No podemos dar justicia de una forma autónoma, sino que ésta se da por un acto de amor que impulsa las acciones que tienen como fin último dar lo justo. Este amor que genera justicia transforma la profesión en una vocación.

Fortaleza: 

consiste en dar una respuesta cuando todo a nuestro alrededor requiere de acciones inmediatas, es la virtud que hace a un individuo capaz de actuar con principios, con el riesgo de sufrir consecuencias por su acción. Los médicos necesitan fortaleza para hacer lo correcto cuando esto se requiere. La fortaleza inspira al médico a resistir la tentación de disminuir el bien del paciente por sus propios miedos o por presiones sociales o burocráticas.

Integridad:

 es la fidelidad en todas sus actuaciones orientadas hacia el bien del paciente. Permite juzgar la importancia de considerar los principios, normas, guías, preceptos y virtudes en el momento de decidir nuestros actos.

Humildad:

 lamentablemente hoy en día es unas de las virtudes menos populares en medicina. Es el antídoto ante la arrogancia, un vicio que a veces es endémico entre los médicos. La humildad nos permite reconocer la excelencia humana distinguiendo ésta de la perfección absoluta e inefable que muchos médicos creen poseer. La virtud de la humildad permite reconocer nuestras limitaciones y las de los demás, evita que el médico tome ventaja de la vulnerabilidad del paciente y pueda reconocerlo como persona.

Tacto:

 es la habilidad de decir en la conversación, sólo las cosas correctas y callar cuando es necesario hacerlo. Es la discreción en el hacer y decir las cosas.

Conciencia de sí mismo (autorreflexión):

 la habilidad de examinar nuestras motivaciones y conductas, requiere desarrollar capacidad de reflexión.

Simplicidad: permite al médico saber cuándo se ha dicho o hecho más que suficiente. Se relaciona con la virtud de la humildad.

Buen humor: 

es una habilidad perceptiva que mide el tamaño de una situación y sus implicaciones. «Si bien el lenguaje, usado con tacto, es como comunicamos nuestras razones a nuestros pacientes, el buen humor, usado con prudencia, es como comunicamos esperanza».

Reverencia:

 en algunos papiros de textos médicos hallados en Egipto que datan del imperio antiguo 2500 años A.C., encontramos testimonios en escritura jeroglífica que avalan el valor que le atribuían al hecho de escuchar atentamente la queja del enfermo como componente esencial de respeto a la persona. Esta virtud nos permite respetar y admirar la vida humana. Nos permite entender que significa ser un ser humano.

Salmo 23

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DESCANSA EN PAZ DR. Luis Enrique Cantisano, Neurologo de Santiago

@CDN37 Scielo – Reflexiones de perdida y duelo