El voto de conciencia
Opinión por Ramón Cabral
Nuestro voto debe ser honesto, reflexivo debe responder a nuestra conciencia no debemos vender nuestro voto por unos míseros centavos que no nos darán para nada, nuestro voto debe ser para el candidato que pueda representar verdaderamente nuestros sagrados intereses.
En febrero y en mayo de 2020 los dominicanos iremos a las urnas a elegir “democráticamente” a los alcaldes, a los congresistas y al presidente de la República.
Y esto es algo bien serio que debe ser asumido con mucha responsabilidad, pues se trata de escoger las personas que se encargarán de dirigir los destinos de la nación en todas sus dimensiones por cuatro años.
Considero que esta facultad que tenemos los dominicanos es un acto que debe ser asumido, no solo con la debida responsabilidad, sino además con conciencia. Recordemos que la conciencia es «conocimiento compartido», o sea, el conocimiento que un ser tiene de sí mismo, de su propia existencia, de sus actos y de su entorno. Es el conocimiento responsable y personal de una cosa determinada, como un deber o una situación.
Nuestro voto no puede ser a la loca, al contrario, debe ser un acto de conciencia, con pleno conocimiento por quiénes debemos de hacerlo, el cual debe ser emitido precisamente por los candidatos más idóneos y que de verdad puedan representar nuestros intereses como seres humanos y sociales.
Debemos tener bien claro que el voto es una condición necesaria para que un sistema político sea considerado democrático. Si votamos por los candidatos que nos han ofrecido o nos han dado dinero para que votemos por ellos, no estamos, entonces este es un acto que no responde a la conciencia y un acto que no se corresponde con nuestros intereses sociales, políticos y económicos. El voto vendido que se emite por dinero no tiene el menor sentido, pues es un acto contrario a nuestros propios intereses
En nuestro país es muy frecuente a la práctica de candidatos desaprensivos (que se sienten perdidos) de repartir, durante la campaña y el mismo día del sufragio, grandes cantidades de dinero entre los votantes para comprar su conciencia.
Es justo precisar que estos candidatos, una vez logran triunfar mediante esta patraña política inmoral, no se acordarán jamás de las personas que les vendieron su voto, pues en la compra del voto no existe precisamente al interés de representar los verdaderos y sagrados intereses de la población votante, sino el simple interés de llegar para enriquecerse ilícitamente, el interés de llegar a cómo de lugar para practicar una corrupción pública que les permitirá convertirse en millonarios y disfrutar a su ancha, en detrimento de la situación de miseria y calamidad en que se encuentran los segmentos poblacionales más empobrecidos y necesitados de nuestra nación.
Nuestro voto debe ser honesto, reflexivo debe responder a nuestra conciencia, no debemos vender nuestro voto por unos míseros centavos que no nos darán para nada, nuestro voto debe ser para el candidato que pueda representar verdaderamente nuestros sagrados intereses.
Debemos decirles no a los mercaderes de la política votando por mandato de nuestra conciencia.
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*Artículo Publicado originalmente en Diciembre 2019
Fuente El Nuevo Diario – Video JCE