Por: Tony Raful

El gestor y fuerza telúrica de abril de 1965, coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, llega a Santo Domingo el 14 de mayo de 1965, con instrucciones de Bosch para proponerle a Caamaño su renuncia como Presidente de la República, y dar paso al Gobierno de Antonio Guzmán, bajo el aval de la Asamblea Nacional, propuesta discutida en Puerto Rico por Bosch y los representantes del Presidente Lyndon B. Johnson, con la finalidad de reponer de inmediato la Constitución del 1963, y que Guzmán concluyera el período constitucional para el cual fue elegido Bosch en diciembre de 1962. Solamente Fernández Domínguez tenía la autoridad moral para en nombre de Bosch, hacer un pedimento de esa naturaleza. Todos en la mesa de negociaciones de la casa del Gobernador Luis Muñoz Marín en “Trujillo Alto”, en las afueras de San Juan estuvieron contestes en que fuera el coronel Fernández Domínguez, el emisario de los acuerdos entre Johnson y Bosch.

Esos acuerdos incluían la retirada de las tropas interventoras de nuestro país, inmediatamente Guzmán consolidara el control del Estado dominicano. A esos acuerdos dio su anuencia el presidente Balaguer, a quien los norteamericanos llevaron a Puerto Rico secretamente desde New York por 24 horas, para que se entrevistara con Bosch, cediéndolo Bosch a Balaguer dos dirigentes de su recién formado Partido Reformista o Acción Social en el Gabinete del Gobierno de Guzmán.

La respuesta del presidente Caamaño fue, que era imposible aceptar ese acuerdo y renunciar al Poder que el pueblo y la Asamblea Nacional le otorgaron el 3 de mayo de 1965, cuando en ese mismo momento, el día 14 de mayo de 1965, las tropas del CEFA, estaban aniquilando a los constitucionalistas usando todo tipo de armas en la zona norte de la ciudad, asesoradas y reabastecidas por soldados invasores. “Sería una indignidad ante la historia”, dijo Caamaño. El coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez le respondió a Caamaño, que estaba totalmente identificado con su respuesta. Cónsono con la negativa de Caamaño, y deseoso de luchar por su Patria, propuso dar un golpe militar macizo a las tropas del CEFA, para contrarrestar la agresión y penetración de “San Isidro” en la zona Norte.

El coronel Fernández Domínguez le recordó al presidente Caamaño que había tropas del CEFA en territorio constitucionalista en el Palacio Nacional. El presidente Caamaño dio su visto bueno a la toma del Palacio Nacional, y para eso, dispuso que el ministro de las Fuerzas Armadas, el invencible Montes Arache, coordinara con Fernández Domínguez, todo el operativo de la acción militar a ejecutarse. Mucho se ha hablado de esta acción e incluso algunos han querido retractarse de su responsabilidad en ella. Pero todos estuvieron de acuerdo.

Sobre el asfalto de la calle 30 de Marzo, vestido de militar y con las insignias gloriosas de Coronel de la Patria, quedó disparando al enemigo, el primero de los constitucionalistas, el más puro y valiente de todos.

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Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez