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Panorama Internacional

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El presidente de francés, Emmanuel Macron (a la izquierda), y el estadounidense, Donald Trump, con el resto dirigentes, durante un encuentro en el G7. Imagen El País

Este lunes ha finalizado la cumbre del G7 que reune en Biarritz a los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Canadá y Japón. No se esperaba un comunicado consensuado entre los grandes poderes económicos allí congregados, pero finalmente sí que han publicado una breve nota final pese a las tensiones previas de la cita, que auguraban la ausencia de acuerdos. No obstante, el texto apenas contiene novedades.

Con la economía mundial en plena ralentización y la amenaza de una recesión en Alemania y el Reino Unido, en parte debido al incremento de la tensión comercial del último año entre EE UU y China, pero también por la amenaza de un brexit sin acuerdo, la cumbre tenía como objetivo buscar alguna tregua. El ámbito comercial quizá es el que más destaca en el contexto de una guerra arancelaria entre China y EE UU.

Los primeros ministros y jefes de Estado de los miembros del G7 posan para la foto de familia con sus cónyuges y los líderes políticos de los países invitados a la cumbre de Biarritz, Francia.
Los primeros ministros y jefes de Estado de los miembros del G7 posan para la foto de familia con sus cónyuges y los líderes políticos de los países invitados a la cumbre de Biarritz, Francia. Imagen EL País

El G7 defiende así una reforma de la Organización Mundial del Comercio (OIC). «El G7 quiere reformar en profundidad la OMC para que sea más eficaz en la protección de la propiedad intelectual, resolver disputas más rápidamente y erradicar prácticas comerciales desleales».

En concreto, el comunicado plantea alcanzar un acuerdo al respecto sobre esta reforma en 2020 y que esta incluya simplificar la regulación y modernizar la fiscalidad internacional. «El G7 está comprometido con el comercio global abierto y justo y la estabilidad de la economía», subraya. En la mesa también fueron invitados India, Chile y siete países africanos.

Pero, la gran sorpresa fue la invitación de Irán, ya que Francia quiere mediar entre este país y EE UU por la ruptura del acuerdo nuclear. Sobre Ucrania, el G7 respalda que Francia y Alemania participen «en las próximas semanas» en una cumbre con el formato de Normandía, junto a Rusia y Ucrania, «para lograr resultados concretos». En Libia, el G7 apoya una tregua para lograr un alto el fuego duradero. «Creemos que solo una solución política garantizará la estabilidad de Libia. Esperamos una conferencia internacional bien preparada que reúna a todos partes interesadas y a todos los actores regionales involucrados en este conflicto», explica, al tiempo que apoya el trabajo de mediación y de la ONU y la Unión Africana.

Por último, sobre las protestas en Hong Kong, el G7 menciona la «existencia e importancia» de la Declaración Chino-Británica sobre Hong Kong de 1984 por la que Londres accedía a devolver la soberanía de Hong Kong a China el 1 de julio de 1997 y consagra el principio «un país, dos sistemas». Además, el G7 hace un llamamiento a «evitar la violencia».

Pacto por la Amazonía

No obstante, estos días no se han alcanzado los pactos globales esperados. Uno de los más reseñables ha sido el anunciado este lunes por Macron, quien afirmó que el G7 ha conseguido movilizar una ayuda inmediata de 20 millones de dólares (17,9 de euros) para la lucha contra el fuego en la Amazonía. Esta es una primera etapa en el plan en colaboración con los países afectados para que esa región disponga de los medios necesarios «ahora que más se necesita», dijo el presidente francés junto a su homólogo chileno, Sebastián Piñera. «Ofreceremos (a Brasil) un apoyo financiero, de unos 20 millones de dólares.

El próximo mes construiremos una iniciativa para el Amazonas presentada oficialmente en la Asamblea General de la ONU con todos los países de la región», manifestó Macron. El presidente galo confirmó también que sigue con «mucha atención» los fuegos que afectan a varios países del África subsahariana, «principalmente» República Democrática del Congo, y ha planteado la posibilidad de lanzar una «iniciativa similar» a la anunciada para la Amazonia. Y es que la cuestión medioambiental no ha estado exenta de polémica en la cumbre, que ha acogido este lunes por la mañana una reunión sobre el clima a la que no ha asistido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Macron ha justificado esta ausencia alegando que le coincidía con encuentros bilaterales.

Acuerdo con Japón…

Otra negociación cerrada: un acuerdo comercial entre EE UU y Japón que permitirá aumentar la exportaciones agrícolas estadounidenses al país asiático, según anunciaron Donald Trump y el primer ministro Shinzo Abe. Esto permitirá aumentar las exportaciones agrícolas y ganaderas, pero también en otros sectores, por valor de «miles de millones de dólares», afirmó Trump.

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Ambos dirigentes indicaron que todavía quedan algunos detalles que afinar para el texto final, que debería poder firmarse el mes próximo durante la celebración en Nueva York de la Asamblea General de Naciones Unidas.

El acuerdo se centra en tres capítulos: agroalimentario, industrial y comercio digital. Se trata de «muy buenas noticias para nuestros agricultores y ganaderos, señaló por su parte el Representante de Comercio Exterior, de EE UU, Robert Lighthizer, quien concretó mayores ventajas, además del maíz, para carne de vacuno y porcino, trigo, lácteos, vino y etanol. … y con Francia Trump llegó a la cumbre en tensión con Macron tras haber amenazado con imponer aranceles al vino francés en respuesta a la aprobación en Francia de la llamada «Tasa GAFA» (por Google, Apple, Facebook y Amazon), una ley que obliga a los gigantes tecnológicos a pagar un impuesto del 3% sobre la facturación de su negocio digital.

No obstante, el presidente francés anunció este lunes que se ha logrado «un muy buen acuerdo» para que en 2020 se puedan «modernizar las reglas de la fiscalidad internacional» en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En cuanto se logre esa reforma, Francia suprimirá su tasa digital, en vigor desde comienzos de año, dijo Macron en una rueda de prensa conjunta con Trump al término de la cumbre.

Por su parte, el presidente estadounidense eludió decir si renuncia a esas sanciones contra un producto que es símbolo de Francia, cuando se le preguntó si que su esposa Melania hubiera bebido vino francés era una señal. «Puedo confirmar que la primera dama adora el vino francés», se limitó a decir. El compromiso logrado supone que se va a «trabajar para modernizar las reglas de la fiscalidad internacional», para lo cual se ha dado un mandato a la OCDE, que se espera que presente una propuesta de cara al G20 de octubre.

La OCDE no planteará un mecanismo específico para los grupos del sector digital, sino para todas las empresas. Francia y Alemania han sugerido que se fije un tipo mínimo de imposición a nivel mundial sobre los beneficios de las compañías, que así no podrían servirse de los paraísos fiscales para eludir impuestos.

Unidad sobre Irán

Trump aseguró que el jefe del Estado francés le consultó sobre la invitación al ministro iraní de Exteriores, Mohamed Yavad Zarif. Macron «me pidió mi aprobación. No lo considero en absoluto una falta de respeto. Le dije que si quería hacerlo, adelante, no hace falta que pidas mi aprobación», explicó Trump, quien recalcó que «estaba al tanto de lo que hacía» el presidente francés, con el que tiene «una gran relación».

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La reunión entre Macron y Yavad Zarif fue «positiva», según una fuente gubernamental francesa. Y no será el único contacto que mantengan ambos gobiernos estos días. «La razón por la que (Zarif) ha venido es que hubo una conversación muy sustancial entre los líderes del G7 y nos pareció importante hacer balance con él para sentar las bases de una desescalada y una pausa que permita negociar», señalaron las mismas fuentes.

Los responsables de las democracias más desarrolladas coincidieron en que cualquier diálogo debe tener dos objetivos: impedir que el régimen de los ayatolás se haga con el arma nuclear y garantizar la estabilidad en la región. Tanto es así que Trump asegu’ró que los países del G7 han evidenciado en la cumbre de Biarritz una «gran unidad» sobre Irán, al menos en lo que se refiere a la necesidad de trabajar para que la República Islámica no disponga de armamento nuclear.

Tensión con China

Respecto a la tensión comercial, alimentada especialmente por Donald Trump y sus sanciones y aranceles a China, pero también con amenazas a la Unión Europea y otros países, el presidente estadounidense anunció este lunes que su Gobierno ha recibido una comunicación de las autoridades chinas diciendo que están dispuestas a volver a la mesa de negociaciones.

«China llamó la pasada noche a nuestros responsable comerciales y pidieron volver a la mesa… Es un acontecimiento muy positivo», recalcó Trump durante unas breves declaraciones junto con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, con el que se reunió al margen de la cumbre del G7. Además, manifestó su «gran respeto» por el presidente chino, Xi Jinping, por dar este paso y señalar que «quieren un acuerdo» que termine la guerra comercial que dura ya año y medio.

Este anuncio llega después de que el pasado viernes Donald Trump escaló dos nuevos peldaños en la guerra comercial con China, después de que Pekín anunció unos aranceles de represalia contra Estados Unidos.

El ‘brexit’, otro escollo

El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, mantuvieron el domingo una reunión bilateral en la que ambos se limitaron a reafirmar la distancia entre sus posturas sobre el brexit y solo acordaron reunirse en septiembre aprovechando la sesión anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

La canciller alemana, Angela Merkel, junto al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, durante la segunda jornada del G7, este domingo.
La canciller alemana, Angela Merkel, junto al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, durante la segunda jornada del G7, este domingo.

A pesar del optimismo sobre la posibilidad de renegociar el Acuerdo de Retirada que ha vendido Johnson en los últimos días, Tusk ha subrayado que «la pelota sigue estando en el tejado de Reino Unido», una posición que supone un jarro de agua fría para Londres, que esperaba arrancar concesiones a Bruselas.

Johnson, por su parte, ha reiterado a Tusk que no habrá más prórrogas del brexit y que Reino Unido abandonará la UE el 31 de octubre «sean cuales sean las circunstancias» y ha reiterado que el mecanismo de salvaguardia o backstop es «antidemocrático». En cualquier caso, ha reiterado que preferiría una salida con acuerdo y ha subrayado que no impedirá que el Parlamento debata el brexit.

Fuentes

20 Minutos

Imágenes El País

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