Salud mental y vida en equilibrio- Medidas de autocuidado en pandemia
Orientación Ciudadana
Durante la pandemia del COVID-19 y sus variadas implicaciones y repercusiones invasivas y directas para los seres humanos y las sociedades, se hacen presente con con mayor fuerza el estrés, la ansiedad, el miedo, la tristeza, y la soledad. Es posible que empeoren los trastornos de salud mental, incluyendo la ansiedad y la depresión.
El estrés
El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.
El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud.
Hay dos tipos principales de estrés:
- Estrés agudo. Este es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente. Puede sentirlo cuando presiona los frenos, pelea con su pareja o esquía en una pendiente. Esto le ayuda a controlar las situaciones peligrosas. También ocurre cuando hace algo nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u otro.
- Estrés crónico. Este es el estrés que dura por un período de tiempo prolongado. Usted puede tener estrés crónico si tiene problemas de dinero, un matrimonio infeliz o problemas en el trabajo. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses es estrés crónico. Puede acostumbrarse tanto al estrés crónico que no se de cuenta que es un problema. Si no encuentra maneras de controlar el estrés, este podría causar problemas de salud.
El estrés durante el período de pandemia puede en ciertos casos incluir reacciones como:
- Temor y preocupación por su salud y la salud de sus seres queridos, su situación financiera o laboral, o la pérdida de servicios de apoyo de los que depende.
- Cambios en los patrones de sueño o alimentación.
- Dificultades para dormir o concentrarse.
- Agravamiento de problemas de salud crónicos.
- Agravamiento de problemas de salud mental.
- Mayor consumo de tabaco y/o alcohol y otras sustancias.
Aprender estrategias para autocuidado y buscar el cuidado que se necesita para ayudar a afrontar esta situación, es alta prioridad
Medidas de autocuidado
La medidas de autocuidado son buenas para la salud física y mental, y pueden ayudar a tomar control de tu vida. Cuida tu cuerpo y tu mente, y conéctate con otros para beneficio de tu salud mental.
Cuida tu cuerpo
Presta atención a tu salud física:
- Duerme lo suficiente. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días. Practica tu horario normal, aun si estás quedándote en casa.
- Participa regularmente en actividad física. La actividad física regular y el ejercicio pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. Encuentra una actividad que incluya movimiento, como danza, o aplicaciones para ejercicio. Sal al aire libre en un área en que sea fácil mantener la distancia de otras personas — como lo recomiendan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el gobierno — como un sendero en la naturaleza o el patio de tu casa.
- Come de manera saludable. Elige una dieta bien balanceada. Evita comer comida basura y azúcar refinada. Limita la cafeína, ya que puede agravar el estrés y la ansiedad.
- Evita el tabaco, el alcohol y las drogas. Si fumas tabaco o si vapeas ya estás a un riesgo mayor de enfermedades pulmonares. Como laCOVID-19afecta los pulmones, tu riesgo aumenta aún más. Beber alcohol para hacer frente a la situación puede empeorar las cosas y reducir tu capacidad de afrontamiento. Evita tomar drogas como medio de afrontamiento a no ser que tu médico te haya recetado medicación.
- Limita el tiempo frente a las pantallas. Apaga los dispositivos electrónicos por algún tiempo todos los días, y hazlo también 30 minutos antes de dormir. Haz un esfuerzo para pasar menos tiempo frente a una pantalla — ya sea televisión, tableta, computadora o teléfono.
- Relájate y recarga las pilas. Reserva tiempo para ti mismo. Aun unos pocos minutos de tranquilidad pueden refrescarte y ayudarte a calmar tu mente y reducir la ansiedad. Muchas personas se benefician con prácticas como respiración profunda, tai chi, yoga, o meditación. Date un baño de espuma, escucha música, o lee o escucha un libro narrado — haz lo que sea que te ayude a relajarte. Elige una técnica que funcione para ti, y practícala con regularidad.
Cuida tu mente
Reduce los desencadenantes de estrés:
- Mantén tu rutina normal. Mantener un horario regular es importante para tu salud mental. Además de mantener una rutina regular para el momento de irte a la cama, ten horarios consistentes para las comidas, bañarte y vestirte, horarios de trabajo o de estudio, y ejercicio. También toma algún tiempo para actividades que disfrutes. Este procedimiento puede hacerte sentir que tienes más control.
- Limita tu exposición a los medios de comunicación. Las noticias constantes sobre laCOVID-19en todos los tipos de medios de comunicación quizás contribuyan al miedo sobre esta enfermedad. También limita el uso de medios sociales que puedan exponerte a rumores e información falsa. Limita leer, escuchar, o mirar otras noticias, pero infórmate frecuentemente sobre las recomendaciones nacionales y locales. Busca fuentes de información fiables, como(CDC)y(OMS).
- Mantente ocupado. Una distracción puede alejarte del ciclo de pensamientos negativos que alimentan la ansiedad y la depresión. Disfruta de pasatiempos que puedas hacer en casa, identifica un nuevo proyecto u organiza ese armario como te prometiste hacer algún día. Hacer algo positivo para controlar la ansiedad es una estrategia sana de afrontamiento.
- Concéntrate en los pensamientos positivos. Elige enfocarte en las cosas positivas en tu vida en lugar de hacerlo en qué mal te sientes. Considera comenzar cada día haciendo una lista de las cosas por las que estás agradecido. Mantén un sentido de esperanza, esfuérzate en aceptar los cambios cuando se presentan, y trata de considerar los problemas en perspectiva.
- Usa tus valores morales o tu vida espiritual como apoyo. Si tus creencias te dan fuerza, pueden brindarte consuelo en momentos difíciles.
- Establece prioridades. No te abrumes creando una lista de cosas que te cambiarán la vida y que quieres lograr mientras estás quedándote en casa. Fija metas razonables todos los días, y haz un esquema de los pasos para lograrlas. Reconoce tus logros por cada paso en la dirección correcta, sin importar qué pequeños sean. Y acepta que algunos días serán mejores que otros.
Conéctate con otras personas
Organiza el apoyo y haz tus relaciones más sólidas:
- Forma conexiones. Si necesitas quedarte en casa y distanciarte de los otros, evita el aislamiento social. Encuentra un tiempo cada día para hacer conexiones virtuales por email, textos, teléfono o FaceTime o aplicaciones similares. Si estás trabajando a distancia desde tu casa, pregúntales a tus colegas cómo están, y comparte consejos para afrontamiento. Disfruta haciendo sociabilidad virtual y hablando con los que viven en tu casa.
- Haz algo para los demás. Encuentra un propósito ayudando a la gente que te rodea. Por ejemplo, envía email o textos o llama para ver cómo están tus amigos, familiares, y vecinos — especialmente los que son adultos mayores. Si sabes de alguien que no puede salir, pregunta si necesita algo, como por ejemplo cosas de la tienda o que le traigan un medicamento de la farmacia. Asegúrate de seguir las recomendaciones de(CDC),(OMS)y tu gobierno sobre distanciamiento social y reuniones de grupo.
- Presta apoyo a un familiar o a un amigo. Si un familiar o un amigo necesita aislarse por razones de seguridad o se enferma y necesita hacer cuarentena en su casa o en el hospital, piensa en maneras de permanecer en contacto. Por ejemplo, puedes hacer esto con dispositivos electrónicos o el teléfono, y enviarle una nota para alegrarle el día.
Depresión: 12 consejos para prevenirla
1. Mejora la inteligencia emocional (IE)
Manejar las emociones de forma inteligente se considera fundamental para la propia adaptación física y psicológica. La inteligencia emocional se entiende como un conjunto de habilidades que permiten percibir, valorar y expresar emociones, acceder a ellas, comprenderlas y, por último, regularlas.
2. Practica ejercicio
Seguramente ya habrás escuchado esto antes, pero te lo vamos a repetir: el ejercicio físico te aporta muchos beneficios tanto físicos como psicológicos. Para prevenir la depresión el ejercicio físico es positivo, pues favorece la liberación de endorfinas, unas sustancias químicas que producen sensación de felicidad y euforia.
3. Come sano y equilibrado
La dieta no va a curar la depresión, pero puede ayudar a que nos sintamos mejor. Comer sano y equilibrado mejora la salud y el bienestar mental, pues repercute en la salud general y, por tanto, en la salud mental. Algunos estudios afirman que la dieta mediterránea es ideal para prevenir la depresión. Esto ocurre porque es una dieta rica en folato y vitaminas del grupo B que son esenciales en las rutas metabólicas de la metionina, homocisteina y para la s-adenosil-metionina (SAM), implicadas en la biosíntesis de neurotransmisores que afectan al estado de ánimo, como la dopamina y la serotonina.
4. Ten una vida social activa y practica tus hobbies . (Adaptada a la pandemia)
Las transformaciones en las relaciones interpersonales, vida cotidiana y el actuar político y social por la pandemia exigen nuevas modalidades de vida social.
Tener una vida social activa se ha demostrado que es eficaz para prevenir la depresión. Rodearse de buenos amigos, acudir a eventos y practicar los hobbies que nos gustan, son positivos para tener una vida más plena.
Por tanto, es necesario no aislarse ( conexiones virtuales por email, textos, teléfono o FaceTime o aplicaciones similares.) y tratar de pasar buenos momentos en la nueva modalidad que la pandemia impone.
5. Deja de compararte con los demás y deja de pensar en lo que los demás piensan de ti
Compararse continuamente con los demás puede tener consecuencias negativas para tu autoestima. El mundo en el que vivimos nos exige ser perfectos en todo y en todo momento, incluso de manera irracional. Pero no sólo compararse con los demás es negativo, sino que es habitual estar pendientes de gustar los demás todo el tiempo. El desgaste psicológico de compararse con los demás y de estar pensando en agradar a todo el mundo no es sano y produce estrés innecesario.
6. Vive el presente
Vivir el presente cuida tu salud emocional y tu estado anímico. Esto parece fácil de hacer, pero habitualmente estamos con el cuerpo en el presente pero la mente en el pasado o el futuro. Aprender a vivir en el presente te ayuda a mejorar el bienestar y te protege contra la depresión.
7. Ponte metas realistas
Nada te motivará más que tener un propósito en la vida o unos objetivos que conseguir. A corto o a largo plazo.
8. Acéptate y perdónate
Aprender a perdonarse y a aceptarse a uno mismo es un aspecto importante para poder prevenir la depresión. Es decir, que es necesario perdonarnos por los errores cometidos o por las cosas que no hicimos como debíamos. El pasado no puede cambiarse, pero la percepción que tenemos sobre el pasado sí.
Aceptarse y perdonarse es una elección propia, que supone afrontar también nuestro pasado y nuestro presente, aprendiendo a convivir con aquello que no podamos cambiar y asumiendo una actitud positiva ante la vida.
9. Aprende a vivir con la incertidumbre y a tener una actitud positiva
Desde jóvenes nos han educado para tener una vida tranquila y perfecta, pero la realidad no siempre es así, especialmente en los tiempos que corren. Por ejemplo, hace poco más de una década era habitual tener un puesto de trabajo para toda la vida. Hoy en día, tener un empleo estable se ha convertido en algo extraño en muchas profesiones.
Por tanto, hoy estamos aquí, pero mañana… quién sabe. Tener una mentalidad flexible es mucho más adaptativo que tener una mentalidad rígida, y aprender a vivir con la incertidumbre y con una actitud positiva frente al cambio, te convierte en una persona mucho más preparada para la realidad actual.
10. Cuida tu nivel de estrés
El estrés es muy común en el ritmo de vida que llevamos, pero cuando el estrés es continuado, las cosas pueden empeorar y desembocar en una depresión.
Tratar el estrés lo antes posible puede ser beneficioso para evitar un empeoramiento y futura aparición de depresión. Además, se ha demostrado que una mala organización del tiempo puede provocar distintos trastornos, como depresión o ansiedad.
11. Evita el alcohol y las drogas
El alcohol es una droga de legal y socialmente aceptada que puede parecer inofensiva. La realidad es que, consumida de manera frecuente, puede causar problemas serios para la salud. Otras drogas como la marihuana, que también son catalogadas como drogas blandas, pueden provocar trastornos depresivos.
Pero no sólo el consumo prolongado de estas sustancias es perjudicial, sino que ir drogado o bebido puede llevarte a cometer acciones de las que después puedes arrepentirte. Por tanto, no deberías consumir drogas ilegales, pero si vas a beber alcohol, que sea con moderación.
12. Duerme lo necesario
Una buena higiene del sueño afecta positivamente a tu bienestar emocional. Perturbar los ritmos circadianos se asocia a la depresión, y resicronizarlos utilizando suplementos de melatonina se ha demostrado que tiene un efecto antidepresivo. Si tu horario laboral te lo permite, intenta tener hábitos que te ayuden a dormir mejor.
Por ejemplo, sigue un horario que posibilite que te duermas más o menos misma hora y evita sustancias excitantes a partir de media tarde.