Hana Fischer considera que el alto nivel de corrupción en América Latina se debe a las excesivas protecciones de nivel constitucional que poseen las autoridades del poder ejecutivo y legislativo, provisiones que prácticamente les garantiza la impunidad.
Corrupción y democracia en Latinoamérica
Por Hana Fischer
La corrupción es un flagelo que históricamente ha asolado a América Latina. A pesar de ello, el mundo ha quedado impresionado al conocerse su profundidad y extensión a raíz del “Lava Jato”.
No es sorprendente que en las dictaduras ella sea brutal, porque como señala Lord Acton, “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Por eso, más oportuno es analizar por qué está extendida en las democracias latinoamericanas.
A nuestro juicio, la raíz del problema está en los arreglos institucionales que establecen nuestras constituciones. Ellas son redactadas o reformadas a impulsos de los políticos. Frecuentemente, lo que los impulsa a hacerlo es servir a sus propios intereses corporativos y/o partidarios. En consecuencia, el ciudadano no es el centro sobre el cual gravitan la mayoría de sus artículos sino el “Estado”. El “Estado”, es un eufemismo para hacer referencia a los políticos y burócratas. Como abstracción que es, se le adosa arbitrariamente características que lo asemejan un dios. Por ejemplo, “que no persigue el lucro sino el bien común”.
En las constituciones latinoamericanas el sistema de controles y contrapesos —que no es lo mismo que la separación de poderes sino otro instrumento para limitar el poder— está organizado de tal modo que tiene mucho de farsa. Es decir, por un lado se establecen órganos de contralor pero por el otro se les quita toda real eficacia.
Hana Fischer es analista política uruguaya.
Reflexión
«A nuestro juicio, la raíz del problema está en los arreglos institucionales que establecen nuestras constituciones. Ellas son redactadas o reformadas a impulsos de los políticos. Frecuentemente, lo que los impulsa a hacerlo es servir a sus propios intereses corporativos y/o partidarios. » Hana Fischer
Fuente EL Cato