COMERCIO Y POLÍTICA INTERNACIONAL
El puerto de Chancay, un multimillonario proyecto conjunto de China y Perú, pretende revolucionar el comercio en la región. Para China supone fortalecer su presencia en Latinoamérica, para Perú alzarse como el principal centro portuario del Pacífico Sur ante el mercado asiático.
China abre megapuerto en Perú para consolidar su presencia en Asia-Pacífico
Un proyecto de gran escala con inversión China
Con una inversión aproximada de 3,400 millones de dólares, el puerto de Chancay se erige como uno de los desarrollos más significativos en la infraestructura latinoamericana. Respaldado por Cosco Shipping Company, un líder en el transporte marítimo, el puerto contará con 15 muelles, oficinas, servicios logísticos y un túnel de 2 kilómetros que facilitará la circulación de carga. Este megaproyecto se integra en la «Iniciativa de la Franja y la Ruta», un esfuerzo global de China para expandir su comercio y aumentar su poder geopolítico.
Chancay no solo busca ser un centro logístico para Perú, sino que se posiciona como un hub estratégico para el comercio entre Asia y América Latina. Se espera que la puesta en marcha de este puerto reduzca significativamente los tiempos de tránsito de mercancías, pasando de 40 a 28 días, lo que mejorará la eficiencia en el transporte.
El gobierno peruano calcula que el nuevo terminal generará 7,500 empleos directos e indirectos
Mejora en la conectividad comercial global
Uno de los beneficios más destacados del megapuerto es su capacidad para optimizar las rutas comerciales entre Perú y Asia. Equipado para recibir a los buques de carga más grandes del mundo, el puerto facilitará el transporte de mercancías a gran escala, reduciendo costos y tiempos de envío.
Con el megapuerto de Chancay, China incrementa su capacidad para desembarcar sus mercancías en Sudamérica y embarcar las que importa de esta región, principalmente minerales como litio y cobre, así como productos agrícolas como la soja.
Esto no solo beneficiará a Perú, sino también a otros países de la región, al mejorar la logística y aliviando la congestión que actualmente afecta al puerto de El Callao, el principal punto de entrada y salida de mercancías en Perú.
Competencia regional
El impacto del megapuerto de Chancay se extiende más allá de Perú, afectando la competitividad de los puertos en países vecinos, especialmente en Chile. Los puertos de San Antonio y Valparaíso, que manejan aproximadamente el 70 % de la carga nacional chilena, podrían perder cuota de mercado a medida que los exportadores busquen aprovechar las ventajas logísticas que ofrece Chancay.
La modernización de los puertos chilenos ha sido lenta, lo que abre la puerta a que el puerto de Chancay capte el interés de exportadores chilenos, particularmente aquellos que envían productos a China, como las frutas. Esto podría traducirse en una ruta más rápida y económica para el transporte de sus productos.
De igual modo, el puerto de Chancay también presenta implicaciones para Brasil, el mayor socio comercial de China en la región. Ambos países han manifestado su interés en utilizar Chancay como un punto de exportación para productos brasileños. Sin embargo, la distancia geográfica entre las principales regiones productoras de Brasil y el puerto representa un considerable desafío logístico, lo que podría hacer que los puertos del Atlántico, como los de Manaos, sigan siendo la opción preferida por su menor costo de transporte.
Preocupación de Estados Unidos
En un contexto de crecientes tensiones internacionales y la constante competencia geopolítica, la inauguración del megapuerto de Chancay ha suscitado preocupaciones entre Estados Unidos y sus aliados. La iniciativa de China en Chancay forma parte de una estrategia más amplia para diversificar sus cadenas de suministro y asegurar rutas comerciales críticas que puedan operar independientemente de las sanciones o conflictos con Occidente.
En un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y China están marcadas por una creciente desconfianza, Pekín busca consolidar su presencia en puntos estratégicos del mundo, y América Latina es una región crucial en este juego de poder.
El puerto de Chancay, como uno de los más de 40 puertos controlados por China en diversas partes del planeta, refleja esta aspiración de Beijing por consolidarse como un actor clave en el comercio global.
Controversias ambientales y sociales
A pesar de sus beneficios, el proyecto del megapuerto ha suscitado controversias. Grupos ambientalistas han expresado su preocupación por el impacto ecológico que la construcción y operación del puerto podrían tener en la costa de Chancay. La rica biodiversidad marina de la región podría verse amenazada por el desarrollo de la infraestructura.
Además, se han planteado inquietudes sobre la contratación de mano de obra local. Históricamente, en proyectos similares, empresas chinas han preferido traer trabajadores de su país en lugar de emplear a personas de las comunidades cercanas. Esto ha generado una ola de críticas entre defensores de los derechos laborales, quienes advierten sobre la falta de oportunidades para los trabajadores locales.
Uno de los beneficios más destacados del megapuerto es su capacidad para optimizar las rutas comerciales entre Perú y Asia. Equipado para recibir a los buques de carga más grandes del mundo, el puerto facilitará el transporte de mercancías a gran escala, reduciendo costos y tiempos de envío.
REVISTA MERCADO – DW ESPAÑOL