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Por Luis José Chávez

Probablemente  en ningún otro momento de la vida política del país, el sentido de la continuidad institucional ha tenido tanta validez como en la actual coyuntura electoral,   cuando los ciudadanos del Distrito Nacional podrán decidir  entre dos  modelos de gestión municipal, claramente diferenciados,  que han regido la Capital en los últimos 18 años.

La economista Carolina Mejía,  candidata a la alcaldía del Distrito Nacional por el PRM, y apoyada “en cuerpo y alma” por David Collado, como él mismo lo proclamó y lo ha mostrado, ha  definido su propia  visión programática pero no ha tenido ninguna reserva en declarar su firme convicción de darle continuidad al modelo de transparencia y eficacia establecido por la actual administración y al revolucionario   esfuerzo de optimización de servicios y  transformación urbana alcanzado en estos últimos tres años.

Bajo el lema de continuar por el buen camino, Carolina ha definido entre sus prioridades de gestión, mantener y profundizar los procesos de transparencia y buena administración ya afianzado; hacer énfasis en la innovación gerencial  y aplicación de las nuevas tecnologías de la información para elevar la calidad de los servicios; y  consolidar y mejorar  los parámetros logrados hasta ahora  en el manejo de los desechos sólidos y  la gestión del aseo urbano, haciendo énfasis en la educación, la  recuperación y el reciclaje, bajo la premisa de que la basura es un recurso valioso colocado en el lugar equivocado;

Igualmente ha propuesto  ampliar y  fortalecer los espacios institucionales de participación social mediante el Presupuesto Participativo Municipal, el Cabildo Abierto; el Consejo Económico y social, los comités de seguimiento municipal y otras instancias definidas por la ley 176-07; así como promover  un vigoroso esfuerzo de sensibilización y concertación para impulsar el Plan de Ordenamiento Territorial formulado por la administración de David Collado.

También se propone  asumir todas las competencias que en materia de tránsito y transporte corresponden al Ayuntamiento, incluyendo la articulación de una mesa interinstitucional para la búsqueda de soluciones a esta compleja problemática. La integración de Hugo Beras y su visión  realista y actualizada sobre  el tránsito en el Gran Santo Domingo, deberá ser un factor potenciador de esta voluntad.

Los énfasis especiales de Carolina

Carolina, que sorprende con su  impresionante dominio de los temas más sensibles de la agenda urbana de la capital, ha hecho énfasis en abordar a fondo y con iniciativas innovadoras, la necesidad de masificar el programa de iluminación pública adelantado significativamente por el alcalde David Collado,  asumir una mayor  intervención en  la gestión  del tránsito y el transporte, profundizar en la regulación del espacio urbano y tomar muy en serio  la  aplicación del Plan Estratégico o de ordenamiento territorial formulado en la administración de David Collado para avanzar hacia una gestión municipal más descentralizada, más  incluyente  y más cercana al ciudadano y a  la comunidad.

Sobre este último punto vale hacer la observación de que sería la primera vez en más de 40 años que una administración municipal asume la plena voluntad de darle continuidad a las grandes normativas de planificación, gestión y desarrollo institucional del ADN, incluyendo el “Programa de Fortalecimiento Institucional” de José Francisco Peña Gómez (1982-86); el “Plan Director para el Desarrollo Urbano de la Ciudad de Santo Domingo”, elaborado con el apoyo de la Cooperación Italiana durante la gestión del síndico Rafael Corporán De Los Santos (1990-94); y el conjunto de “Ideas Urbanas para Santo Domingo 2002”, impulsado por el síndico Johnny Ventura y trabajado por un consagrado equipo de técnicos  encabezado por los arquitectos  Pablo Bonnelly,  Maribel Villalona, Adelina Leira, Amín Abel Santos, Jesús Díaz, Joelis Ventura, y el geógrafo Marcos Morales.

Durante la administración de 14 años del Partido de la Liberación Dominicana –desde el 2002 hasta el 2016– no se dio continuidad a las herramientas de planificación ya existentes,  ni se incorporó a la gestión ninguna nueva normativa de planificación, pero en la fase final de la campaña electoral del 2016, el  alcalde Roberto Salcedo presentó, como parte de su propuesta electoral para un eventual cuarto período municipal, el “Plan Estratégico de Gobierno 2016-2020”.  

El legado de David Collado  

Aunque la administración del PLD en la Capital pasó de un presupuesto anual  de mil 100 millones de pesos, en el 2002 -cuando el Distrito Nacional gestionaba un territorio de tres millones de habitantes y más de mil 400 kilómetros cuadrados-  a 4 mil 371 millones de pesos en el 2016, para  servir a un millón de pobladores en un territorio de 94 kilómetros cuadrados,  14 años no fueron suficientes para producir avances palpables   en ninguna de las áreas   esenciales de la  administración municipal.

El otro modelo, abanderado de la propuesta de renovación del Partido Revolucionario Moderno y bajo el liderazgo del alcalde David Collado, en poco más de tres años, ha implantado un ejemplar esquema de transparencia y buenas practicas municipales,  ha mejorado sustancialmente los servicios  y  ha  transformado el perfil urbano de la ciudad de  Santo Domingo.

Entre las obras de mayor impacto urbanístico y social de la administración de Collado resaltan la iluminación de los  barrios y vías públicas de la Capital; la renovación del Malecón, el monumento Fray Antón De Montesinos y la plazoleta La Trinitaria; la rehabilitación y dignificación de los cementerios; la recuperación y adecentamiento de los mercados; la atención frontal al grave problema del drenaje pluvial; la intervención integral en decenas de barrios y sectores; y la reconstrucción o remozamiento de parques, plazas y áreas verdes que durante muchos años  permanecieron abandonados y arrabalizados.

Pero también la puesta en marcha del Presupuesto Participativo Municipal,  inexplicablemente relegado por la gestión anterior; la aplicación del  Sistema  de Rutas y Frecuencias para el manejo de los desechos sólidos, acompañado de un importante componente  de educación  ciudadana;  así como el relanzamiento del deporte mediante   la recuperación de instalaciones deportivas y el apoyo  a los principales eventos  deportivos del Distrito Nacional: el  Torneo Superior de Baloncesto; el Torneo de Voleibol Distrital y la Copa Santo Domingo de Béisbol, o   City Champ entre Licey y Escogido; así como el Maratón Santo Domingo, auspiciado  por la organización Santo Domingo Corre.

En cuanto al turismo, el ADN ha concentrado sus esfuerzos en crear las condiciones apropiadas para que la Ciudad de Santo Domingo se acerque al sitial que una vez ocupó como principal destino turístico de la República Dominicana, antes de que el país se convirtiera en el más visitado   destino de sol y playa del Caribe. De ahí el rescate y renovación del Malecón, el relanzamiento del Carnaval de Santo Domingo y  la participación activa en el programa de remozamiento de la Ciudad Colonial

No menos trascendente ha sido  la voluntad de   concluir el Plan de Ordenamiento Territorial o Plan Estratégico de Santo Domingo,  consensuado con más de 300 organizaciones y aprobado por el Consejo de Regidores, una herramienta fundamental para racionalizar el uso de suelo y el desarrollo urbano de la capital. (Febrero 2020)

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