RD Una Nación Unida en la oración y la fe
La fe auténtica produce auténticos milagros
LOS MILAGROS SON LA FORMA EN QUE DIOS SE GLORIFICA EN NUESTRAS VIDAS. DIOS SOLO NOS PIDE FE EN ÉL
«El Señor recorre con Su mirada toda la Tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles»(2 Crónicas 16:9, NVI).
No se requieren más que dos elementos para que se produzca un milagro: el poder de Dios y la fe de un ser humano. Cuando la fe de un humilde creyente se combina con el poder de Dios, es de esperar que acontezca un milagro.
La fe auténtica produce auténticos milagros
La fe auténtica produce auténticos milagros. Si quieres tener fe en que te puede suceder un milagro es preciso que empieces por creer lo que dice la Biblia.
La Biblia es un libro sobrenatural. Tiene un efecto transformador. Si lo lees, lo estudias y lo asimilas, tu fe se verá acrecentada. La fe en la Biblia conduce a la fe en los milagros.
¿Por qué se nos hace extraño hoy en día confiar en que Dios es capaz de obrar milagros en respuesta a nuestras oraciones? La verdad es que Dios no sólo es capaz de obrarlos, sino que son necesarios para que se haga realidad todo lo que nos ha prometido y lo que tiene previsto para nosotros.
La promesa de Jesús
Jesús prometió: «El que en Mí cree, las obras que Yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque Yo voy al Padre»(Juan 14:12). También dijo que todo es posible si tenemos fe(Marcos 9:23). En la actualidad los cristianos son los depositarios de ese poder divino con que los primeros seguidores de Jesús «trastornaron el mundo entero»(Hechos 17:6). Aquellos humildes hombres y mujeres —hasta entonces unos desconocidos— tenían tal confianza en que el poder sobrenatural de Dios estaba a su disposición que se atrevieron a enfrentarse al imperio Romano y lo sacudieron hasta sus mismos cimientos.
Si los milagros son menos comunes hoy en día no es porque el poder o las promesas de Dios se hayan desvirtuado, sino porque hay menos personas que creen en ellos.
La Palabra de Dios
Si aceptamos la Palabra de Dios, si confiamos en que Él cumplirá lo que promete en ella y le damos ocasión de obrar, veremos hacerse realidad cosas materialmente imposibles. Veremos a Dios obrar en la dimensión sobrenatural. Veremos milagros.
La Biblia dice: «El Señor recorre con Su mirada toda la Tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles»(2 Crónicas 16:9, NVI). Esas palabras tienen tanta vigencia hoy en día como cuando se escribieron.
Pon tu fe en Dios. Aférrate a Sus promesas con toda confianza, promesas como ésta: «El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?»(Romanos 8:32). El amor, el poder y las promesas del Señor permanecen inalterables. Dios todavía está en Su trono, y la oración cambia las situaciones.
El amor, el poder y las promesas del Señor permanecen inalterables. Dios todavía está en Su trono, y la oración cambia las situaciones.
Fuentes cortesía: AleluyaDTB – Activate