Por Orlando Jorge Mera

Cuando el pasado mes de marzo, en mi calidad de Delegado Político del PRM ante la JCE, depositamos la instancia para que el alto organismo electoral decidiera sobre la eliminación del voto de arrastre para las elecciones de 2020, sabíamos que estábamos entrando en una etapa distinta y diferente en lo atinente a la aplicación de la Constitución y la Ley Electoral 15-19. Cinco meses después, podemos decir ¡Misión cumplida!

La decisión del Tribunal Constitucional que acoge uno de los primeros recursos constitucionales sobre este tema, que fue incoado el 23 de agosto de 2018, por un conjunto de ciudadanos y partidos, que declara inconstitucional el párrafo del artículo 2 de la Ley 157-13, es un paso que fortalece la democracia, al permitir ahora que un ciudadano pueda votar por el senador de su preferencia y por el diputado de su simpatía, aunque sean de partidos diferentes.

Cuando se interpuso ese recurso en agosto de 2018, todavía no se había promulgado la nueva Ley Electoral 15-19, que, aprobada en febrero de 2019, instituye los cuatro niveles de elección (presidencial, senatorial, diputados y municipal), y que deroga toda disposición que le sea contraria.

Es por tal razón que, luego de nuestra acción ante la JCE y ante el TC, pues ahora con más fe, la eliminación del arrastre en las elecciones quedará confirmado.

Si, adicionalmente, recordamos la contundencia del artículo 208 de la Constitución, cuando establece que “el voto es personal, libre, directo y secreto”. Las características del voto son cruciales para la democracia. Es personal, porque es una decisión individual que compete a cada ciudadano. Es libre, porque no puede ser objeto de la violencia o la coacción, de ninguna forma. Es directo, porque un voto para cada candidato, eliminando el voto indirecto. Es secreto, porque el sufragio es un acto eminentemente privado.

Constitución y Ley Electoral 15-19 son claras y precisas en lo que respecta a la eliminación del voto de arrastre. Ahora, con la decisión del TC, queda mucho más claro y despejado el panorama hacia las elecciones de 2020. Es una victoria de los demócratas, de todos aquellos que luchamos por tener mas democracia. La batalla electoral apenas comienza, pero hemos logrado un paso de avance significativo al valorizarse, en su justa dimensión, lo que significa el voto, que es personal, libre, directo y secreto.

Las elecciones del 2020 serán novedosas. Por primera vez, sin arrastre. El ciudadano podrá votar por el senador de su preferencia y por su diputado favorito, aunque pertenezcan a partidos diferentes. Que bueno haber contribuido mi granito de arena. Así se hace democracia.

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