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Por Eddy Olivares Ortega

La grave crisis postprimarias que abate al gobernante Partido de la Liberación Dominicana comprueba, una vez más, la certeza de la frase eterna con la que Karl Marx dio inicio a su obra El 18 de brumario de Luis Bonaparte: “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”.

En ese sentido, tal y como narra el ex Miembro Titular de la Junta Central Electoral, José Ángel Aquino, en su obra Elecciones Primarias, el 6 de mayo del 2007, los precandidatos presidenciales del PLD, Leonel Fernández y Danilo Medina, se enfrentaron en unas primarias cerradas, en las que tenían derecho a votar1,125,438 afiliados.

Como se esperaba, el entonces presidente, Leonel Fernández, ganó las primarias con una votación de 403,527, equivalente a un 71.55 por ciento, frente a Danilo Medina, que obtuvo 160,505 votos, para porcentaje de un 28.45 por ciento.

A pesar de que la Comisión Nacional Electoral del PLD le prohibió a los precandidatos realizar propaganda negativa y amenazó con sancionar a quienes se comprobará que estaban usando recursos del Estado, esto no surtió efecto y el proceso se caracterizó por la confrontación desenfrenada y la denuncia de cancelaciones de seguidores de Danilo Medina que laboraban en la administración pública, a tal extremo que, como afirma el magistrado Aquino, “el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez definió el enfrentamiento “como un espectáculo sumamente desagradable”.

No obstante que las primarias fueron fiscalizadas por la Cámara Administrativa, presidida por el magistrado Roberto Rosario, el entonces precandidato reeleccionista, Leonel Fernández, usolos recursos del Estado, sin ninguna limitación, para aplastar a Danilo Medina, quien hasta esas primarias había sido su inseparablealiado.

Fue por este motivo que el hoy presidente, Danilo Medina, una hora antes de que la Comisión Electoral del PLD divulgara el primer boletín, gritó impotentela recordada frase: “el Estado se impuso y hay un espacio para la reelección en el Partido de la Liberación Dominicana”.

Con el mismo Estado que Leonel Fernández venció a Danilo Medina, el 6 de mayo del 2007, Danilo Medina venció a Leonel Fernández, el 6 de octubre del 2019.

Una vez más quedó demostrado que el Estado convierte en invencible al presidente de la República o al precandidato presidencial que este apoyeen unas primarias, sin importar que sean abiertas o cerradas, debido a que el órgano electoral es incapaz frenarlo y cumplir su obligación constitucional de garantizar la transparencia, objetividad, libertad y equidad de las mismas.

Tal y como sostieneen su reconocida obra Teoría General del Estado, el jurista francés R. Carré de Malberg, el Estado es “en lo que respecta a las relaciones con sus miembros, una potencia suprema de acción, de mando y de coerción”.

Ninguna fortuna, incluida la amasada por el leonelismo, es suficiente para competir contra los recursos del Estado, en un certamen en el que la JCE aunque cumple con la misión de organizarlo, abandona a su suerte a los contendientes.

Finalmente, en lugar de culpar por su derrota al voto automatizado, que innegablemente pasó la prueba, Leonel Fernández debe aceptar que fue vencido el día de las primarias por el Estado, ese imponente monstruo que Hobbes bautizó como el Leviatán.

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