PRESERVACION DE LA SOBERANIA NACIONAL – SEGURIDAD NACIONAL
No son dominicanos hijos de extranjeros en condición migratoria irregular – JCE
La Junta Central Electoral (JCE) informó este martes que en los últimos 12 años se registran en el país 241,103 nacimientos de extranjeros frente a los 2,915,930 dominicanos registrados en ese mismo período y reiteró que no son dominicanos los hijos de inmigrantes indocumentados.
El órgano emitió un comunicado en el que señala las condiciones establecidas en la Constitución para que una persona pueda ser considerada dominicana.
SON DOMINICANOS
En el primero de estos requisitos se destacan que son dominicanos «los hijos e hijas de madre o padre dominicanos; quienes gocen de la nacionalidad dominicana antes de la entrada en vigencia de esta Constitución, las personas nacidas en territorio nacional, con excepción de los hijos e hijas de extranjeros miembros de legaciones diplomáticas y consulares, de extranjeros que se hallen en tránsito o residan ilegalmente en territorio dominicano».
No son dominicanos hijos de extranjeros en condición migratoria irregular – JCE
La JCE explicó que se considera persona en tránsito a toda extranjera o extranjero definido como tal en las leyes dominicanas.
También son ciudadanos dominicanos «los nacidos en el extranjero, de padre o madre dominicanos, no obstante haber adquirido, por el lugar de nacimiento, una nacionalidad distinta a la de sus padres. Una vez alcanzada la edad de dieciocho años, podrán manifestar su voluntad, ante la autoridad competente, de asumir la doble nacionalidad o renunciar a una de ellas».
El organismo responsable de las elecciones y del registro civil también informó que la Constitución establece que son dominicanos «quienes contraigan matrimonio con un dominicano o dominicana, siempre que opten por la nacionalidad de su cónyuge y cumplan con los requisitos establecidos por la ley, los descendientes directos de dominicanos residentes en el exterior, y las personas naturalizadas, de conformidad con las condiciones y formalidades requeridas por la ley».
En el documento, la JCE dijo que, de conformidad al artículo 28.1 de la Ley 285-04, General de Migración, se establece que «todo centro de salud que al momento de ofrecer su asistencia de parto a una mujer extranjera que no cuente con la documentación que la acredite como residente legal, expedirá una constancia de nacimiento de color rosado diferente a la constancia de nacimiento oficial, con todas las referencias personales de la madre».
Asimismo, que para el «registro de los nacimientos de extranjeros en el país, los centros de salud deberán entregar a las madres extranjeras una constancia del nacimiento de sus hijos e hijas para su posterior registro por la Junta Central Electoral en un libro para extranjeros, con el propósito de dar cumplimiento a la aplicación combinada del artículo 28.2 de la precitada ley y el artículo 25.2 de la Constitución dominicana».
Este proceso -añadió el documento- concluye con la remisión de estos registros de extranjeros desde la Dirección Nacional de Registro Civil de la Junta Central Electoral al despacho del presidente de este órgano, quien a su vez envía al Ministerio de Relaciones Exteriores para su posterior entrega a las embajadas de las diferentes nacionalidades que son registradas en el Libro de Extranjería, «lo cual no implica en lo absoluto que la persona inscrita en este libro de extranjería adquiera la nacionalidad dominicana».
La Junta Central Electoral reiteró su «compromiso con la integridad y preservación de la soberanía nacional y con un registro civil robusto fuerte y saneado».
En ese orden, conforme las disposiciones citadas precedentemente y tomando en consideración las informaciones presentadas, «la Junta Central Electoral ha cumplido y cumple estrictamente con lo dispuesto por la Constitución de la República y la ley».
El organismo abundó que, «reiteramos que el registro de nacimiento en el Libro de Extranjería de los hijos e hijas de extranjeros que se hallen en tránsito o residan ilegalmente en territorio dominicano, no les otorga la nacionalidad dominicana, sino, todo lo contrario, le da la condición de extranjero y, cuyo registro es un mandato de la propia Constitución y la ley, por lo que su cumplimiento es una responsabilidad de la Junta Central Electoral».
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Las haitianas ya superan a las dominicanas en las maternidades de la frontera
Guayubín (R.Dominicana), 1 feb (EFE).- Las haitianas ya superan en número a las dominicanas en la sala de espera de las maternidades del noroeste dominicano, una región de acogida de inmigrantes y también destino de mujeres que cruzan la frontera para parir en unos hospitales cada vez más desbordados.
En el hospital público de Guayubín, un pueblecito rodeado de bananos y de fincas de arroz situado 42 kilómetros al este del río Masacre, frontera natural entre ambos países, nueve de cada diez parturientas son haitianas, la mayor proporción en toda República Dominicana.
HOSPITALES SATURADOS
Las mujeres se encuentran en un pequeño hospital que las recibe bien sin importar su origen, pero que está sobrecargado y tiene poco personal y grandes carencias.
El quirófano y el laboratorio están mal equipados, la incubadora está averiada y no hay banco de sangre, lo que hace imposible hacer una transfusión.
La directora del hospital, Maira Rodríguez, explica que el presupuesto se calcula con base en la población local, sin tener en cuenta la cantidad de inmigrantes indocumentados que viven en la zona, ni el número de madres que se aventuran a cruzar la frontera en pleno trabajo de parto, por lo que el dinero no alcanza.
La doctora asegura que, a pesar de las dificultades, «nunca se rebota» a una paciente, a no ser que sufran complicaciones médicas y las tengan que derivar a un hospital mejor equipado, como el de la ciudad de Mao, maternidad de referencia de toda la región.
COMPLICACIONES MÉDICAS
«De 90 a 95 % de las complicaciones son en pacientes extranjeras», asegura el doctor Juan de la Cruz Rodríguez Pérez, director del hospital Materno Infantil José Francisco Peña Gómez de Mao.
La mayoría de las haitianas recién llegadas, explica, suelen presentar anemia u otros cuadros médicos que no han sido tratados previamente.
Muchas de las que residen en República Dominicana, cuentan varios doctores, sea por desconfianza o por no gastar dinero, son reacias a seguir los tratamientos que les diagnostican.
El resultado es una tasa muy alta de complicaciones en el parto y, como corolario, una mortalidad elevada.
«Lo que es peor, en República Dominicana la mortalidad materna es muy alta. Y el 47 % de toda la maternidad materna corresponde a nacionales haitianas», detalla a Efe el director del Sistema Nacional de Salud (SNS), Mario Lama.
EL TRIPLE DE PARTOS EN DIEZ AÑOS
El número de parturientas haitianas se ha triplicado en diez años, llegando a 30.322 nacimientos en 2020, lo que representa el 27 % de los nacimientos en el conjunto del país, y supone que entre el 10 % y el 14 % de todo el presupuesto hospitalario del país se dedique a las extranjeras, según cálculos del SNS.
Los partos de haitianas superan el 50 % en toda la zona de frontera y también en La Altagracia (este), una provincia que recibe una creciente inmigración, en especial por la construcción de nuevos hoteles en Punta Cana.
Para apaciguar los ánimos de los sectores más nacionalistas, el presidente Luis Abinader anunció hace dos semanas un acuerdo con Haití para ayudar al empobrecido país vecino a construir hospitales y frenar el trasiego de parturientas por la frontera.
Al menos 4.073 haitianas embarazadas entraron en República Dominicana en 2020, a pesar de que la frontera estuvo oficialmente cerrada nueve meses por la pandemia, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
UN PROBLEMA MÁS COMPLEJO
Sin embargo, los médicos de los hospitales en la zona de frontera constatan que la mayoría de las parturientas que reciben son residentes en República Dominicana.
«Prácticamente un 70 % viven aquí y el 30 % vienen a buscar lo que llaman la cama, para parir aquí y llevarse el papel para declarar el bebé», dice el doctor Domingo Guzmán Abreu, ginecobstetra jefe del hospital de Guayubín.
Jandrine Bernabé, de 22 años, es una de ellas. Con su segundo hijo recién nacido en brazos, dice que vive «hace muchos años» en República Dominicana, aunque nunca ha conseguido permiso de residencia.
Asegura que, por no tener papeles, «alguna vez» ha tenido problemas para recibir atención médica; «pero no es tan difícil», apostilla.
Todas las haitianas que aceptaron hablar con Efe en los hospitales de Guayubín y Mao afirmaron que residen en República Dominicana, pero no todas quisieron contar su historia.
Manuel Pérez Bella
RFLEXION
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