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Por Orlando Jorge Mera

Hace justamente un año, en julio de 2018, tuve la oportunidad de conversar ampliamente con Hugo Tolentino Dipp, a propósito de una investigación historiográfica que yo estaba haciendo sobre el fraude electoral de 1994. Las conversaciones quedaron grabadas en un micro documental que presenté luego en la clases del Doctorado de Derecho, de la Universidad del Externado de Colombia y la PUCMM.

Nunca imaginé que Hugo se iría apagando poco a poco, y que hoy ya no estaría con nosotros. Tuve la suerte de conocer y tratar en diferentes etapas de mi vida a Hugo, pero sin dudas, la que más disfruté fueron estos años de conformación del Partido Revolucionario Moderno, del cual él fue miembro fundador. Incluso, tuvo la visión de, en el calor del momento más álgido, proponer que había que formar un partido diferente y democrático. Esto es lo que hemos hecho y estamos cada día construyendo.


Siempre con su carácter firme y regio, pero también con su fino humor político, decía en las reuniones sus opiniones y sus puntos de vistas, nunca cediendo sus principios. En el 2015, su intervención en la Asamblea Nacional, ante el paso inexorable de una mayoría legislativa adversa, fue histórica, y quedó registrada en los libros como una de las más contudentes alocuciones relacionadas con su posición en contra de la reelección presidencial. “He sido antireeleccionista sin fisuras… el reeleccionismo ha sido el objeto y el propósito de dictadores, tiranos y presidentes ambiciosos”, sentenció.


Sus palabras todavía resuenan cuando advirtió que permitirle la reelección al presidente Medina en 2015, sería también abrirle la posibilidad de reformar la Constitución para 2020.


En una ocasión, me consultó sobre el derecho de autor de una de sus obras cumbres, “Gregorio Luperón, biografía política”, que escribió en 1963, cuando participó en el concurso con motivo del Centenario de la Restauración de la República, en el gobierno presidido por Juan Bosch. Fue luego Premio Nacional de Historia. Confieso que, por su consulta, fue que me motivó a leer su extraordinaria obra, y a través de ella, conocer a Gregorio Luperón.


Hugo Tolentino fue intelectual a carta cabal. Historiador, poeta, y autor de obras tan fascinantes como “ Itinerario histórico de la gastronomía dominicana”. Pero, por encima de todo, fue dominicano y demócrata, con una vida honesta que fue y es ejemplo para las presentes y futuras generaciones. Haber ocupado posiciones tan relevantes en el Estado y en el mundo universitario, siempre con conducta intachable, le resguarda un sitial junto a los constructores de la democracia dominicana.


Mis condolencias a doña Sarah y a Micaela, y a toda su familia. Que en paz descanse.

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