Opinión por: Ignacio Nova
La historia, cuando monumentales saltos persigue, apoya a las juventudes en los hombros y tejados de gigantes.
Más que de genérica pubescencia, de púberes lozanos se trata; núbiles ante tiempos de urgencias. Perseguir satisfacer y crear los mantiene jóvenes, auto-exigentes, visibilizando imprevisibilidades, vigorosos.
Sueñan cambiar todo. Cuajar, en las pieles de heredadas realidades, sus visiones y sueños. Necesitan nidos propios porque lo existente y sus imperativos ni los representan, satisfacen ni entusiasman; en tales pobrezas y linderos empequeñecidos y terrales su ambicionar no cabe; las férreas, petrificadas y petrificantes estructuras los constriñen y para su ilusionar son inaceptables valladares, putrefactas hojarascas.
Un techo colapsa matando 232 personas; dominicana cerrando urgente el paso ¿definitivo? a la vía —más que ostensiblemente probable— de desnacionalización que en el polvo de sus pies y en sus miradas saturadas del odio triste del hambre y el fracaso arrastra con vocación asoladora de tierra y almas la descontrolada invasión haitiana al lar patrio; la indiferencia solaz de estaciones y días que a todos arrima a un existir holgazán, temerario, por semanas; la renuencia al pago justo a los profesionales; el culto entronizado a la ignorancia; el irrespeto al talento; la falta de estima por la calidad y, en fin, el hábito desestructurador que incita a pretender los mangos más bajitos…
Situaciones simultáneas, coordinadas, cierran posibilidades a la gloria soñada; a la calidad robusta del heroísmo valiente y abnegado que en los jóvenes anidan. Zarpazo abrupto, deliberado contra sus bullentes energías. Pretendiendo que su destino venturoso sea olímpicamente despreciado; burlado por la chercha que tan a gusto en el altar de Estulticia comulga y ora.
Generalmente se olvida: la revolución mayor experimentada por la humanidad procuraba ocurrir —y ocurrió— en el interior de los guerreros. La lideró un Jesús que no conoció los 34 años, junto a 12 como él: conjurados en un batallar transformador.
Es la revolución más hermosa vivida y conocida. Aún presenta batallas: declarando un territorio sin dominios, un botín que ni fue ni es algo “de este mundo”.
El pasado martes 29 de abril el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mecyt) reafirmó su calidad de entidad que procura la liberación de esa juventud de las precitadas condiciones obstructivas: a través de una Educación Superior abnegada, promotora y comprometida con el talento y la excelencia. Lo reiteró reconociendo importancia y valor paradigmático a ese grupo de jóvenes que obtuvieron seis premios en el “Desafío Rover de Exploración Humana” de la NASA 2025: programa en el cual los estudiantes del mundo compiten diseñando el más eficiente y funcional artefacto mecánico-robótico para la exploración, conducido a astronómicas distancias.
Esos estudiantes (Grupo Apolo 27 de INTEC) que establecieron una marca en los 35 años del certamen fueron galardonados por el Presidente Abinader a través del Mescyt: con becas nacionales —los de grado— e internacionales, los egresados.
Cuando la educación pública preuniversitaria trastabilla y el gobierno hace ingentes esfuerzos por tallar en la piel de sus consciencias el signo Calidad académica, este logro de la Educación Superior (Intec) dice ¡Sí, es realista y posible perseguir y lograr una República Dominicana como destino académico!
@LaVozDelPRM #SomosPRM #YoCreoEnTi #ElCambioSigue