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SEGURIDAD CIUDADANA

La prevención del crimen y la promoción de la seguridad ciudadana son temas de suma importancia en cualquier sociedad. Enfrentar estos retos requiere de estrategias integrales, las cuales deben ser diseñadas considerando diversos factores sociales, económicos y culturales.

La delincuencia es un problema importante en América Latina y el Caribe. Con el 9 por ciento de la población mundial, la región suma el 33 por ciento de los homicidios. Utilizando nuevos y amplios datos de encuestas, tratamos de identificar qué políticas contra la delincuencia exigen los ciudadanos de la región a sus gobiernos. También analizamos quién exige qué y por qué. Descubrimos que el endurecimiento de las penas parece ser el arma preferida en el arsenal anticrimen, pero las personas están dispuestas a gastar dinero público no sólo en castigos, sino también en políticas de lucha contra la pobreza y de detección. Los ciudadanos reconocen que destinar recursos a la policía es mejor que subvencionar la seguridad privada. Sin embargo, la mayoría se opone a subir los impuestos para financiar a la policía, una reticencia que podría provenir de la desconfianza en la capacidad de los gobiernos para gestionar estos recursos. La desconfianza, la desinformación y la impaciencia se combinan para crear una política anticrimen defectuosa. Educar a los ciudadanos tanto sobre la delincuencia como sobre las consecuencias fiscales de sus preferencias de política pública puede ayudar a mover la opinión pública de la región hacia un mejor equilibrio. Los gobiernos también deberían invertir en su capacidad para diseñar y ofrecer soluciones basadas en evidencia para luchar contra la delincuencia, y trabajar para aumentar los niveles de confianza entre los ciudadanos.

A continuación, se comparten algunas estrategias para tratar el tema de la prevención del crimen
Educación y Concienciación

Primero, la educación juega un papel crucial en la prevención del crimen. Programas educativos enfocados en la enseñanza de valores, resolución de conflictos y habilidades sociales pueden disminuir significativamente las tasas de delincuencia.

Además, campañas de concienciación sobre las consecuencias de los actos delictivos contribuyen a crear una cultura de rechazo hacia el crimen.

Fortalecimiento Comunitario

Otra estrategia es el fortalecimiento de las comunidades. La creación de espacios seguros y la promoción de actividades comunitarias fomentan la cohesión social. Cuando los ciudadanos se sienten parte de una comunidad, es menos probable que participen en actividades delictivas.

Además, la participación ciudadana en la vigilancia comunitaria puede ser muy efectiva.

Tecnología y Vigilancia

La implementación de tecnologías avanzadas es fundamental para la seguridad ciudadana. Sistemas de videovigilancia, iluminación inteligente y aplicaciones de denuncia ciudadana son ejemplos de cómo la tecnología puede ayudar a prevenir el crimen. Estas herramientas, además, facilitan una respuesta rápida de las autoridades ante cualquier incidente.

Políticas de Inclusión Social

Es crucial abordar las raíces socioeconómicas del crimen. Políticas de inclusión social que ofrezcan oportunidades de educación y empleo a sectores vulnerables pueden reducir la delincuencia. Programas de reinserción para exdelincuentes también son fundamentales para evitar la reincidencia.

Fotografía: Shutterstock

Cooperación Internacional

En un mundo cada vez más globalizado, la cooperación internacional se vuelve esencial. El intercambio de información, experiencias y estrategias entre países puede enriquecer las políticas de seguridad ciudadana. Además, es vital para combatir el crimen organizado transnacional.

Rol de las Autoridades

Finalmente, es imprescindible el fortalecimiento de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. Una policía bien entrenada, equipada y comprometida con el respeto a los derechos humanos es clave para cualquier estrategia de seguridad. Asimismo, es fundamental garantizar procesos judiciales justos y rápidos para los delincuentes.

Fotografía: Shutterstock

La prevención del crimen y la promoción de la seguridad ciudadana requieren de un enfoque multifacético. La educación, el fortalecimiento comunitario, el uso de tecnología, políticas de inclusión social, cooperación internacional y el fortalecimiento de las autoridades son pilares fundamentales de este enfoque.

Solo a través de la implementación de estrategias integrales, que involucren a todos los sectores de la sociedad, podremos construir comunidades más seguras y resilientes ante el crimen. La seguridad ciudadana es una responsabilidad compartida que, al ser abordada de manera proactiva, contribuye significativamente al bienestar y desarrollo sostenible de nuestras sociedades.

Estrategias de intervención para disminuir la violencia y la delincuencia: avances y desafíos en República Dominicana

Estrategia basada en la comunidad

1. Estrategias basadas en la escuela

La agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, elaboró una estrategia de prevención de la violencia y la delincuencia en tres países de América Central. En dicho proyecto se utilizó la estrategia basada en la comunidad, que incluye actividades como la planificación de los comités a nivel municipal; observatorios de delincuencia y recolección de datos; prevención de la delincuencia a través de un modelo ambiental (tales como una mejora en el alumbrado público, borrado de grafitis, limpieza de espacios públicos); programas para los jóvenes en situación de riesgo (tales como centros de alcance, capacitación profesional, programas de mentores); y policía comunitaria. Los proyectos de prevención de la delincuencia de USAID basados en la comunidad son intrínsecamente intersectoriales. Es decir, integran intervenciones en educación y capacitación profesional, desarrollo económico y empleo, salud pública y gobernanza.(Berk-Seligson, Orcés, Pizzolitto, Seligson, & Wilson, 2014).

Los resultados del proyecto de prevención de la USAID reflejaron que hubo una reducción de los reportes de asesinatos en 51 %; reducción en los reportes de venta de drogas ilegales en 36 %; reducción en los reportes de robos en 19 %. (Berk-Seligson, Orcés, Pizzolitto, Seligson, & Wilson, 2014).

En el caso de Chile, el programa Barrio en Paz Residencial tuvo un impacto del 29,6 % en la disminución de la victimización en hogares. El Programa de Seguridad Ciudadana que ejecuta Trinidad y Tobago, y concentra parte importante de sus actividades en veinte y dos comunidades, seleccionadas por experimentar una alta incidencia delictual, lleva a cabo diversos programas de intervención, tales como creación de clubes para jóvenes, mantenimiento de espacios públicos, atención sicológica para víctimas y desarrollo de programas de mediación de conflictos. En las comunidades intervenidas se constata una reducción de un 55 % en los homicidios entre el 2008 y el 2012. (Frühling, 2012, p. 41).

2. Estrategias basadas en la escuela

Demasiado bueno para las drogas: es un programa de prevención basado en la escuela para estudiantes de K – 12. Está diseñado para aumentar las competencias sociales y disminuir los factores de riesgo asociados con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. El programa consta de diez lecciones interactivas en el aula adaptadas para diferentes niveles de grado. (Instituto de Políticas Públicas del Estado de Washington, WSIPP, 2017). La tabla siguiente muestra los costos y beneficios de este programa.

Tabla 6

Se muestra en la tabla que el costo por estudiante del programa fue de $54; el beneficio de $443 y 90 % de posibilidades de que el programa producirá mayores beneficios que costos. Este programa se entrega típicamente en un solo año escolar. Los costos incluyen la capacitación docente, el programa y los materiales del aula, tales como cuadernos de ejercicios, carteles, encuestas, juegos, CD y DVD, y el tiempo del docente para impartir las lecciones, repartidos entre la cantidad de niños en un aula típica de Washington.

Programa “Aulas en Paz”: ejecutado por el Organismo No Gubernamental Convivencia Productiva y la Universidad de Los Andes de Colombia. Se trata de un modelo de intervención que promueve competencias ciudadanas como herramientas para romper el ciclo de la violencia y construir una cultura de paz. Desarrollado a nivel piloto, en forma gradual, se extendió a veintisiete instituciones educativas públicas, de quince municipios del país y afectados por la violencia. Antes del inicio de la implementación en las aulas (pre-test) y al finalizar el primer año escolar (post-test), tanto los estudiantes del grupo de control como los del grupo experimental llenaron un cuestionario que mide los niveles de agresión, empatía, asertividad y creencias que legitiman la agresión. Los docentes también respondieron cuestionarios sobre la agresión y los comportamientos prosociales de los estudiantes. Los resultados mostraron impactos significativos del programa, ya que tanto estudiantes como docentes reportaron consistentemente una disminución en agresión entre quienes recibieron el programa, en contraste con una disminución significativamente menor entre quienes no lo recibieron. (Frühling, 2012, p. 41).

3. Estrategias coercitivas

Implementar un oficial de policía adicional con estrategias de puntos calientes: este amplio grupo de estudios estima la efectividad de la vigilancia policial de los puntos calientes (en comparación con las prácticas promedio de todo el estado), principalmente en las jurisdicciones urbanas de los Estados Unidos. La vigilancia policial de los puntos calientes concentra la vigilancia policial en áreas de alta criminalidad o en delitos específicos como el tráfico de drogas. Esta estrategia difiere de la vigilancia policial “tradicional”, que generalmente se basa en una patrulla preventiva aleatoria o en una respuesta a las llamadas de servicio. La tabla siguiente muestra los costos y beneficios de este programa.

Tabla 7

La tabla anterior muestra que el costo de implementar un oficial policial en puntos calientes fue de $96,637; el beneficio, $421,768 y un 100 % de posibilidades de que los beneficios excedan el costo.

La estrategia de implementar un oficial en puntos calientes se ha utilizado en los países de Chile, Colombia y Ecuador, entre otros. Ello revela que el intercambio de experiencias entre los cuerpos policiales es muy activo, aunque a la vez cada uno de los países ha diseñado los planes respectivos de acuerdo a condiciones que les son propias. Se pudo evaluar que la estrategia ha tenido resultados en la reducción de los delitos: en los homicidios esta reducción fue de 16 %; en el caso de lesiones personales fue de 9 % y en el hurto a vehículos la reducción que se dio fue de un 22 %. (Frühling, 2012, p. 44).

4. Estrategias basadas en prevención terciaria

Terapia familiar funcional (FFT) para jóvenes en instituciones estatales: es una intervención estructurada basada en la familia que utiliza un enfoque de varios pasos para mejorar los factores de protección y reducir los factores de riesgo en la familia. Los cinco componentes principales de FFT incluyen 1) compromiso, 2) motivación, 3) identificación de patrones de interacción dentro de la familia, 4) cambio de comportamiento y 5) generalización de interacciones positivas a situaciones nuevas.

Tabla 8

La tabla anterior muestra que el costo de Terapia Familiar Funcional tuvo un costo de $3,469; el beneficio, $36,737 y un 96 % de posibilidades de que los beneficios excedan el costo.

Desde 2012, Chile está implementando el programa “PAIF 24 Horas”. Semanalmente, la policía remite a las municipalidades una lista de niños y adolescentes detenidos o conducidos a unidades policiales. Las víctimas de vulneraciones de derechos son llevadas a la Oficina Municipal de Protección de Derechos y se moviliza a la red de servicios de protección de la infancia. Los casos ingresados por conductas transgresoras de la ley son remitidos a un equipo especializado, que aplica un breve instrumento de valoración de riesgo socio-delictivo para estimar empíricamente la probabilidad de reincidir. Se invita a la familia del niño, niña o adolescente a participar de un servicio de atención cuya intensidad es proporcional al nivel de riesgo. Encontraron reducciones de la reincidencia estadísticamente significativas de 6 puntos porcentuales después de un año de seguimiento. También se observaron reducciones de 6,5 a 13,4 puntos porcentuales para el subgrupo de más alto riesgo, y de entre 10,5 y 14 puntos porcentuales para los jóvenes de entre 16 y 18 años.

5. Uso de las Tecnologías de la Información

Monitoreo electrónico: esta estrategia implica el uso de unidades de radiofrecuencia o sistema de posicionamiento global (GPS) para monitorear la ubicación de una persona. El monitoreo electrónico se usa para hacer cumplir los requisitos de que una persona permanezca en el hogar, excepto para las actividades aprobadas, como el trabajo, la escuela o el tratamiento. Este metanálisis incluye estudios en individuos que estaban en libertad condicional con monitoreo electrónico. Fueron comparados con individuos similares que recibieron supervisión intensiva, libertad condicional, continuación de la sentencia o confinamiento en el hogar sin supervisión electrónica. (Instituto de Políticas Públicas del Estado de Washington, WSIPP, 2017).

El uso de un dispositivo electrónico disminuye el costo en el sistema penitenciario. El problema principal en América Latina y el Caribe es que la persona acusada debe costear su uso y, como consecuencia, es de difícil el acceso a esta medida por parte de personas en situación de pobreza o con bajos ingresos.

Sistemas Big Data: en seguridad ciudadana, se trataría de la integración de bases de datos sobre reportes policiales, llamadas de emergencia, expedientes judiciales, expedientes carcelarios, redes sociales e Internet, información de CCTV, datos biométricos, y/u otros registros administrativos como el registro vehicular, información tributaria, del seguro social, etc. Esta integración de información en formatos de texto, audio y video, requiere de una gran capacidad de cómputo y un proceso de datificación. El uso de sistemas Big Data para la prevención de la violencia y la delincuencia tiene varios retos. En labores preventivas, los mayores son: la dispersión de fuentes, el volumen y la variedad de la información disponible. (Vilalta-Perdomo, 2017, p. 13).

Desafíos de los programas de intervención en América Latina y el Caribe

A pesar de que los países de América Latina y el Caribe han avanzado en el desarrollo de programas de prevención, quedan muchos desafíos. A continuación, se presenta una lista de los principales desafíos presentados por Chinchilla y Vorndran, 2018:

La integridad. Estrategias articuladas que promuevan una visión compartida del problema y de los principios orientadores, aunque cada actor tenga capacidades e intervenciones diferenciadas. La incorporación de diversos organismos y sectores a la gestión de la seguridad. Necesidad de diseñar estructuras organizativas que faciliten la coordinación y la cohesión interinstitucional.

Multisectorialidad. Estructuras organizativas que faciliten la coordinación y la cohesión interinstitucional entre autoridades nacionales, estatales y municipales. Organización y capacitación de la sociedad civil e integración del sector privado. La creación de consejos para la seguridad y la prevención del delito es una de las respuestas más frecuentes al desafío de la multisectorialidad; sin embargo, se observan problemas y limitaciones asociados a la excesiva burocratización y la ausencia de mecanismos rigurosos para el monitoreo de acciones y el cumplimiento de metas. Además, los lineamientos no siempre permean los niveles operativos de las instituciones, identificándose serios problemas de acoplamiento. Uno de los aspectos más destacados de los nuevos enfoques de la seguridad es el relativo a la necesidad de diseñar e impulsar políticas públicas basadas en evidencia.

Rigurosidad.

Esta exigencia supone al menos cumplir con tres condiciones: 1. disponibilidad y gestión de información fiable y oportuna, 2. existencia de un recurso humano con capacidades técnicas para gestionar políticas asociadas al nuevo paradigma de la seguridad, tanto en las instituciones como en la sociedad civil, y 3. acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que faciliten la gestión de información para el diseño, implementación y monitoreo de las políticas y programas. Los desafíos que enfrenta la rigurosidad son: la disponibilidad y calidad de la información. El abordaje multicausal de la seguridad implica la consideración de un amplio número de variables en todas las fases del proceso de toma de decisiones y, por consiguiente, un personal con capacidades técnicas y profesionales específicas, y competencias transversales —como capacidad para trabajar en equipo, actitud proactiva y resolutiva—, y habilidades para comunicar de manera horizontal y vertical. Las aplicaciones más frecuentes de las TIC tienen que ver con sistemas de georreferenciación, videovigilancia y biométricos, que ya han sido incorporados en la gestión de la seguridad en diversos países.

Sostenibilidad y escalabilidad.

Efectivo liderazgo de la sociedad civil. Mecanismos de financiamiento permanentes. Diseño y planificación, evitando la trampa de la experiencia piloto. Algunos de los proyectos que se vienen ejecutando enfrentan dificultades para superar la prueba del tiempo, limitando su vigencia al plazo de financiación por parte de una agencia de cooperación internacional, al período de nombramiento de un director de programa, o al ciclo electoral de gobiernos locales o nacionales (Chinchilla & Vorndran, 2018).

Estrategias de prevención en República Dominicana

En esta sección se presentan dos programas de seguridad ciudadana en República Dominicana.

El Plan de Seguridad Democrática (PSD). Fue uno de los principales proyectos de nación, enfocado en brindar a la población el acceso a sus derechos fundamentales, principalmente a las personas residentes en zonas marginadas. Este proyecto tuvo sus inicios en el año 2004 y comenzó a desarrollarse plenamente en el 2005, apuntando a la prevención del crimen y la delincuencia callejera, y a combatir las causas que generan inseguridad. Dicho plan tuvo varios programas, dentro de estos:

Programa Barrio Seguro. Los subprogramas fueron: “Financiando Microempresarios de mi Barrio”. “Un Techo para mi Barrio”. “Becas para mi Barrio”. “Centros de Capacitación Tecnológico y Comunal”. “Competidores de mi Barrio”. “Fiesta de mi Barrio”. “Bandas de Música de mi Barrio”. “Los Muralistas y Pintores de mi Barrio”. “Niños, Niñas y Adolescentes no Escolarizados de mi Barrio”.

Estos subprogramas ofrecieron oportunidades de microcréditos a personas emprendedoras para que participaran en los procesos productivos; asegura el acceso a la salud, con centros de atención primaria; gestiona soluciones alimentarias y habitacionales; habilita centros de enseñanza, promueve eventos culturales, artísticos, musicales, deportivos y de recreación; refuerza los valores de la patria y de la sociedad. También recupera el liderazgo social, atiende la escolarización y facilita los estudios superiores.

Programa Municipio Seguro

Villa de la Seguridad Ciudadana. Red Alimentaria. Protección a Víctimas de la Violencia. Prevención y Seguridad. Control de Bebidas Alcohólicas (COBA). Control de Armas de Fuego (COFA). Control y Regulación de Productos Pirotécnicos. Asistencia en Carretera (ACARREA). Call Center hacia el 9-1-1. Programa Migratorio de Regularización de Extranjeros. Naturalizaciones. Mesa Interinstitucional de Coordinación y Estrategias contra el Microtráfico de Drogas. Ordenamiento de los Cuerpos de Bomberos. El programa se realizó en 115 sectores: treinta y un municipios de la provincia de Santiago; tres en municipios de la provincia Altagracia; dos municipios de la provincia de San Cristóbal y los demás en sectores de Santo Domingo.

Plan Nacional de Seguridad Ciudadana

Es el plan actual sobre seguridad ciudadana. Busca reducir los niveles de delincuencia en el país. El plan se sustenta sobre dos pilares fundamentales: persecución y prevención del delito. Este plan inició con la participación de más 2,000 efectivos policiales y militares, quienes patrullaban día y noche las calles, con el objetivo de proteger a la ciudadanía. Más de 5,000 policías y militares fueron diseminados a nivel nacional para proteger las vidas y los intereses de los ciudadanos. (Dirección de Información, Análisis y Programación Estratégica (DIAPE), 2016). Los subprogramas son los siguientes:

Tabla 9

Los subprogramas del Plan de Seguridad Ciudadana presentan enfoque de persecución del delito, uso de sistemas de información; tiene una estrategia basada en la comunidad.

Evaluación del Programa Barrio Seguro

Estuvo orientado mediante el diseño ambiental. Según la literatura, esta metodología ha dado resultados en Estados Unidos y en países de América Latina. Dentro de los hallazgos están: disminución del uso de tabaco en los jóvenes, disminución de la violencia, la delincuencia, prevención del abandono escolar y del abuso de sustancias (Instituto de Políticas Públicas del Estado de Washington, WSIPP, 2017).

Los resultados del proyecto de prevención basado en la comunidad, implementado por USAID en comunidades de tres países de América Central, reflejaron que hubo una reducción de los reportes de asesinatos en 51 %; reducción en los reportes de venta de drogas ilegales en 36 %; reducción en los reportes de robos en 19 %. (Berk-Seligson, Orcés, Pizzolitto, Seligson, & Wilson, 2014). En ese mismo orden, el Programa Barrio en Paz Residencial tuvo un impacto del 29,6 % en la disminución de la victimización en hogares. En el Programa de Seguridad Ciudadana que ejecuta Trinidad y Tobago en las comunidades intervenidas, se constata una reducción de un 55 % en los homicidios entre el 2008 y el 2012.

El Programa Barrio Seguro, tiene escasa información científica sobre la efectividad en los sectores donde el proyecto fue implementado. Sin embargo, de acuerdo a la estadística, durante el periodo 2004 a 2012, la tasa de violencia fue más alta que en los demás años; con tasa de homicidios de 26 % y 23 % por cada 100,000 habitantes, lo que manifiesta que la violencia aumentó durante ese periodo.

Plan Seguridad ciudadana

Es el plan actual sobre seguridad ciudadana. Busca reducir los niveles de delincuencia en el país. El plan se sustenta sobre dos pilares fundamentales: persecución y prevención del delito. Este plan inició con la participación de más 2,000 efectivos policiales y militares, quienes patrullaban día y noche las calles, con el objetivo de proteger a la ciudadanía. Más de 5,000 policías y militares fueron diseminados a nivel nacional para proteger las vidas y los intereses de los ciudadanos.

GALILEO -Instituto Tecnológico de Santo Domingo – Magnolia Ortiz Rodríguez 1A [email protected] – Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana – PUBLICACIONES IADB

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