Por Marte Piantini

Denuncias responsables

Nota anexa

» Si se trata de una estrategia de dominación, el Gobierno puede darse por satisfecho: lo ha conseguido. Pero como toda inducción en la psicología de masas tiene sus reveses, ya la población empezó a hacer catarsis.  Uno de sus síntomas es la sensación de vivir en una dictadura. Y lo ha expresado con encono, hasta el punto de que la popularidad del gobierno se ha visto impactada en estos meses. Es que el nerviosismo que abraza a la sociedad últimamente  ha resultado de esos abusos a los que se suma un cuadro de agudas sensibilidades: el arrogante triunfalismo por una reelección prohibida, la amenaza de un juicio político a jueces electorales y otros pronunciamientos temerarios de funcionarios.  La acusación de dictadura que ha merecido el gobierno y que ha dominado la opinión no es una simple respuesta política; tiene una matriz psicosocial construida sobre esas aprensiones…

En sus etapas terminales, ya desgastados, los gobiernos que en sus inicios fueron populares entran en pánico. Asumen posiciones defensivas. Se muestran intolerantes y agresivos. Se aferran a los porcentajes de aprobación perdidos. Se ofuscan con el poder. Sacan las garras para herir y son neuróticamente dañinos. El Gobierno entra en ese trance. La idea de abandonar el poder angustia a sus funcionarios, y más cuando no han armado una ruta de evacuación segura que les garantice la impunidad por sus desafueros. A partir de ahora veremos un final de película. Se legitimarán las formas más sutiles de control y represión: persecución fiscal por motivos políticos, control de medios, censuras de opinión, campañas sucias, fake news y otras más. El ojo del huracán se aproxima… apenas se sienten ráfagas de alerta. Preparémonos, porque como decía un merenguero de los noventa, esto viene “con fuerza”.

Tomado de «El miedo al miedo del Gobierno» Por José Luis Taveras

Fuente piantini en cinevision 19