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Por Eddy Olivares Ortega

Se trata de un ensayo que, dependiendo del éxito del voto automatizado en las primarias, se podría implementar en las Elecciones Generales, Municipales y Congresuales del 2020.

En su genial obra de ficción, Ensayo sobre la lucidez, José Saramago, transporta al lector a un pueblo que celebra sus elecciones un día de lluvia, en el que la inmensa mayoría de los ciudadanos, sin reparar en ideologías, creencias religiosas o clases sociales, expresan su descontento con los partidos y sus líderes votando en blanco.

Al concluir el escritinio, las autoridades comprobaron, sorprendidas, que de un pírrico veinticinco por ciento de votos válidos, más del setenta por ciento de los votos estaban en blanco.

Los torrenciales aguaceros que aguaron la fiesta electoral fueron un motivo más que suficiente para convocar a nuevas eleccciones, las cuales, a pesar de la represión y la intimidación a que el partido de gobierno sometió a los electores, fueron ganadas con un ochenta y tres por ciento por el voto en blanco.

No obstante el progresivo aumento del voto en blanco, los elevados porcentajes de Saramago no han sido alcanzados en ninguno de los países en los que los ciudadanos disfrutan del derecho de votar en blanco. Sin embargo, tanto en España como en Colombia algunas elecciones locales han sido ganadas por el voto en blanco.

Tomando en consideración la incidencia del voto en blanco, la Corte Constitucional de Colombia, lo ha definido, en su sentencia CC-490/2011, como “una expresión política de disentimiento, abstención o inconformidad, con efectos políticos”, agregando más adelante que “el voto en blanco constituye una expresión del disenso a través del cual se promueve la protección de la libertad del elector”.

Por primera vez, la Junta Central Electoral, procurando darle mayor legitimidad a las primarias simultáneas del 6 de octubre, ha incorporado el recuadro “ninguno” al lado de los de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Moderno (PRM).

Se trata de un ensayo que, dependiendo del éxito del voto automatizado en las primarias, se podría implementar en las Elecciones Generales, Municipales y Congresuales del 2020.

Cabe destacar que en las elecciones del 2010, se formó un activo movimiento que reclamó la implementación del voto en blanco. Su ausencia, a propósito de la modalidad del voto por ninguno en las primarias, indica que se extinguió.

La forma y condiciones de la boleta electoral es potestiva de la JCE, por lo que mediante una resolución motivada puede implementar el voto en blanco. Lo mismo puede hacer, de conformidad con el artículo 99 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral, en caso del voto automatizado.

La desvinculación de los partidos de los asuntos de la comunidad, la falta de credibilidad, el incumplimiento de promesas y la falta de transparencia, desmotiva a la gente a votar.

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