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Opinión por Mario Rivadulla


“El dinero es una espada de doble filo, indispensable pero al mismo tiempo problemático por cuanto es la puerta para los mega escándalos de corrupción”. De ahí que sea oportuno requerir de la Junta Central Electoral, donde ha sido manifiesto el interés de los magistrados desmontar un proceso transparente en todas sus fases, establecer a través de sus resoluciones,  las posibles medidas y mecanismos que permitan hasta donde resulte máximo posible,  identificar las fuentes privadas de financiamiento.

Daniel Zovatto es un reconocido experto internacional en temas electorales, que ha estado en otras ocasiones en el país y que ahora nos visitó de nuevo, invitado por el Tribunal Superior Electoral, para intervenir en el panel “Sistemas de Justicia Electoral y de partidos en América Latina”.

En el mismo, Zovatto, quien es Director Regional para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional, presentó una aleccionadora ponencia titulada “Relación entre el Dinero y la Política”, basada en experiencias recogidas en distintos países del Continente.

Aplicada al escenario nacional, el experto extranjero advirtió de deficiencias que a su juicio presenta la ley de partidos, aprobada después de largos años de espera,  y al cabo de un complejo y dilatado proceso de negociaciones entre las distintas agrupaciones políticas.

De manera específica el conferencista puso especial énfasis en advertir que “el dinero es una espada de doble filo, indispensable pero al mismo tiempo problemático por cuanto es la puerta para los mega escándalos de corrupción”.  Al efecto, citó como ejemplo mas notorio y reciente, a Brasil y el sonado caso Odebrecht.

En este sentido, Zovatto llama la atención sobre el peligro que entraña la falta de regulación o una inadecuada aplicación de esta para impedir la penetración de dinero del narcotráfico y el crimen organizado en los procesos electorales, en procura de espacios de poder e influencia que les facilite el desarrollo de sus actividades ilícitas  dentro de un marco de amplia impunidad.

Este es un punto esencial en que ya desde antes de había hecho insistencia, y que los legisladores que conocieron la ley de partidos obviaron ya por interés directo o por allanar el camino para su aprobación.  De esa forma, tal como se advirtió y ahora señaló Zovatto en su ponencia, deja el camino expedito para el ingreso de dinero de procedencia turbia a la campaña electoral.

Sería sueño alejado de toda posibilidad que quienes no lo hicieron en ocasión de aprobar el texto de la ley, vayan ahora a tomar empeño en modificarla para sellar esa fisura. En todo caso distaría mucho de poner contar no ya con el consenso sino con los votos requeridos para ello, donde encontrarían resistencia en todas las bancadas sin distingos de partido en que resulta palpable la renuencia a establecer controles sobre la procedencia de los fondos que reciben los aspirantes a cargos electivos para costear sus actividades proselitistas.

A la luz de esta realidad, resultan muy válidas las oportunas observaciones y llamadas de alerta contenidas en la ponencia del señor Zovatto que pudieran contaminar con muy graves consecuencias la integración de las cámaras legislativas,  con la amañada elección de congresistas quienes asumirían en cambio el compromiso de responder a los mas turbios y peligrosos intereses. Es un riesgo cuya certidumbre avalan numerosos ejemplos.

De ahí que sea oportuno requerir de la Junta Central Electoral, donde ha sido manifiesto el interés de los magistrados desmontar un proceso transparente en todas sus fases, establecer a través de sus resoluciones,  las posibles medidas y mecanismos que permitan hasta donde resulte máximo posible,  identificar las fuentes privadas de financiamiento a que apelen tanto los partidos como los candidatos, de tal modo que se cierren las brechas que en este sentido pueda presentar la ley de partidos al ingreso de dinero sucio.

Tiempo de La Patria Dominicana

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