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Opinión

Danilo Medina: El Poder Hecho un Desastre

Francisco Rafael GuzmánPor Francisco Rafael Guzmán

El ilustre don del que no quiero revelar su identidad, bochista a carta cabal, y la mujer a la que me refiero, tienen toda la razón. El proceso inflacionario que vive nuestro país se siente en carne viva; la privatización de los servicios de salud y el deterioro de estos hace que la calidad de vida de los ciudadanos vaya en una merma progresiva que amenaza las expectativas de vida de la población; la seguridad ciudadana sigue en deterioro, sin ninguna expectativa de que mejore; la criminalidad no se detiene; la construcción de locales escolares, en base a deudas de bonos soberanos venidos, deudas contraídas con ingenieros suplidores  y  devastación del medio ambiente; explotación de la minería y extracción de materiales para construcción haciendo concesiones a empresas extranjeras y criollas que saquean el país y destruyen las lomas (cosa que Danilo dijo no permitiría); la falta de aplicación de una política migratoria justa y ordenada; corrupción en el poder judicial; la falta de un salario justo para los médicos en la cartera de salud; corrupción en la administración en los fondos de pensión y la ARS.

 

 

Es suficiente lo dicho en el párrafo anterior para decir que el don, el cual se cuenta entre los fundadores del PLD, y la dama tienen la razón. Danilo, por lo visto y aprendido, le encanta el poder, es decir, la probabilidad de imponer la propia voluntad aún contra toda resistencia y sean cuales sean los fundamentos de esa probabilidad, de acuerdo a Max Weber en su obra: Economía y Sociedad. Esto así, porque el poder, de acuerdo a Rodrigo Borja el ex-presidente de Ecuador en su obra: Enciclopedia Política, es fáctico, material, se basa en la fuerza. El poder no es lo mismo que la autoridad, pues esta es moral no material, y se basa o fundamenta en la voluntad, de acuerdo a Borja.

Lo curioso es que Danilo no habla, es un presidente mudo, en esto ha residido su éxito en el ejercicio del poder, porque a los periodistas se les hace difícil encontrarse con el Presidente de la República en los mandatos de él. El busca, según su lógica, ser menos vulnerable ante la opinión pública,  pero esta última se cansa de notar que un presidente que dirige una nación no quiera aparecer ante los medios y no quiera divulgar mensajes al país. Al presidente Medina le gusta ahorrarse los discursos de días tan festivos como los 16 de agosto y los 27 de febrero o por lo menos que sus discursos sean muy breves esos días y muy pocas veces dar declaraciones a los medios.

El presidente Medina ha impuesto hasta ahora su propia voluntad, casi en todas las decisiones importantes que desde los aparatos del Estado se han tomado, solamente una excepción en que no se impuso la propia voluntad del presidente  fue la inclusión del artículo en la constitución sobre la tipificación criminal de todo tipo aborto y la penalización de este.

El presidente aparentemente ha llegado a tomar decisiones  importantes o iniciativas sobre medidas o leyes que le favorecen para mantenerse en ejercicio de ser jefe de Estado, aparentemente hasta la ley de partidos, pero lo que no hay es un precepto constitucional  que le permita ser reelegido. No parece que una reforma de la constitución que le permita eso se pueda lograr tan fácil su aprobación.

Ahora bien, en el supuesto caso que eso pueda darse, ser reelecto como presidente del país no va a resultar tan fácil, porque con el malestar  que vive la gente no parece que sea tan fácil ser elegido nuevamente con el voto popular. El primer problema que confrontaría Danilo Medina es la unidad del PLD, lo que no parece que sea posible siendo él  o siendo Leonel el candidato. Hoy más que nunca la división del PLD parece muy probable.

Las preocupaciones de Felucho no dejan de tener fundamento. El PLD está al borde de una división, la cual parece inevitable; las ambiciones de muchos dirigentes y cuadros importantes, en su afán desmedido de una movilidad social espuria que no tiene parangón en la historia de este país, provocan un panorama de revancha interna  entre grupos que aparenta insoslayable la división del PLD.

Ninguno de los candidatos emergentes garantiza necesariamente el triunfo del PLD en las elecciones, tal vez Margarita Cedeño (la cual no tiene vocación de mujer de Estado, pero  por ser mujer le favorece hoy día lucha de género) podría ser la carta que evite la división de dicho partido. Margarita, ante un  interés de Danilo y Leonel de que el Partido Morado no se divida y evitar cargar con la culpa de semejante hecho, podría ser la candidata del PLD. Ella no se maneja, desde la vicepresidencia, como una verdadera mujer de Estado, pero ha sabido ser una política del sistema, una política politiquera; cree en lo mediático. Cree en el boato y la opulencia que da el poder. La gusta el poder y parece que ha tenido un maestro en su esposo. Solo falta que Danilo y Leonel se pongan de acuerdo para que Margarita sea la candidata, lo que no necesariamente garantiza el triunfo del PLD.

El tanto descontento popular que existe parece que puede capitalizarlo el PRM, aunque su candidato es un empresario candidato, lo que no le favorece tanto. Es un favorito de los empresarios, la burguesía parece simpatizar con Abinader, parece no estar interesada en los tecnócratas si no en sus propias gentes. El panorama no luce tan claro de cara al 2020. De todo modo el poder lo ha usado Danilo para hacer un gobierno impopular, golpeando a los trabajadores asalariados, a los chiriperos, a los artesanos (pequeña burguesía), a las capas medias (profesionales e intelectuales), a los pequeños propietarios rurales (pequeña burguesía) y a una parte de la burguesía (la que no se dedica al comercio importador y ni es propietaria de bancos). Muchas empresas comerciales e industriales medianas y grandes se han cerrado o son amenazadas de cierre con los acuerdos de libres comercios.

Por Francisco Rafael Guzmán F

Fuente El Nuevo Diario

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