Opinión Por Alfredo Freites

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Un presidente de la República está para aportar soluciones no para evadirlas.

El presidente Danilo Medina debe pedir de favor al presidente de Brasil que le suelte a su asesor Joao Santana porque sigue sin pegar una puntada en el traje gubernamental. El mandatario se confesó inepto para resolver el problema de la violencia social y le restó importancia al baño de sangre en las calles, al mejor estilo de Monchi Fadul, su ministro de Interior.

Dijo que militares y gente de cuello blanco hacen negocios con las drogas que seguramente operan los de cuello negro, que es un problema social que ocurre en todos los países.

Un presidente de la República está para aportar soluciones no para evadirlas.

Danilo Medina vuelve a culpar a otros del fracaso de su gestión presidencial. El problema de la violencia y la delincuencia no se debe a los dominicanos deportados, muchos de los cuales han cometido delitos menores como quedarse a vivir ilegalmente.

El Estado sí tiene que ver qué hace con esos dominicanos los cuales tienen todo el derecho de vivir en su patria. No deben ni pueden ser condenados dos veces por el mismo error. Tampoco les pueden negar su ciudadanía.

Danilo Medina se desempeña mejor como ventrílocuo.

Y hasta en esto puede resultar molesto porque uno de sus muñecos lo contradice y le enmienda la plana. El procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, no pudo callarse y contradijo públicamente a su jefe, porque así están las cosas en este gobierno, los muñecos hablan para achicopalar al jefe.

El mandatario luce como una persona sin ideas de lo que tiene que hacer ante uno de los más severos estigmas de su administración. La inseguridad que sienten los ciudadanos no es una percepción como alega el gobierno. Es una realidad que provoca que la gente tema salir a las calles. Hay un pánico que los sobrecoge y es más grave porque los encargados de hacer cumplir la ley son cómplices de los delincuentes, como lo admite el presidente de la República.

La inseguridad en la República Dominicana tiene una de las tasas más altas del mundo.

El gobierno no da pie con bola. Los agentes de la policía están involucrados en dos de cada tres delitos; el narcotráfico sigue colando la DNCD y nulificando los esfuerzos de esa institución. Contra la delincuencia no hay una respuesta oficial.

Danilo está tuche. Encabeza un gobierno cansado y sin respuestas a los problemas.

Fuente Sin Cortapisa