Cambios en el Tren Gubernamental
Cultura – Decreto 366-20
Abinader destituye a varios funcionarios de Cultura, que incluyen a Niní Cáffaro, Peña Suazo y Brenda Sánchez
El presidente Luis Abinader destituyó ayer domingo a varios funcionarios entre ellos, la comunicadora Brenda Sánchez y los músicos Niní Cáffaro y José Virgilio Peña Suazo, mediante el Decreto 366-20.
Brenda Sánchez fue destituida en el referido decreto, en su artículo 16, como directora General del Gran Teatro del Cibao. Mientras que, Peña Suazo fue destituido en el referido decreto, en su artículo 12, como viceministro de Cultura.
También, destituyó a Dagoberto Tejeda Ortiz como asesor de la Comisión Nacional del Carnaval. Igualmente, a Félix Germán, como director general de Bellas Artes.
De igual modo figura la cancelación del cantante Niní Cáffaro como director artístico del Teatro Nacional.
Además, quedó derogado Juan Manuel Hidalgo, quien se desempeñaba como presidente de la Comisión Nacional de Espectáculo Públicos y Radiofonía, así como Pedro Antonio Valdez, como director ejecutivo de la Feria del Libro y René Marette Thomás como subsecretario de Estado de Cultura para la Zona Norte.
Reflexión
Sobre la educación en arte y cultura
La Unesco ha señalado que el dominio de la cultura y las artes es fundamental para el desarrollo de las personas. Por este mismo motivo, incentiva a diseñar programas educativos que incorporen estas ramas del conocimiento. Comúnmente se piensa que la cultura, a cuya creación contribuimos todos, surge por generación espontánea y no necesita de mantenimiento o atención. Pero muy al contrario, la cultura como fenómeno social, y el arte, como una de sus manifestaciones tangibles más concretas, requiere de la aportación de todos. Solo cobra verdadero sentido cuando se produce un intercambio consciente entre el legado histórico e identitario que la cultura transmite y los nuevos usos y significados de valor que las modernas sociedades le atribuyen. Bien entendida, la cultura no necesita muchos recursos para que se desarrolle, ya que, como fenómeno social que es, surgirá y crecerá allí donde haya individuos. Pero lo que sí es necesario hacer es “educar” en la importancia y puesta en valor que la cultura tiene per se, porque sin esta labor educativa se produce un destrozo del pasado, una depreciación del acervo creado durante siglos y una pérdida de los referentes inmediatos que dotan de sentido a nuestras propia sociedad contemporánea. Educar en arte y cultura es transmitir la esencia de la sociedad misma. Dar cabida al arte y la cultura en las aulas es canalizar un conocimiento colectivo labrado a lo largo de los siglos y que constituye el mejor vestigio de nuestra identidad como individuos pertenecientes a un contexto particular.
Fuentes: Listin Diario–ART