Fiesta de la Virgen de Fátima.
El 13 de mayo de 1917, tres pequeños pastores portugueses del pueblo de Fátima (Lucía, Francisco y Jacinta) recibieron varios mensajes de la Virgen María. Además de anticipar la pronta muerte de dos de ellos, una de las revelaciones fue guardada por la iglesia Católica hasta el año 2000. Qué decía y cómo fue el hecho asombroso que presenció una multitud
Cada 13 de mayo se celebra en todo el mundo la Fiesta de la Virgen de Fátima. En este día recordamos el día de su primera aparición en Cova de Iría, Fátima, Portugal, en 1917.
“No tengáis miedo. No os haré daño”, les dijo la Virgen María a Lucía, Jacinta y Francisco, los niños pastores que la contemplaron con temor al verla aparecer por primera vez, como aquella señora vestida de blanco, más brillante que el sol. Luego del impacto inicial, nuestra dulce Madre les dijo que venía del Cielo y les pidió que volvieran a aquel lugar, el día 13 de cada mes a la misma hora, por seis meses seguidos. La Madre de Dios les preguntó:
“¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?». Los pequeños le respondieron que sí, por lo que la Virgen, con ternura, les advirtió que sufrirían mucho porque los pecados de los hombres eran grandes, pero que la gracia de Dios los fortalecería siempre. La Señora abrió sus manos y una fuerte luz los cubrió; cayeron de rodillas y empezaron a decir con humildad: “Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento”.
La Virgen de Fátima finalmente les dijo: “Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. Luego se elevó. Recordemos que eran tiempos en los que se desarrollaba la primera guerra mundial, y en los que el comunismo empezaba a acechar al mundo.
En los siguientes meses, los niños acudieron a las citas con la Señora, pero eso también les valió pasar por burlas, calumnias, amenazas e incluso la cárcel, dada la incomprensión de la gente. Poco después, Francisco y Jacinta fallecieron víctimas de penosas enfermedades.
Con el tiempo, la Iglesia reconoció el testimonio de los niños y la veracidad de las apariciones milagrosas de la Madre de Dios, al tiempo que la devoción a la Virgen de Fátima se expandía por todo el mundo.
Varias décadas más tarde, San Juan Pablo II consagró Rusia -nación esclavizada en una ideología contraria a Dios y al ser humano, denominada comunismo- al Inmaculado Corazón de María, tal como había sido el pedido de la Madre de Dios. El Papa Peregrino también beatificó a los videntes Jacinto y Francisca en el año 2000, con la presencia de Sor Lucía, quien fallecería unos años más tarde, en 2005. Lucía fue la última sobreviviente de los pastorcitos de Fátima, quien consagró su vida a Dios como religiosa.
Los misterios de Fátima: la aparición de la Virgen, un secreto que duró 83 años y el milagro del sol que vieron 50 mil personas
Hoy 13 de mayo la iglesia católica recorda la aparición de la Virgen María en Cova da Iría, cercano a la ciudad de Fátima, en Portugal; es decir a la Virgen de Fátima. Pero ¿Cómo considera la Iglesia Católica a las apariciones? Son llamadas “Revelaciones privadas” y se lee en el catecismo de la Iglesia Católica, en su primera parte artículo 67: “A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas “privadas”, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de “mejorar” o “completar” la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia.”
Fátima, Portugal
Según el testimonio de sus protagonistas, en el año 1916, Lucía dos Santos, de diez años, y sus primos, Jacinta y Francisco Marta, de seis y nueve años respectivamente habían experimentado en tres ocasiones distintas, durante la primavera y el verano de 1916, una presencia angelical mientras pastoreaban sus ovejas, dos veces en Loca do Cabeço, en Valinhos, y otra en el Pozo del Arneiro, en casa de Lucía, en Aljustrel. Este se presentó como el “Ángel de Portugal”. En su narración, los niños lo consideraron como una preparación para las visitas de la Virgen María que iban a tener lugar posteriormente, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917.Los diarios portugueses de la época cubrieron profusamente el “milagro de Fátima”
El domingo 13 de mayo de 1917, los tres niños fueron a pastorear sus ovejas como de costumbre, a un lugar conocido como Cova da Iria, cerca de su pueblo de Fátima en Portugal. Cerca del mediodía, escucharon un fuerte trueno que los lleno de pavor, pero el día estaba soleado y sin una nueve. Ellos intuyeron que detrás de las colinas se estaba formando un terrible tormenta, por tanto comenzaron a juntar a las ovejas; nuevamente otro estruendo los conmocionó, y allí sobre una pequeña encina, lo niños vieron a una mujer suspendida sobre el arbusto y les recomendó que volvieran a mismo lugar durante cinco meses. Francisco podía ver a la señora pero no escuchar lo que decía. En este resumen trascribiremos el relato de los hechos:
“– ¿Y qué es lo que usted quiere? -Pregunta Lucía
– Vine a pediros que vengáis aquí, seis meses seguidos, el día 13 a esta misma hora. Después diré quién soy y lo que quiero. Después volveré aquí una séptima vez.”
Al llegar los niños a sus casas contaron a sus padres lo acontecido. Los padres de Lucía no le creyeron, en cambio, los padres de Jacinta y Francisco les creyeron.
El 13 de junio había como 50 personas. Ahí la señora le dice:
“– ¿Usted qué es lo que quiere? – nuevamente preguntará Lucía.
–Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el rosario y que aprendan a leer. Después diré lo que quiero.
(Lucía dice) -Quería pedirle que nos llevara para el Cielo.
–Sí; Jacinta y Francisco me los llevo en breve. Pero tú quedas aquí algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.”Jacinta, sentada junto a su prima, Lucía de Jesús dos Santos. Ambas tienen un rosario en sus manos. Francisco ya había muerto, y poco después sería el turno de la más pequeña de los pastorcitos de Fátima
Francisco y Jacinta Marta cayeron enfermos en diciembre de 1918. Francisco no se recuperó y murió el 4 de abril de 1919. Jacinta mejoró algo su salud, pero al poco tiempo sufrió una pleuritis purulenta y fue internada en el hospital de Vila Nova de Ourém en el verano de 1919. Trasladada a Lisboa, murió el 20 de febrero de 1920. Lucia dos Santos vivió hasta la edad de 97 años, falleció el 13 de febrero de 2005. Ella ingresó en el colegio de las hermanas doroteas en Vilar, cerca de Oporto y profesó como religiosa dorotea en Tuy (Pontevedra), donde vivió algunos años donde también se le apareció la Virgen en 1925. En 1946 regresó a Portugal y, dos años después, entró en el Carmelo de Santa Teresa en Coímbra, donde profesó sus votos como carmelita descalza el 31 de mayo de 1949. Fue en este convento donde escribió dos volúmenes con sus Memorias y los Llamamientos del Mensaje de Fátima y en el falleció. Su nombre de religión era: Hermana María Lucía de Jesús y del Inmaculado Corazón.
El 13 de julio, ya la muchedumbre era abrumadora, en esa aparición la Virgen les dirá:
“– Quería pedirle que nos dijera quién es, y que haga un milagro para que todos crean que usted se nos aparece. Dice Lucía.
– Continúen viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quién soy, lo que quiero, y haré un milagro que todos podrán ver, para creer.”
Será durante esta aparición que la Virgen le conferirá a los niños el llamado “secreto de Fátima”, dado a conocer por la Santa Sede durante el pontificado de Juan Pablo II.
En cada mes la cantidad de gente era cada vez mayor, y el día tan esperado el 13 de octubre de 1917, con cerca de 50.000 personas, fue la última aparición de la señora en Fátima, y allí dijo:
“– ¿Qué es lo que usted quiere?
– Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor, que soy la Señora del Rosario, que continúen siempre rezando el Rosario todos los días. La guerra va a acabar y los militares volverán en breve para sus casas.
– Yo tenía muchas cosas para pedirle: si curaba a unos enfermos y si convertía a unos pecadores, etc.
– A unos sí, a otros no. Es necesario que se enmienden, que pidan perdón por sus pecados.
Y tomando un aspecto más triste:
– ¡No ofendan más a Nuestro Señor que ya está muy ofendido!”
Y, abriendo las manos, las hizo reflejar en el Sol. Y mientras se elevaba, continuaba el reflejo de su propia luz proyectando en el Sol.
En esta última aparición fue el momento del denominado “Milagro del Sol” el cual ocurrió ante 50.000 personas que vieron al sol «danzar» o «zigzaguear», girar hacia la Tierra o emitir luz multicolor y colores radiantes. Según los informes, estos supuestos eventos habrían durado unos diez minutos. Reporteros seculares, funcionarios gubernamentales y escépticos pudieron constatar el fenómeno. Ese día había llovido torrencialmente sobre la Cova da Iría y al acabar el evento todo estaba perfectamente seco. El papa Pío XII había sido testigo del milagro del sol desde los jardines vaticanos.
Luego de este milagro, y siguiendo una cronología de los hechos el 28 de abril de 1919, se inicia la construcción de la capilla de las apariciones, 13 de octubre de 1921, se permite por primera vez celebrar la Santa Misa.
13 de octubre de 1930, el obispo de Leiría declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.
Francisco y Jacinta Marta serán beatificados por Juan Pablo II, en el año el 13 de mayo del año 2000 y canonizados el 13 de mayo del 2017 por el Papa Francisco.
Los Secretos de Fátima
Sobre los famosos secretos corrieron miles de ríos de tinta, en su momento y actualmente siguen corriendo por la red miles de bytes. Sobre todo el Tercer secreto. Dos de los secretos se revelaron en 1941, en un documento escrito por la Hna. Lucia, mientras que para el tercero el obispo de Leiría le ordenó a Lucía que lo pusiera en escrito para presentarlo al Papa. El texto del tercer secreto fue revelado por el papa Juan Pablo II, el 26 de junio del 2000.
El primer secreto: una visión del Infierno
“Hundidos en este fuego todos los demonios y almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana, que flotaban en el incendio llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo, cayendo para todos los lados, semejantes al caer de las chispas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que horrorizaba y hacía temblar de pavor. Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros”Virgen de Fátima (Foto: Twitter@Medjugorje_ES)
El Segundo secreto: como salvar a los pecadores del infierno y orar por la conversión de Rusia y el anuncio de una nueva guerra
“Si hicieran lo que digo, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando vean una noche alumbrada por una luz desconocida, sepan que es la gran señal que les da Dios de que él va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y a la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atendieran a mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas, por fin mi Corazón Inmaculado triunfará.”El Papa Juan Pablo II reveló el último secreto de Fátima. Junto a él, Sor Lucia, la pastora que junto a sus primos escuchó los mensajes de la Virgen (EFE)
El tercer secreto
Este fue revelado durante la ceremonia de beatificación de los videntes Francisco y Jacinta. La hna. Lucía estaba todavía viva y participó de la ceremonia; el papa Juan Pablo II anunció por medio de su secretario de Estado, el cardenal Ángelo Sodano, que había decidido hacer público el texto del tercer secreto. Unos pocos meses más tarde, el texto fue dado a conocer por la Santa Sede, junto con un análisis del significado del texto. El texto dice:
“Y vimos en una luz inmensa, que es Dios, algo semejante a como se ven las personas en el espejo, cuando delante pasó un obispo vestido de blanco. Tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre. Vimos varios otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaña, encima de la cual estaba una gran cruz, de tronco tosco, como si fuera de alcornoque como la corteza. El Santo Padre, antes de llegar allí, atravesó una gran ciudad, media en ruinas y medio trémulo, con andar vacilante, apesadumbrado de dolor y pena. Iba orando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino. Llegando a la cima del monte, postrado, de rodillas a los pies de la cruz, fue muerto por un grupo de soldados que le disparaban varios tiros y flechas, y así mismo fueron muriendo unos tras otros los obispos, los sacerdotes, religiosos, religiosas y varias personas seglares. Caballeros y señoras de varias clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la cruz estaban dos ángeles. Cada uno con una jarra de cristal en las manos, recogiendo en ellos la sangre de los mártires y con ellos irrigando a las almas que se aproximaban a Dios.”
Algunos pedidos que la Virgen de Fátima hizo a los pastorcitos.
Sor Lucía cuenta en la “cuarta memoria” que la Virgen, en la aparición del 13 de julio de 1917, les recomendó:
“Sacrificaos por los pecadores, y decid muchas veces, en especial cuando hagáis algún sacrificio: Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.
Luego María insistió:
“Cuando recéis el rosario decid, al final de cada misterio: Oh Jesús mío, perdonadnos, libradnos del fuego del infierno, llevad al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia”.
En el año 2017, el Papa Francisco viajó a Fátima por los 100 años de las apariciones y la canonización de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.
Los relatos y los diálogos incluidos en esta nota están narrados por la Hna. Lucia en: “Memorias da Irmã Lucia I. 14. ª ed. Fátima: Secretariado dos Pastorinhos, 2010, p. 172-173 (IV Memoria); a secção entre parênteses retos pertence ao interrogatório do pároco aos videntes, em 27 de maio de 1917, em Documentação Crítica de Fátima”.
Fuentes: – Aciprensa – Infobae